El artista mexicano José Luis Cuevas visitó Costa Rica para inaugurar una muestra de su más reciente obra plástica.

Junto a amigos, colegas y hermanos latinoamericanos, el artista plástico José Luis Cuevas inauguró su más reciente exposición en Costa Rica.

Oculto en la multitud, su figura pasó inadvertida ante la mirada de sus más fieles seguidores, quienes cegados por la emoción no lo reconocieron.    Sin embargo, cuando el reloj marcó las 6 p.m., todas las personas que el pasado 11 de abril asistieron al Centro Cultural de México aplaudieron la llegada del maestro José Luis Cuevas, uno de los artistas plásticos latinoamericanos más reconocidos.

Amable ante las muestras de cariño y alegre por regresar a Costa Rica tras ocho años de ausencia, el mexicano inauguró su más reciente exposición en el país, la cual se presenta en el Museo de Jade hasta finales de junio.

La muestra contempla 75 obras realizadas entre 1991 y el 2001, las cuales fueron seleccionadas por Manuel Alegría, quien escogió las piezas más representativas de la colección.

Esa noche el público estuvo compuesto principalmente por ticos, colombianos, argentinos, españoles, y muchos mexicanos, quienes tuvieron la oportunidad de conversar con el artista sobre la actualidad social y cultural de su tierra natal.

José Luis Cuevas ha venido varias veces a Costa Rica, donde residen grandes amigos suyos; él recuerda con cariño esta tierra porque su primera novia fue tica.

«Costa Rica es un país maravilloso.  Desde hace varios años que es conocido como la «Suiza de América», porque tiene muchos aspectos positivos que deberían servir de ejemplo para el resto de Latinoamérica», señaló.



ARTE EN TODOS SU CAMPOS



Cuevas ha estado vinculado con el arte a través de distintas manifestaciones: pintura, dibujo, grabado, escultura, cerámica e incluso literatura.

A este capitalino de la ciudad vieja le gusta recordar que nació cerca de una fábrica de papel y que durante su adolescencia sufrió de un mal cardíaco.

A los 24 años había logrado exponer sus obras en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, donde inició una trayectoria que comprende cientos de exposiciones individuales y colectivas en galerías, museos y ferias de arte en las principales ciudades del mundo.

Cuevas es considerado uno de los iniciadores de la rebelión neofigurativa, se convirtió en relator gráfico de la soledad y la angustia que acompaña al hombre en los grandes conglomerados urbanos.

Por ser dibujante, se dedicó a la actividad gráfica muy tempranamente, sin embargo su afán protagónico lo llevó a la escritura.  Ha escrito los «cuevarios», una especie de columnas dominicales que publica semanalmente en diarios mexicanos.

Además, en su tierra natal existe un museo que lleva su nombre, instalado en un antiguo convento donde aloja una colección donada al gobierno federal.