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Roger López Pionero de la caricatura

A sus 87 años el artista de la caricatura Róger López, sigue siendo un viajero incansable.

A sus 87 años el artista de la caricatura Róger López, sigue siendo un viajero incansable.
 
 
Róger López: «Cada caricatura personal es la síntesis de un gesto, y el artista, un psicólogo guiado por la intuición».
 
De paso por Costa Rica, -pues vive en California- , Róger López ofreció una entrevista a UNIVERSIDAD en el Café del Teatro Nacional, el mismo lugar donde expuso en forma individual por primera vez en 1941, cuando mostró 201 caricaturas hechas «a línea».
López hizo su carrera en Guatemala y México; en este último país se quedó durante dos décadas, ahora tiene tres de vivir en Estados Unidos.  Ha hecho 23 exposiciones individuales y cinco colectivas a lo largo del continente americano. La última que realizó en Costa Rica, fue una Retrospectiva en el Museo Nacional en 1985.
 
Fue alumno del artista Tomás Povedano; caricaturista de la campaña de León Cortés y padrino artístico de Hugo Díaz.
López nació en Alajuela, creció en San José y se define como autodidacta, pues aunque recibió clases de Povedano, autor de El Comercio, El Arte y La Industria, recuerda no haber soportado el rígido academicismo del español.
Se considera padrino intelectual del recordado Hugo Díaz, a quien, -con tan solo 14 años- invitó a participar en una exposición colectiva realizada en 1943 junto a Noé Solano, Paco Hernández, Julio Tolera, Alcides Méndez y Claudio Carazo, caricaturistas de la época.
Un año antes había publicado su colección: «La jornada cívica en 60 caricaturas», en donde atacó «por igual a Calderón Guardia, Mora y Picado, pues era el dibujante del Partido en la campaña de León Cortés».
 
ARTE QUE NO SE ENSEÑA
 
Se le conoce sobre todo por sus caricaturas de personajes famosos aunque a mediados del siglo pasado hizo caricatura política y actualmente pinta acuarelas.
Sin embargo, sus obras actuales (18 x 24 pulg.)  se caracterizan por el volumen y el color de las formas, a diferencia de las iniciales que eran en blanco y negro y lineales.
Hechas en pastel y «a dedo», pues no se vale de más, los dibujos recrean la imagen de Dalí, Cantinflas, Michael Jackson, la reina Sofía, Pepe Figueres o Fidel Castro. A otros no le interesa captarlos, como a George W. Bush, pues considera que «su cara no dice nada, es muy anodina.»
A través de formas y texturas que recuerdan jarras y vasijas, fabrica una inédita representación icónica asumida desde ciertas características simbólicas de cada personaje.
Para él, «cada caricatura personal es la síntesis de un gesto y el artista, un psicólogo guiado por la intuición.  Y precisamente por eso es que este es un arte que no se puede enseñar».
Esta vez se reunió con un grupo de artistas costarricenses, pues dijo admirar el trabajo de Arcadio y sobre todo la plácida sencillez de los trabajos de Hugo Díaz.
Para este hombre lúcido a quien le encanta conducir automóviles  («pero no en Costa Rica»), la energía no se agota y en medio de su modestia, se hace más grande.

  • PETRONIO MARCENARO
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