Los once equipos que iniciarán la temporada 2002-03 pocas semanas después de que finalice el Mundial de Fútbol, buscan destronar a la Liga Deportiva Alajuelense.

Liga Deportiva Alajuelense será el equipo a vencer en la próxima temporada, gane o no el tricampeonato contra Santos.

Aún no se cierra el telón de la temporada 2001-2002; agoniza el Torneo Clausura; Alajuelense y Santos se alistan para definir la corona en dos juegos de ida y vuelta seguidos, el 4 de mayo en Guápiles y el 7 en el Morera Soto, luego sigue el excitante paréntesis del Mundial de Fútbol y tras unas cortas vacaciones, once equipos tienen como propósito principal que la Liga -caso de ganar el tri contra Santos- no logre su cuarto campeonato.

Incluso, aún campeonizando el Santos, en lo que sería su primer gallardete, siempre el club por vencer será la Liga, por el dominio que viene ejerciendo en el fútbol desde hace muchos años, liderazgo dominante que no agrada para nada a saprissistas, heredianos y tampoco a los miles de seguidores de la oncena de Guápiles, ya metida a  grande con todo derecho y honor.

Desde luego que si Santos logra la osadía de arrebatarle a los rojinegros el título, la cacería contra los manudos puede mermar, pues la pérdida de la corona y la no conquista del tricampeonato de parte de los erizos, enfriaría los ímpetus revanchistas de Saprissa y Herediano, desesperados por retomar sus posiciones de privilegio que llevan a la consecución del cetro.

Este es un primer aspecto de la nueva campaña; Saprissa, Herediano y Santos son los clubes llamados a dominar la temporada por encima de la Liga; si no lo logran y permiten que los actuales campeones reediten sus éxitos, podríamos entrar de nuevo a un torneo de una sola cara, idéntico a este Clausura que pronto fenece.



LA ENCRUCIJADA



El Club Sport Herediano apostará al verbo de Carlos Watson desde el arranque; el talentoso técnico no pudo enderezar el barco rojiamarillo, una vez que sustituyó a Odir Jacques y los florenses fueron de arriba a abajo con igual facilidad.

Ahora, el equipo hará la pretemporada con Watson y se reforzará según los criterios del timonel, lo que abre esperanzas.

El Deportivo Saprissa es incógnita, tras su derrumbe al final de campaña, que obliga a cambios revolucionarios que implican una planilla renovada, despidos de figuras de renombre y la contratación de un nuevo entrenador.

Santos sigue igual, como campeón nacional o como finalista, entra a su quinta temporada en la primera división con etiqueta de grande, de club modelo y lógicamente con todas las aspiraciones de repetir como monarca, (si lo logra) o de ser otra vez finalista. Rónald Mora, su encopetado técnico, tiene un año más de contrato.

En cuanto al Cartaginés, es un hecho que dará oportunidad de empezar a Carlos de Toro, un timonel que lo sacó de la crisis y que lo largó del descenso, suficiente detalle para premiarlo con una prolongación de contrato.

Estos son los clubes que irán tras la presa rojinegra, reforzada con el retorno de su hijo pródigo, Johnny Cubero, quizá con el aporte de uno o dos jugadores del Saprissa, Centeno y Jervis Drummond y también, con la partida de algunos que no dieron la talla como Marvin Chinchilla, Ciccia, Oviedo y a ver que sucede con Josep Miso.



LOS VEGETALES



En todos los campeonatos del mundo, hay clubes que vegetan; son los que siempre permanecen en la parte media de la tabla; esos que esporádicamente y durante el desarrollo del torneo, intentan un salto hacia las posiciones de privilegio, pero rápido vuelven a su hábitat natural para acomodarse entre el cuarto y el noveno puesto.

Liberia, San Carlos, el mismo Cartaginés, Pérez Zeledón, Santa Bárbara, son clubes que muy pocas veces están en peligro de descenso; Carmelita y Osa se alternan y se esconden entre el sótano y su antesala.

Limonense, prácticamente condenado al descenso, lleva tres temporadas coqueteando con éste, salvando el pellejo y la categoría en el último partido, hasta que por lo visto, esta vez no le alcanzó.

Lamentablemente para el fútbol costarricense, la temporada anterior descendió Puntarenas y ahora toca el turno a Limón, los dos grandes puertos que como paradoja plena de dolor, son verdaderos semilleros de futbolistas, nutriente para clubes de la Meseta Central que se aprovechan de la pobreza que habita en los puertos y también de la desidia de sus fuerzas vivas para cercenar sus nóminas y sentenciarlas a la desaparición.



EL DESCENSO



¿Qué club viajará a la segunda división la próxima temporada?

Primero habrá que conocer cuál asciende en esa lucha que hoy se dan sin tregua los ocho clasificados a las cuadrangulares semifinales de la segunda división.

Guanacaste, Universidad, Ramonense y Turrialba pelean en un grupo; Paraíso, Sagrada Familia, Cartagena y Puntarenense en el otro; uno de estos ocho equipos sustituirá eventualmente a Limón en la máxima categoría y -hay que decirlo con franqueza- pasa de inmediato a ser candidato a ocupar los últimos lugares al final de la campaña.

Quizá Guanacaste y Paraíso tengan mayores opciones de ser protagonistas en la primera división; Universidad es una sucursal de la Liga; Sagrada y Cartagena son clubes modestos y pobres; Ramonense, Turrialba y Puntarenense ya tienen antecedentes propios o de vecindario en la primera división no muy propicios.

En todo caso y para aventurarnos en un pronóstico temprano, si hoy tenemos que señalar un fuerte candidato al descenso en la próxima campaña, señalaríamos a Osa, un club que no se ha podido fortalecer económicamente, que vive en miles de apuros, con poco apoyo de su localidad y entregado totalmente a las manos trabajadoras de Juan Luis Hernández Fuertes, quijote de amigos y enemigos, de locuras y aciertos, de trabajos y abandonos, de buenos y malos ratos que hoy se desconoce si va a seguir en la península.

Osa, además del equipo que ascienda, quizá Pérez Zeledón y Santa Bárbara, si no se remozan e incluso Carmelita, a pesar de la ilusión de su nuevo estadio que viene en camino, son todos candidatos a vivir en la parte baja de la clasificación. Será muy difícil que ellos sean cazadores cercanos a la gran presa, el león erizo.