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El estudio de la figura del pensador francés Henry Lefebvre, que el autor desarrolla en este libro, bien merece un rango de tesis académica. Lo que más cabe celebrar en esta publicación, es el descubrimiento de un joven intelectual con solvencia académica y discurso ordenado.
George I. García no solo demuestra gran capacidad en el análñisis y en el estudio, sino en el uso del lenguaje. Estos son rasgos importantes de señalar en una obra, especialmente en tiempos en que el lenguaje especializado o deliberadamente complicado aparta al lector de temas que le competen y que determinan buena parte de su vida cotidiana.
Precisamente García aborda a Lefebvre por su vigencia en cuanto al estudio de rasgos comunes y cotidianos de la sociedad contemporánea.
Como subtítulo, este volumen dice: La crítica de Henry Lefebvre a la cotidianidad moderna. Porque el autor pretende, y lo logra, introducirse en la discusión acerca de la modernidad y su supuesto fin, pero desde una perspectiva sustentada en los análisis de Lefebvre acerca de la modernidad.
El concepto de cotidianidad o vida cotidiana, es fundamental para el abordaje de Lefebvre que García presenta en el libro.
La discusión y crítica acerca de la sociedad contemporánea recurre a dos criterios fundamentales, la cotidianidad y la modernidad. El primero se refiere al devenir diario y a las relaciones entre los componentes de la sociedad, el segundo a la organización de la sociedad que se conforma, define e impone a partir del desarrollo del modo de producción capitalista.
Las relaciones materiales en cuanto a la posesión, explotación y distribución de la riqueza determinan las categorías de los individuos en la modernidad y ese modelo sufre un proceso de afianzamiento y sutilidad mediante la ideología y la comunicación de masas, cuya máxima expresión posiblemente sea la sociedad de consumo y su estandarte, la comunicación masiva. Noticias, publicidad, entretenimiento y educación, en su manifestación masiva, son sostenes de las relaciones establecidas en la modernidad y son su sustento mediante su función en la vida cotidiana.
Los conceptos como alienación y consumo se estudian con mayor profundidad en el capítulo 3 de este libro, posiblemente el más apasionante porque en él el autor parece atreverse a aportar más, que con un lenguaje más directo aborda las relaciones de poder en la sociedad de mercado.
Pero no es este un libro especializado de tono hermético, sino que goza de un lenguaje muy claro y de una exposición de ideas igualmente clara, cosa que vale agradecer en los textos que abordan temas como el de este libro.
El autor merece reconocimiento como joven intelectual y tanto académicos como lectores interesados en el tema pueden prestarle la debida atención.
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