Abrir Noticia Guardar

Presidente del TSE: Votos blancos y nulos nunca contaron

Una resolución del Tribunal Supremo de Elecciones ratifica una práctica histórica que hace más difícil una segunda vuelta.

Una resolución del Tribunal Supremo de Elecciones ratifica una práctica histórica que hace más difícil una segunda vuelta.

Por primera vez en la historia de la democracia costarricense existe una alta probabilidad de que ningún candidato alcance el 40% de los votos válidamente emitidos, que la Constitución establece como requisito para alcanzar la Presidencia de la República.



En una entrevista con UNIVERSIDAD, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Óscar Fonseca, explica por qué el TSE emitió una resolución que ratifica la práctica seguida hasta el momento: los votos nulos y en blanco no son considerados como «válidamente emitidos»; esto reduce la «torta» sobre la cual debe alcanzarse ese 40%, facilita las cosas para quien encabece el primer lugar, y hace más difícil una segunda vuelta.





Una resolución reciente del Tribunal ha causado polémica. Incluso se creyó que los votos nulos y en blanco se sumarían al ganador de las elecciones.



-Eso fue un tremendo error de una persona a quien el periódico La Nación publicó un artículo. Hemos aclarado a la opinión pública que los votos nulos y en blanco no se le suman a ningún candidato, o sea son inocuos. Es una cifra más, que lógicamente hay que establecer, porque allí están, pero no tienen ningún valor para ese efecto.

Esta vez esa cifra la incluiremos dentro del mensaje el día de las elecciones, para determinar por este medio el abstencionismo. En las elecciones anteriores no se consignaban los votos nulos y en blanco en el telegrama del día domingo, cuando se informaba sobre los resultados de los votos para presidente y diputados. Ahora sí se va a incluir, desde la primera junta receptora de votos.


 

¿Por qué, entonces, la resolución del Tribunal? ¿Cuál es la diferencia ahora?



-La resolución recoge toda la jurisprudencia de elecciones pasadas, en que el Tribunal ha mantenido ese mismo criterio. No es ninguna novedad. Es para recordarle al ciudadano, a los partidos políticos y a los candidatos, que los nulos y en blanco no cuentan.



¿Quiere decir que no cuentan para determinar si un candidato obtuvo el 40% necesario para ganar la elección? Esto afecta la proporcionalidad…



-Por supuesto. Lo que pasa es que es una disposición legal y constitucional. Porque la Constitución y la ley hablan únicamente de votos válidamente emitidos, y el Código Electoral tiene la definición de lo que es un voto válido: es el emitido a favor de uno de los candidatos. De manera que el emitido en blanco, o el nulo, no se realiza a favor de ningún candidato.



Pero la persona ejerció su derecho al voto, consideró que no había ningún candidato que la satisficiera, y votó de esa manera, diciendo: «no hay por quién votar». ¿No debería contarse?



-¿Pero a quién se le contaría?



Debería contarse como parte del 100% a partir del cual se determina el 40% necesario para alcanzar la Presidencia.



-Ah… para efectos de alcanzar el 40%. Bueno, eso es una decisión legislativa. Tendría que hacerse una reforma legal para que el legislador, entendiendo que eso es útil, que es un valor importante para la democracia, se haga ese tipo de cómputo, que los votos en blanco cuenten para el número total, para efectos de determinar el 40%. Pero, mientras tanto no hay otro medio de computar esos votos en blanco.



¿Lo que usted está diciendo es que nunca los votos nulos y en blanco se contabilizaron como parte del 100% de los válidamente emitidos, con el fin de determinar el 40%?



