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El milagro de pintar con el alma

«Mi pie, la llave a la vida», es el título que tendrá la «autobiografía de Rosibel Pereira.

«Mi pie, la llave a la vida», es el título que tendrá la «autobiografía de Rosibel Pereira.

Cada cuadro suyo es un retrato fiel de los milagros que le salen del alma.

Nadie a quien no le revelen el secreto, sería capaz de imaginar la magia creadora de su pie izquierdo, con el que Rosibel Pereira pinta sus obras y esculpe sus más preciados sueños.

«Benditas manos las tuyas», le escribió un observador en el libro de registros de la exposición que Pereira ofrece en la galería de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, en San José.

Pereira nació con una parálisis cerebral, lo que le impide utilizar sus manos y caminar por sus propios medios, pero su inquebrantable espíritu le ha ganado las batallas al dolor y al silencio, y hoy es una pintora que cada vez goza de mayor reconocimiento.

«Cada cuadro es un reflejo de mi personalidad. Soy firme, definida, muy sensible. En cada uno está mi vida entera», dijo.

Pereira aseguró que, en un principio, pintó por rebeldía, para demostrar que «el pobrecito no existe» y para decirle al mundo «aquí dentro tengo un volcán de pasiones».

El encuentro con la técnica del óleo constituyó uno de los momentos providenciales, porque de inmediato «me enamoré por la textura y la frescura».

En 1980 presentó su primera exposición en el Centro Nacional de Rehabilitación, en Costa Rica, y trece años más tarde recibió en Washington, Estados Unidos, el «The Victory Awards», con el que premiaron su esfuerzo y su talento.

Lectora voraz, amante del chileno Pablo Neruda y Jorge Debravo, el poeta mayor de Costa Rica, Pereira aprendió a leer y a escribir gracias a la abnegación de su tía Flor, porque fue rechazada en todas las escuelas públicas a las que la llevó su madre, Mayra Cordero.

Después de negarle el ingreso en una ocasión, Pereira fue aceptada en la Escuela de Artes Plásticas de la UCR, en 1984, no sin antes escuchar la advertencia del director: «siempre y cuando usted no perturbe a los demás estudiantes».

«Iba a las clases con dos preocupaciones: aprender todo lo que me enseñaban los profesores y no perturbar a los compañeros. Cuando empecé a pintar con mi pie izquierdo, muchos se reunían alrededor para verme, y yo me decía, Rossi, concéntrese…»

Arcadio Esquivel, el profesor que hizo las gestiones para que ingresara a la UCR y quien supervisó durante un año los trabajos que hacía en su casa, resalta en las obras de Pereira «los colores vivos, la presencia de la luz y de la naturaleza».

«En ella predomina el estilo impresionista, que se caracteriza por el trazo firme, y el gusto por la naturaleza», expresó.

Después de numerosas exposiciones y de haber pasado por la UCR, donde tiene previsto llevar sus obras, Pereira emprendió otro gran desafío: escribir un libro para contar su vida.

«Mi pie, la llave a la vida», es el título que tendrá la autobiografía.

En el libro ha empleado tres años de esfuerzo, pero antes tuvo que aprender a utilizar una computadora, para escribirlo con el pie.

» Está compuesto de nueve capítulos y en él cuento mi vida, así como el trauma y el caos que significó para mi familia la parálisis cerebral con que nací».

Si bien ya concluyó la redacción, falta la corrección de estilo y el apoyo de un patrocinador para que salga a la luz.

Aunque Pereira tiene cierta dificultad para hablar, es una excelente conversadora y una admiradora de Miguel Angel y de Vincent Van Gogh.

«Del primero me agrada el realismo y de Van Gogh su fuerza creadora».

A ella, como al genio holandés, también le gusta pintar girasoles y uno de los cuadros que se exhiben en San José trata este tema.

Cualquiera que mire sus obras y haya leído al poeta y escritor cubano José Martí, evocará de inmediato uno de sus pensamientos supremos: «No se debiera escribir con palabras, sino con hechos».

 

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura