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El ritmo cadencioso de la música de Bob Marley producía en ellos un extraño sortilegio. Al escuchar sus canciones movían la cabeza, levantaban sus brazos, danzaban o simplemente sonreían.
Las personas que podían caminar, daban vuelta o se movían al escuchar la música.
Una investigación realizada por la M.Sc. Daisy Mora Zúñiga, para optar a la Maestría en Ciencias del Movimiento Humano de la Universidad de Costa Rica, comprobó los cambios positivos que produce el uso de músico terapia y la danza terapia en el comportamiento no verbal de personas con discapacidad múltiple severa.
Con este fin empleó diferentes tipos de música, y encontró que la que más les gustaba y los hacía reaccionar fue precisamente la de Marley.
Su objetivo fue determinar los efectos agudo y crónico de la música terapia y la danza terapia, en el comportamiento no verbal de este tipo de personas.
Para ello seleccionó una muestra de 24 internos del Hogar Luz, entre los 18 y los 30 años, los cuales fueron divididos en cuatro grupos de seis personas cada uno: un grupo control, uno de solo danza, otro de solo música y el último que combinaba ambas.
Cada uno recibió en total 20 sesiones, de 20 minutos cada una, tres veces por semana y durante siete semanas.
La investigadora eligió el contacto visual, la sonrisa y las vocalizaciones, como medios de comunicación, pues ellos no tienen ningún proceso de aprendizaje, y su condición es muy elemental.
La Máster Mora señaló que los que padecen discapacidad múltiple severa, en general tienen muchos problemas de comunicación tanto verbal como no verbal, y muy limitados sus movimientos.
Se decidió trabajar con conductas muy sencillas, ya que si no lograban realizar contacto visual con ella, no podía enseñarles otras cosas.
El estudio lo inició tiempo atrás, con la idea de que la conocieran y que su presencia no se constituyera en un estímulo nuevo para ellos.
Por trabajos previos que había efectuado con músico terapia en esta misma población, y la lectura de investigaciones hechas en otros países en niños con retardo mental y autistas, sabía que en la mayoría de los casos los efectos eran positivos.
En este sentido, los resultados de su estudio mostraron que el contacto visual, las sonrisas y las vocalizaciones se incrementaron significativamente tanto con música y danza, como con músico-danza, la cual fue superior a las otras dos. Quince días después de finalizado el tratamiento, este último grupo aún retenía lo aprendido, mientras que los otros no recordaban nada.
COMPASES Y SONIDOS
Según dijo la M.Sc. Mora, la danza terapia surgió cuando los mismos bailarines se dieron cuenta que a ellos les generaba efectos positivos y empezaron a desarrollar sus principios.
Inicialmente se aplicó en personas sin ninguna limitación física o mental, y luego se trasladó a diferentes poblaciones, como adultos mayores, niños y personas con discapacidad.
Aunque es una corriente que ya tiene muchos años de existencia, en Costa Rica hasta ahora se está aplicando para medir patrones de conducta, movimientos, control postural, etc.
En su caso, eligió trabajar en aspectos relacionados con la comunicación no verbal. Para ello seleccionó una habitación con el espacio necesario, para que pudieran desenvolverse libremente.
Al grupo control lo dejaba que hiciera lo propio, excepto autoagredirse. Al de música lo ponía solo a escucharla y los estimulaba con frases alusivas para motivarlos.
Por su parte, a los de danza sin música los estimulaba para que bailaran. Ella generaba algunos movimientos y ellos hacían otros espontáneos. Los que podían caminar daban vueltas, se movían, y los que permanecían en cama movilizaban una mano o sonreían.
Asimismo, al grupo de música combinado con danza se les motivaba para que bailaran y escucharan la música, de modo que era mayor el estímulo por contar con ambas, aunque en general se trataba de generar el mismo estímulo en los tres grupos.
En cuanto al tipo de música que se emplea, la M.Sc. Mora comentó que depende del objetivo que se persiga. En este caso la idea principal era que ellos se movieran.
Con ese fin probó diferentes tipos de música. La clásica e instrumental los relajaba mucho y tendían a dormirse. En el caso del merengue, les encantaba, pero después de escucharlo un rato quedaban un poco alterados. En cambio con la música de Bob Marley se movían, bailaban y después quedaban tranquilos, no los estimulaba tanto.
Cada sesión tomaba solo 20 minutos, porque después de este tiempo empiezan a dispersarse, algunos se aburren, otros se duermen o se dedican a hacer otras cosas.
La investigadora señaló que las personas con discapacidad múltiple severa necesitan continuidad en el trabajo que se hace con ellos, porque tienden a olvidar lo aprendido. Esto lo comprobó en un trabajo previo sobre aspectos motores que efectuó en una población con retardo mental, la cual perdió en los tres meses de vacaciones, lo aprendido en un año lectivo.
TRABAJO PIONERO
Este estudio es el primero que se hace en el país en este campo. Para Mora, esta podría ser la base para trabajos posteriores mucho más amplios, que tomen en cuenta diferentes aspectos, como los relacionados con la parte motora.
Al respecto, mencionó que cuando la parálisis cerebral es espástica ellos están contracturados y los músculos se encuentran siempre tensos, lo que posiblemente les genere dolor. De modo que el uso de este tipo de terapia podría resultar beneficiosa para ellos.
En su estudio pudo comprobar que conforme avanzaban en el tratamiento se ponían cada vez más contentos, pues el simple hecho de que se les ponga a hacer algo diferente ya es ganancia para ellos.
Posiblemente el hecho de que bailen y se muevan, permita que las articulaciones lleguen a tener un movimiento más amplio.
La profesional apuntó que ellos tienen muchas limitaciones, talvez la extensión de su brazo no es total, por lo cual si se logra avanzar medio grado, un grado o más, ya es un éxito. Pero para llegar a comprobarlo es necesario un mínimo de tres meses de terapia para empezar a notar cambios, y otras investigaciones.
De acuerdo con la M.Sc. Mora, es fundamental realizar más estudios en este campo, y que las instituciones relacionadas con la salud y la educación pongan más atención a este tipo de población.
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