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Planeamiento académico y docencia

Gran malestar, estupor  e incertidumbre ha producido en la Escuela de Psicología la  decisión del Vicerrector de Docencia, Dr. Ramiro Barrantes, de retirar el apoyo por 3/4 TC. que históricamente venía brindando desde 1993.  Más aun al saber las causas de dicha decisión: «las limitaciones presupuestarias que enfrenta esta Vicerrectoría y teniendo como referencia que, según los registros de la Oficina de Administración Financiera, la Escuela no utilizó 1/2 TC durante el II ciclo del 2001».  Aun cuando a resultas de tales consideraciones la Vicerrectoría le hace saber a esta Dirección que en lo sucesivo deberán «hacer un esfuerzo en la programación de cada ciclo para dar un aprovechamiento óptimo a los recursos con que cuentan».

Gran malestar, estupor  e incertidumbre ha producido en la Escuela de Psicología la  decisión del Vicerrector de Docencia, Dr. Ramiro Barrantes, de retirar el apoyo por 3/4 TC. que históricamente venía brindando desde 1993.  Más aun al saber las causas de dicha decisión: «las limitaciones presupuestarias que enfrenta esta Vicerrectoría y teniendo como referencia que, según los registros de la Oficina de Administración Financiera, la Escuela no utilizó 1/2 TC durante el II ciclo del 2001».  Aun cuando a resultas de tales consideraciones la Vicerrectoría le hace saber a esta Dirección que en lo sucesivo deberán «hacer un esfuerzo en la programación de cada ciclo para dar un aprovechamiento óptimo a los recursos con que cuentan».

Malestar, porque ese apoyo por 3/4 TC al que se hace referencia forma parte de un compromiso adquirido por la Vicerrectoría de Docencia con la Escuela de Psicología desde el año 1993 a resultas de un aumento en el cupo de admisión a la carrera solicitado por la misma Vicerrectoría. Compromiso de aumento en el presupuesto ordinario de esta Escuela que la Vicerrectoría, si bien nunca ha honrado, al menos había mantenido en calidad de «apoyo», pero que ahora pretende  suprimir unilateralmente y haciendo caso omiso del respeto y la cortesía que se presume debe prevalecer en las relaciones entre la Vicerrectoría y las unidades acdémicas.


Asombro ante la falta de fundamento  informativo en que el señor Vicerrector de Docencia se basa para tomar decisiones que atentan contra el buen funcionamiento de la labor académica en esta Escuela, contraviniendo la misma razón de ser de las vicerrectorías. No dudo que con la debida información y una comunicación menos vertical, el doctor Barrantes tendría muy presente que el 1/2 T.C. al que hace referencia como no utilizado y en que se apoya no solo para no honrar su compromiso histórico, sino para irrespetuosamente indicarnos que deberemos «en adelante hacer un esfuerzo en la programación de cada ciclo para dar un aprovechamiento óptimo a los recursos con que cuentan», es el correspondiente al apoyo que esta Escuela brinda al programa de Posgrado en Psicología y que por problemas de trámite entre este Posgrado y el SEP, no es sino hasta estos días que se está ejecutando.

Asombro y malestar porque, amén de lo equivoco en el señalamiento de los presuntos recursos no utilizados y de lo irrespetuoso que resulta para esta Unidad académica, y en particular para esta Dirección, la observación sin mayor fundamento de que es preciso un mejor esfuerzo en la programación de cada ciclo para lograr un aprovechamiento óptimo de los recursos, es expresión dicha observación de una actitud que raya en el cinismo, pues antes de tal observación sería menester que la Vicerrectoría nos indicara cómo se puede realizar tal programación cuando se depende  de 8.125 T.C. congelados y 3/4 T.C. de un apoyo nunca incorporado al presupuesto ordinario y cuya certeza está a expensas de lo que el señor Vicerrector y su equipo a bien tengan responder, prácticamente iniciándose las lecciones, cuando, la programación de la que hablamos se realiza tres o cuatro meses antes. No obstante, y en medio de tal precariedad de condiciones de las que la Vicerrectoría es en gran parte responsable, esta Unidad académica se ha distinguido por un uso racional de sus recursos presupuestarios, a tal punto, que ello fue reconocido incluso por el anterior Vicerrector de Docencia en Asamblea Colegiada Representativa realizada en el año 1999.

Incertidumbre porque si en algo hemos puesto cuidado ha sido en que, a pesar de que ciclo a ciclo hemos de programar con la duda de si  contaremos o no con cerca de un 24% del presupuesto necesario para el funcionamiento mínimo que sólo a pocas semanas de iniciarse las lecciones podría sernos confirmado, nuestras proyecciones se ajusten al presupuesto ordinario, los tiempos congelados y el compromiso por 3/4 TC de la Vicerrectoría. Y a fe que en eso hemos sido muy meticulosos y cumplidos. ¿Hemos entonces de entender a partir de la observación de la Vicerrectoría  que en lo sucesivo tendremos que ajustarnos a nuestro presupuesto ordinario? ¿Puede una unidad académica de alta demanda como la Escuela de Psicología programar con un corte de un 24% en su presupuesto, lo que conlleva de entrada un déficit de alrededor de 2 TC sólo en relación con la actividad docente y sin contemplar las actividades de acción social e investigación ni demás coordinaciones y comisiones académico administrativas y de apoyo institucional? Y si no ¿cómo programar eficientemente contemplando la eventualidad de contar con un 24% que a tres o cuatro semanas de inicio de lecciones no se sabe a ciencia cierta si la Vicerrectoría tendrá a bien autorizar?

Tal es el marco en el que habremos de encarar la programación para el II ciclo lectivo del 2002. En el entretanto y para hacer frente al imprevisto en la programación que  resulta de esta decisión de la Vicerrectoría, esta Unidad Académica se ve obligada a retirar su apoyo por 1/2 T.C.  al programa de Posgrado en Psicología -apoyo sin el cual definitivamente el Posgrado de Psicología en esta Universidad no terminará de despegar-,  a cerrar su programa de cursos de servicio para otras carreras, programa que forma parte de esa política de formación humanística general universitaria que presuntamente la misma Vicerrectoría impulsa, y a reducir su cupo de admisión de nuevos estudiantes, a fin de poder compensar los 3/4 T.C. de «apoyo» que hoy la Vicerrectoría de Docencia  nos retira.

  • Jaime Robert, Director Escuela de Psicología
  • Opinión
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