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Después de mucho rato de ausencia, regreso para contarles sobre nuevos textos que se pueden adquirir en el mercado nacional.
¡La producción costarricense está creciendo! Para estas fechas, la Editorial Costa Rica, Editores Alambique y Editorial Mirambell tienen a la venta nuevos textos.
Dos poemarios encabezan la lista, «Qué buena tu memoria» de la costarricense Mayra Jiménez, licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela y catedrática de la Universidad Nacional; y «Porque el tiempo no tiene sombra», de Rónald Bonilla, ganador del Premio Aquileo Echeverría de poesía del 2001, (que ocasionó algunas controversias).
Si me permiten, puedo decirles que el texto «Qué buena tu memoria» es un hermoso recorrido por los sentimientos humanos en donde la artista evidencia sus temores y preferencias, sus miedos y rencores, sus amores y desamores. Además, Mayra Jiménez emplea personajes creados para ilustrar realidades cotidianas pero igualmente complejas e interesantes, salpicadas de soledad, de meditaciones existencialistas y por supuesto de una belleza poética que va más allá del verso y de la prosa para convertirse en aquella música intimista que comparte sólo con quienes se aprestan a escucharla.
Por otro lado, en «Porque el tiempo no tiene sombra», Bonilla presenta su más reciente creación y evidencia cómo varias décadas dedicadas a la poesía lo conducen por la búsqueda de su propia voz y de su propio estilo. Un estilo que nació con cuadernitos de papel en la escuela y que creció y se pulió al calor del Círculo de Poetas.
El autor no aborda la búsqueda de sentidos en medio de la realidad actual, más bien insta a reflexionar sobre la existencia del ser humano sin menoscabar sentimientos como el amor y la capacidad de sorprenderse ante experiencias cotidianas. Como dice Carlos Francisco Monge en la contraportada del libro, «no hay espacio para la desesperanza ni el miedo: las sombras no han de engañarnos, porque el tiempo transcurre y nos llama a vivir».
Y hablando siempre de poemarios, quisiera presentarles dos libros de Carlos Díaz, un herediano que es egresado de Filología Española por la Universidad de Costa Rica.
«Mi propio tiempo» y «Aguas en celo» invitan a redescubrir los signos y gestos propios de su tiempo. «Límites de lo interno», «Divagaciones», «Credo» o «Infinitamente humano» son los títulos del primero; en el segundo tomo destacan «Idolatrando tu sexo», «Lenguas extendidas», «Hechiceras de miel en cópula» y «En los labios infinitos del desnudo».
Pasando a otro género, la Editorial Costa Rica empezó a difundir «Babyboom en el paraíso» y «Hombres en escabeche», textos de las obras de teatro de la dramaturga Ana Istarú. Con este compendio, les garantizo que quienes lo compren se van a reír a carcajadas. Sexo y buen humor, referencias a las situaciones cotidianas de manera graciosa e irónica hacen a cualquier lector meditar y gozar.
El libro se presentará en el Centro Cultural de México el 19 de marzo y luego se venderá en las principales librerías del país. Quienes vieron las obras en las salas de teatro saben a lo que me refiero, quienes no tuvieron esa oportunidad, no desperdicien esta.
Pero aún queda un poemario más. «Danzas» de Guillermo Fernández, es un texto donde este costarricense retoma los versos luego de su libro de cuentos «Efecto Invernadero». Con portada de lujo e ilustraciones de xilografías y grabados en metal, Fernández dedica su reciente producción a la amistad y a los encuentros literarios.
La obra tiene tres secciones: Danzas, Aria del sastre y Rostro de Sirio; en todas el veterano poeta realiza una oda al amor. Es una producción de la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia.
¡Ah!, casi se me olvida. Para los colegas periodistas y para aquellos que desean comprender mejor esta labor también hay un nuevo texto de Edgar Fonseca, «Los mejores reporteros». El autor, quien dirige el diario «Al Día», ofrece un compendio de reflexiones y consejos en torno a la profesión y sus múltiples aristas, entre ellas, la ética profesional.
Por último, la exhibición en los cines de San José de la película «La virgen de los sicarios» ha puesto a Fernando Vallejo, un escritor cineasta y biólogo colombiano, en la primera línea de lectura. En su libro, del mismo título, Vallejo describe la vida en Medellín y la dibuja como una de las ciudades más violentas.
Drogadicción, sida, pobreza, violencia, , esto es Colombia, su patria. Un lugar en hay personas que sufren, y «para quienes la vida es una enfermedad irremediable». En el fondo está la muerte, pero la muerte de nuestra ingenuidad y el despertar de nuestra conciencia.
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