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Grupos de campesinos, organizaciones ambientalistas y eclesiales se oponen a la explotación de oro que el gobierno autorizó en favor de una subsidiaria estadounidense en la zona norte del país.
Las organizaciones que conforman la Mesa Nacional Campesina rechazan la decisión del Poder Ejecutivo de otorgar a la transnacional minera Vanessa Ventures Incorporation la concesión de explotación minera de oro a cielo abierto por lixiviación con cianuro en Las Crucitas.
La empresa podría extraer cerca de 71 millones de gramos de metal a solo 7 kilómetros del Río San Juan, aspecto que para los campesinos es un alto riesgo para la permanencia y reproducción de los frágiles ecosistemas de la cuenca binacional del San Juan y evidencia una actitud irresponsable de las autoridades ambientales.
Pedro Pablo Aguirre Alemán, Presidente de la Mesa Nacional Campesina y miembro de la Asociación de Productores de Guatuso, (APRODEGUA) señaló que esa región nunca ha ocupado ni necesita de la minería de oro para su desarrollo.
Recordó que el Obispo de la Diócesis de Ciudad Quesada, Angel San Casimiro, ha externado su oposición a este tipo de explotación porque desplaza actividades tradicionales de la región, dislocando su estructura productiva y rompiendo la identidad cultural y la tradición campesina de la zona.
El líder campesino enfatizó que esas áreas tienen un valor estratégico para las actuales y futuras generaciones como un gran reservorio de agua y un importante granero y productor de tubérculos.
Aguirre dijo que «las organizaciones campesinas acordaron sumarse a las movilizaciones y marchas de protesta programadas para mediados de este mes, organizadas por el Frente de Oposición a la Minería de Oro de la zona norte, la Oficina Nacional de Pastoral Social de la Diócesis de Ciudad Quesada, UPANACIONAL, grupos ecologistas, la dirigencia del sector educativo, y organizaciones comunales».
La Mesa Nacional Campesina integra el Frente Nacional de Oposición a la minería de oro junto a más de veinte organizaciones ecologistas, de derechos humanos, estudiantiles, las Iglesias Luterana y la Católica, así como por el Frente de Oposición a la Minería del Pacífico y de Talamanca.
INSISTENCIA
Los intentos de explotación minera no son nuevos. Desde finales de la década de los 80, grandes corporaciones han intentado explotar los minerales a cielo abierto en la región mediante el empleo de técnicas a cielo abierto por lixiviación con cianuro.
Según el dirigente de la Mesa Nacional Campesina, desde inicios de la pasada década, la empresa Placer Dome y luego su socia menor la Lyon Lake Mines, intentaron la explotación del oro sin contar con el respaldo de las comunidades.
En 1999, Placer Dome cambió de nombre y se constituyó en Industrias Infinito S.A. Las acciones de ésta son propiedad de la Vanessa Ventures Inc.
El 30 de enero pasado se publicó en el diario oficial La Gaceta, el permiso para explotar oro en Las Crucitas de Cutris, a la compañía Industrias Infinito S.A. La concesión permite explotar oro, plata, cobre, y minerales asociados.
PELIGROS
Los representantes de la Mesa Nacional Campesina y del Frente a la Minería a Cielo Abierto consideran que la exploración a cielo abierto es una operación de riesgo.
Recordaron que este tipo de técnicas provocaron en 1975 que se vertieran más de 145 millones de toneladas de desechos en la bahía Calanca, de Marinduque en Filipinas, amenazando la fuente principal de ingresos de 12 mil pescadores y de sus familias.
En mayo de 1984 se produjo una filtración de 760 mil litros de solución de cianuro en la mina Cameron, en Colorado, Estados Unidos y cinco años después se produjo una filtración de 349 mil litros de solución de cianuro en la mina Larson Hill en California.
En 1990, en la de Summitville, en Colorado, se produjo un escape de cianuro que mató toda la vida acuática a lo largo de treinta kilómetros del río Alamoza.
En Costa Rica, la explotación de minerales no siempre ha beneficiado a las comunidades y es poco lo que los municipios reciben por autorizar la extracción del mineral.
En Abangares, en 1998, la explotación de oro generó a la empresa extractora ¢500 millones, pero la municipalidad del cantón solo recibió ¢2 millones, precisaron los voceros de la Mesa Campesina
En el caso de Las Crucitas, el área de explotación es de diez kilómetros cuadrados, es decir, el tamaño de diez canchas de fútbol juntas, y el tiempo de explotación es de diez años.
El proyecto se ubica a solo 3 kilómetros del río San Juan dentro de la cuenca binacional que contiene el depósito de agua más grande de Centroamérica y alberga el más importante bosque húmedo tropical. Es ecológicamente rica y el hábitat de importantes especies de flora y fauna amenazadas de extinción como el manatí, la lapa verde y el almendro de montaña.
POSIBLE RECHAZO
La concesión para explotar oro en la parte norte, obliga a Industrias Infinito a contar con la aprobación del estudio de Impacto Ambiental aprobado por la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA); la empresa tiene seis meses para su presentación. Además debe aportar la aprobación del departamento de Suelos y Evaluación de Tierras del Ministerio de Agricultura Y Ganadería (MAG).
Otras obligaciones que tiene pendientes es la aprobación (por parte del Ministerio de Salud) de los permisos para la construcción de las plantas de lixiviación y tratamiento de aguas. También faltan las autorizaciones del Concejo Municipal de San Carlos para la remoción de materiales, el permiso de construcción y la patente comercial de funcionamiento.
Por eso, organizaciones ambientales, eclesiales, grupos de ciudadanos y campesinos continuarán las gestiones para que se cancele el permiso de explotación minera en la zona, según expresaron los voceros de la Mesa Campesina.
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