-Nunca. Ahora se ha sacado el tema porque algunos ya han salido a hacer sus numeritos, y como ahora el asunto aparentemente está un poco ajustado, hay una gran preocupación de que alguno de los candidatos no llegue a ese 40%. Entonces, comienza a analizarse el efecto que tiene computar o no el voto blanco. En elecciones anteriores no había ese problema. Nunca se computó, y nadie se interesó, porque los numeritos parece que les daban suficientemente, pero esta vez parece que los números les están jugando una mala partida. Y por eso ha surgido el tema. Pero ¿cómo vamos a hablar de votos válidos si no se computan a ningún candidato? Es contradictorio.



Pero son válidamente emitidos.



-No son a favor de ningún candidato, como dice la ley, pero sí son válidamente emitidos. Entonces, si se toman en cuenta esos votos en blanco, indudablemente que aumenta la proporcionalidad y, lógicamente esto hace que sea mucho más difícil para un candidato alcanzar el 40%, y hace mucho más factible una segunda vuelta. Que fue lo que, a mi juicio, trató de evitar el legislador. Porque el » ballotage», como lo llaman en otros países, es un ejercicio que muchos consideran innecesario.

Es un gasto extraordinario que hace el Estado, un esfuerzo que hace el ciudadano y que, al final, no sé si será un buen mecanismo para la democracia. Habría que valorarlo, pero yo pienso que no, que es muy caro e innecesario. Si participaran otros candidatos, o nuevas fuerzas, en la segunda vuelta, tendría algún sentido. Pero realmente los que van a participar son los dos candidatos con mayor fuerza política. Y la discusión está entre ellos dos, nada más. No sé si esto fue lo que consideró el constituyente de entonces para limitar mucho la posibilidad de esta segunda vuelta.





Si se produjera una segunda vuelta, ¿cuál sería el cronograma?



-La fecha la establece la propia Constitución: es el primer domingo de abril, o sea el 7 de abril. En un plazo tan corto, tan angustioso, pues deberíamos preparar una segunda elección nacional entre dos candidatos. La papeleta es más pequeña, pero la distribución del material electoral, la conformación de las juntas receptoras de votos y de las juntas cantonales, los fiscales que acreditan los partidos políticos, se haría en todo el país.

El Tribunal cree que no habría ninguna dificultad. Ya estudiamos el cronograma electoral a ver cómo ajustamos los términos. Y no podemos hacer nada sino hasta que tengamos el escrutinio oficial de las elecciones. Porque el domingo de las elecciones se sabrá si hay o no la segunda vuelta. Entonces, aunque no haya segunda vuelta, los preparativos debemos hacerlos con mucha anticipación.

Desde hace un mes hay una comisión de alto nivel que prepara el cronograma electoral y establece en qué aspectos el Tribunal debe emitir una serie de reglamentos. Porque la segunda vuelta solo está prevista en la Constitución Política; el Código Electoral no hace mención de ella. Y para eso el Tribunal tiene facultades no solo legales sino constitucionales.



¿Cuánto costaría una segunda vuelta y cómo se financiaría?



-Dichosamente no cuesta lo mismo que la primera, porque muchos insumos de la primera quedarán. El papel, por ejemplo, es un rubro muy importante, y nos alcanzará de sobra con el que compramos para el 3 de febrero. Luego está la infraestructura que tiene el TSE para la preparación de las papeletas, especialmente porque tenemos una máquina muy moderna que compramos conjuntamente con la Imprenta Nacional para emitirlas. Cabe destacar que será una sola papeleta. Ahora tenemos papeletas para Presidente, para diputados y para regidores. En la segunda será solo una. Eso economiza trabajo, tiempo y material. De manera que lo presupuestado para la segunda ronda es un rubro de ¢300 millones, que creo que alcanza. La primera vuelta costará unos ¢1.900 millones.



¿Cómo financiarán los partidos políticos su campaña en una segunda vuelta?



-Tendría que ser financiamiento privado, porque para la segunda no cuentan con contribución del Estado. Es la misma cantidad que para la primera. De manera que he dicho a los partidos que deben hacer sus numeritos.

  • Emanuel García Jiménez 
  • País
Democracy
Notas

Este documento no posee notas.