Abrir Noticia Guardar

Fox al desnudo y cabrito asado

En parte del memorable diálogo Vicente Fox le dice a Fidel (que había sido invitado por el Secretario General de la ONU) que llegara a Monterrey el jueves, que participara en la sesión e hiciera su presentación. «Después tenemos un almuerzo; inclusive te ofrezco que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, te regresar*s… para que no me compliques el viernes» (día en que prometió llegar George Bush… si Fidel no estaba presente).

En parte del memorable diálogo Vicente Fox le dice a Fidel (que había sido invitado por el Secretario General de la ONU) que llegara a Monterrey el jueves, que participara en la sesión e hiciera su presentación. «Después tenemos un almuerzo; inclusive te ofrezco que te sientes a mi lado, y que terminado el evento y la participación, digamos, te regresar*s… para que no me compliques el viernes» (día en que prometió llegar George Bush… si Fidel no estaba presente).

Y conforme Fox se iba desnudando, mostrándose como un servil del presidente estadounidense, Castro, que grababa toda la conversación, hacía incurrir una y otra vez al presidente mexicano en más y más desvergonzadas expresiones. Fox le dice «que estando en casa a mí me serviría muchísimo que no hubiera declaraciones sobre el tema de la embajada o de las relaciones México-Cuba… y no agredir a Estados Unidos o al presidente Bush».  En ese momento el presidente cubano le dice: «Óigame, señor Presidente, yo soy un individuo que llevo como 43 años en política y sé las cosas que hago y las que debo hacer.  No le quepa la menor duda de eso, que yo sé decir la verdad con decencia y con la elegancia necesaria.»  -«Oye, Fidel, de cualquier manera est* la invitación a que me acompañes a la comida, que eso sería como a la 1:00 de la tarde ó 1:30 y acabando de comer, entonces puedes salir… hay cabrito que es muy rico».

El resto ya es conocido. Fidel cumplió con la desagradable petición de Fox, retirándose de la reunión de presidentes convocada por la ONU, sin decir a qué se debía su partida.  No fue sino hasta que Vicente Fox incumpliera su compromiso de reconocerle al diplomático cubano que quedaba en la reunión, la credencial de representante de su país, y negara reiteradamente que de alguna manera había obstaculizado la participación del presidente cubano, que el gobierno de la isla, acosado por la prensa y por acusaciones de estar inventando una novela, se vio obligado a divulgar íntegramente la grabación de la llamada telefónica que Fox hiciera casi a media noche.

Y por supuesto no faltaron las reacciones. Legisladores mexicanos y grandes sectores de esa gran nación se han dirigido, incluso personalmente, a disculparse ante las autoridades cubanas por la vergonzante actitud de su presidente. Las mentiras dichas por Fox y su canciller Castañeda, oscuro personaje de la diplomacia mexicana, no sólo han hecho evidente una parte desconocida de la personalidad de ambos.  También han hecho sonrojarse a los que, tal vez de buena fe, siguieron al presidente del Uruguay, apoyado por Fox y Castañeda, en su maniobra contra Cuba en la Comisión de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en el nivel mundial.
 

Podemos decir que con este insólito incidente, además del menú que nos ofrece «Fox al desnudo y cabrito asado», también salieron a la luz pública otros ingredientes más o menos amargos. Más allá de la vergüenza que gran parte del pueblo mexicano exhibe por culpa de esos dos altos funcionarios, ha quedado claro que detrás de ese velo de hipocresía se mueven muchos intereses espurios, matizados de una «independiente política exterior». El papel indigno que representara el presidente del Uruguay actuando como mensajero de Bush (jugado el año anterior por las autoridades checas) es parte de ese toma y daca que antes creíamos exclusivo de un burdel.  En este caso, por comprensibles previsiones, ha quedado grabado un hecho insólito.  Pero si por azar del destino se hicieran públicas los diálogos que desde la Casa Blanca se han tenido con otros presidentes, de hoy y de ayer, de acá y de allá, ¡cuántas verdades se conocerían!

En fin, deseamos expresar nuestro sentimiento al pueblo mexicano por el ultraje de que ha sido objeto por parte de su presidente; entendemos la pena que le embarga y nos solidarizamos con los que tienen en el decoro y la dignidad un estandarte. Si les sirve de consuelo, nada m*s piensen que lo sucedido  no es exclusivo ni de su presidente ni de su política exterior…

  • Dr. Freddy Pacheco
  • Opinión