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Costa Rica propuso a los 19 países latinoamericanos que conforman el Grupo de Río, un nuevo enfoque para el combate a la pobreza.
Los 19 países latinoamericanos miembros del Grupo de Río acordaron, en San José, una nueva estrategia de lucha contra la pobreza que cifra sus esperanzas en una mejoría en la condición de las familias.
La iniciativa fue acogida en la reunión de cancilleres celebrada el pasado 15 de febrero y deberá ser aprobada por los presidentes, en la cumbre que se llevará a cabo el 11 y 12 de abril próximos.
El plan, presentado por Costa Rica -país que ejerce actualmente la Secretaría del Grupo–, fue aprobado al cabo de un día de discusiones . Se trata de un enfoque novedoso para enfrentar un problema que afecta a cerca de 180 millones de personas en América Latina. Por su misma novedad, no dejó de producir sorpresa y nuevas interrogantes.
Lo que se pretende es favorecer la capacidad de las familias para utilizar de mejor manera los recursos institucionales y las oportunidades disponibles para enfrentar la situación de pobreza, señala el documento discutido en la reunión ministerial.
La base es resolver la contradicción que representa la «extrema importancia asignada a las familias» en los discursos de las instituciones civiles y religiosas o de las personas, y «la escasa atención que se le otorga en las políticas públicas».
El documento reconoce que el desempleo es una de las condiciones que genera pobreza: 71,2% de los desempleados son pobres. Pero también es una realidad que siete de cada diez nuevos empleos creados en la región corresponden al sector informal, o sea, se limitan a ocupaciones de subsistencia, sin garantías sociales, mal remuneradas e inestables.
Parece difícil que una política de apoyo a la familia pueda revertir esa tendencia, por eso la propuesta plantea optimizar la utilización de los recursos públicos para apoyar a los sectores pobres de la sociedad, como estrategia fundamental para sacarlos de esa condición.
GRANDES ESPERANZAS
El tema estará en la agenda internacional en los próximos meses. Los países miembros del Grupo de Río acordaron mantener una posición conjunta en la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, que se llevará a cabo en marzo próximo, en Monterrey, en México y llegarán a esa reunión con grandes esperanzas.
Será la reunión más importante de las últimas décadas sobre esta materia, afirmó el peruano Carlos Higueras, que quedó al frente de la delegación de su país después de la partida del canciller Diego García-Sayán.
En Nueva York debería aprobarse un documento con el nombre de «Consenso de Monterrey» sobre temas económicos y de desarrollo, que servirá de base para la reunión del próximo mes.
DERECHOS HUMANOS
A la ya difícil tarea de analizar la pobreza en el continente y el papel de la familia, los dos temas originales de la agenda de la reunión de San José, los cancilleres de los 19 países integrantes del Grupo de Río enfrentaron una propuesta aun más complicada.
Se trata del interés de Costa Rica por revisar los procedimientos de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Costa Rica estima que la comisión se ha «politizado» y no oculta su intención de que se analice el estado de los derechos humanos en todo el mundo, «en vez de examinar a unos pocos países».
«Vamos a proponer crear un grupo de trabajo, dentro del Grupo de Río, para revisar esta materia», dijo Rojas. «Nos hemos percatado de que ahí hay problemas, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no está dando los resultados que los países esperaban. Hay que cambiar su reglamento», afirmó.
En su forma actual, reconoció el ministro, los países miembros sufren enormes presiones, en particular cada vez que un estado poderoso requiere de votos para condenar a algún país enemigo, una situación que se ha repetido entre Estados Unidos y Cuba en los últimos años. Esto, agregó, crea divisiones entre los países latinoamericanos.
En cambio, dijo Rojas, otros nunca son condenados, en alusión al caso de China.
El presidente de la Comisión, el argentino Leandro Despouy, estuvo presente en San José y dijo que compartía la iniciativa costarricense tendiente a crear lo que calificó de «criterios objetivos en al trabajo de la Comisión».
Finalmente se acordó crear un grupo de trabajo en esa materia. Consultado sobre los plazos para producir resultados, Rojas afirmó que en ese tema ya aprendieron a ser pacientes y, en realidad, sería iluso pretender que esas reformas se aprueben rápidamente.
CONSOLIDAR EL GRUPO
Con una agenda abierta, los cancilleres deben preparar la reunión presidencial del Grupo en abril próximo.
Preocupa a todos la miseria que afecta a millones de personas en América Latina, pero el Grupo busca también consolidarse como principal mecanismo de consulta regional, un papel nada desdeñable, pero a veces difícil de ejercer, en medio de la diversidad política de los gobiernos de la zona.
Este documento no posee notas.