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Movimientos económicos y políticos someten a América Latina a una revisión de los diversos desafíos a los que está enfrentada la región, pero muestra también cambios importantes para los próximos años.
América Latina necesita enfrentar unida los desafíos de un cambio en las políticas económicas aplicadas en la región y, al mismo tiempo, repensar cómo hacer frente a viejas presiones heredadas de la guerra fría.
Así lo señalaron organizaciones que participan en reuniones celebradas en torno a la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se lleva a cabo esta semana en Brasil.
En medio del debate sobre los deficientes resultados de las reformas económicas emprendidas en la región hace cinco lustros, se intensifica la discusión sobre las perspectivas del proceso de apertura comercial, mezclado con renovadas presiones contra Cuba, en vísperas de la reunión de la Comisión de Derechos Humanos en las Naciones Unidas.
Reunidos en Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el nordeste brasileño, los representantes de los gobiernos en el BID buscaban una respuesta a los decepcionantes resultados de las reformas económicas emprendidas bajo la concepción neoliberal. Tasas de crecimiento reducidas y un agravamiento de las tensiones sociales, con un crecimiento generalizado de la economía informal y de la pobreza, son algunos de los resultados de estos 25 años de reformas. Junto con eso, el éxito mayor de las medidas adoptadas en ese período ha sido el control de la inflación. Las reformas se basaron en la privatización de las empresas estatales y en una acelerada reducción de aranceles, en muchos casos de forma unilateral, en los países latinoamericanos.
El resultado de las políticas comerciales ha estado sujeto a críticas crecientes también en Centroamérica, ampliándose a sectores agrícolas e industriales que suman sus voces a las de quienes advierten sobre las consecuencias del proceso indiscriminado de apertura.
Sin que nadie defienda un retorno a medidas proteccionistas generalizadas, crece la convicción de que sin empresas fuertes y un mercado interno consolidado, nuestros países serán presa fácil de las transnacionales y enfrentarán un proceso de empobrecimiento más acelerado.
Empresarios y economistas centroamericanos, reunidos la semana pasada en San Salvador, advirtieron que América Latina no está preparada para abrir su economía, en el marco de los acuerdos del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que se negocian actualmente.
Propuesta por el expresidente de EE.UU., Bill Clinton, en 1994, el ALCA deberá funcionar en 2005, de acuerdo con el calendario. Sin embargo, la evidencia de los problemas creados por el actual modelo económico, que suma a la apertura facilidades para el control de las economías nacionales por empresas transnacionales, han desatado crecientes voces de advertencia contra la marcha del proceso.
La desgravación arancelaria prevista en el ALCA sería un acto de suicidio del sector productivo, dijeron los empresarios y economistas centroamericanos en San Salvador.
El Secretario General del Sistema de Integración Económico Centroamericano (SIECA), Haroldo Rodas, afirmó que el modelo de desarrollo económico y social de la región está en tela de juicio por una serie de crisis, la última de ellas es la de Argentina, uno de los países que siguió más radicalmente ese modelo. América Latina y el Caribe deben replantear una estrategia económica y social para tener mejores condiciones en el ALCA, dijo Rodas.
CUBA
El debate sobre la política de libre comercio y sobre el ALCA, en particular, tomó nuevas dimensiones después de que el presidente cubano, Fidel Castro, se sumó a la discusión, con una posición muy crítica.
Pero la necesidad de un acercamiento entre los países latinoamericanos para el debate de esa cuestión, se ve frenado por las tradicionales cuestiones políticas, muchas heredadas del período de la guerra fría.
Argentina, urgida de recursos para enfrentar su grave crisis económica, anunció su apoyo al proyecto que promueve Estados Unidos en el seno de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en contra de ese país. Más que efectos contra Cuba, la propuesta contribuye a dividir una América Latina necesitada de un espacio para analizar las alternativas de desarrollo al actual modelo.
Excluido de la comisión por primera vez, al no ser reelegido el año pasado, Estados Unidos busca en América Latina gobiernos que apoyen la propuesta contra Cuba que, en los últimos años, presentó la República Checa, denunció la cancillería cubana.
La inclusión de la moción de condena a Cuba, a la que se sumaría el gobierno peruano, según informaciones de prensa, vendría a renovar tensiones de la guerra fría que no ayudan al nuevo debate sobre alternativas económicas.
Cuba logró sortear una crisis con el gobierno de México a raíz de la invasión de la embajada de ese país en La Habana por un grupo de jóvenes que buscaban una visa para abandonar la isla. El gobierno cubano responsabilizó a la emisora estadounidense Radio Martí de haber provocado el incidente con informaciones falsas sobre una supuesta ruptura de relaciones entre los dos gobiernos y la apertura de la embajada mexicana en La habana a todos los que quisieran salir de la isla. El incidente ocurrió poco después de la visita del presidente mexicano, Vicente Fox, a La Habana, que significó un importante acercamiento entre los dos países, pese a los diferentes puntos de vista que defienden en materia política e económica.
La visita que el presidente George Bush hará a México, Centroamérica y Perú este mes incluirá el tema cubano en la agenda, así como el de la negociación de un tratado de libre comercio con la región. Ese tratado no es contradictorio con las negociaciones del ALCA, pero podría ser negociado en un plazo más breve, si los gobiernos centroamericanos así lo disponen, pues esa es también la intención de la Casa Blanca. Sin embargo, el propio presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, habría advertido que las negociaciones serán difíciles, pues los países centroamericanos pagarían un alto precio si abren sus mercados a los productos norteamericanos sin medidas de protección que reflejen la disparidad de las economías.
Las discusiones al más alto nivel sobre los resultados del modelo económico vigente, indican la necesidad de avanzar con prudencia en esa materia, señalaron los expertos, mientras el ambiente político cambia a ojos vista en la región, en medio de una situación compleja en la que se agotó una propuesta, sin que se vea aun con claridad el perfil de la que la va a sustituir.
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