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La graves deficiencias de Costa Rica en la definición, demostradas a lo largo del Mundial 2002, acabaron con sus ilusiones de disputar la segunda fase del torneo.
Costa Rica libró una batalla intensa y dio muestras de pundonor durante el cotejo que perdió con Brasil. En la acción Paulo Wanchope intentó un regateo ante Anderson Polga.
El pánico escénico acabó con Costa Rica en el Mundial. El mal comienzo contra China y Brasil certificaron con creces la falta de roce internacional del fútbol tico y pesaron demasiado en el balance general que le dio el pase a la segunda ronda a la rígida Turquía.
La inseguridad demostrada en ambos inicios le restó opciones a la Tricolor, que a pesar de los cuatro puntos conquistados, le dijo adiós a la Copa del Mundo del 2002.
Las graves deficiencias que el equipo mostró en la definición se constituyó en un mal que silenciosamente acabó con las ilusiones costarricenses en el certamen.
El déficit en la definición afectó al seleccionado en los tres encuentros que disputó en la Copa del Mundo y así quedó registrado contra China (2-0 a favor de los ticos) y Turquía (1-1) y Brasil, 5-2.
La paradoja, o la triste realidad, es que las opciones de gol que se transformaron en lamentos, al final marcaron las diferencias entre costarricenses y turcos, quienes avanzaron a los octavos de final.
Todo se resume en una frase: aún es imprescindible ese roce ante los mejores, para que de esa forma los futbolistas ticos jueguen sin los obstáculos que los condicionaron en el presente Mundial.
Basta con pensar que los turcos participan en la principales competiciones europeas, mientras que los costarricenses lo hacen en los devaluados torneos de la CONCACAF.
Frente a Brasil se evidenció que pesó demasiado el nombre del adversario y la camiseta «auriverde». A los tetracampeones les bastó doce minutos para sentenciar el encuentro.
La mera presencia de Ronaldo confundió a los zagueros y el atacante se aprovechó de esa situación para concretar dos goles y definir, prácticamente, el destino del trascendental juego, que concluyó 5-2 a favor de su selección.
LECTURA EQUIVOCADA
Si el fútbol es un deporte de cálculo, la selección tricolor se equivocó al llegar ante Brasil a jugarse el pase a la siguiente fase, precisamente frente a uno de los pocos favoritos que aún sobreviven en el torneo.
En el encuentro con los turcos, que concluyó empatado a uno, la Tricolor hipotecó el 95 % de sus posibilidades de continuar en la Copa del Mundo y Brasil solo se encargó de confirmar, el jueves 13, las sospechas.
En el mano a mano con los turcos estuvo en disputa el boleto a la siguiente ronda, porque estaba claro que ante los «auriverdes» las cartas jugaban en favor de los tetracampeones. Es decir, en realidad la clasificación no se perdió ante Brasil, sino frente a Turquía.
El 1-1 con los turcos obligaba al seleccionado a realizar un partido excepcional contra Brasil, pero la historia, hay que admitirlo, juega en una Copa del Mundo y le pesó demasiado a los ticos en el arranque del partido.
El pánico escénico que maniató a los seleccionados ante los brasileños, también le había jugado una mala pasada a los ticos en su debut contra China, un equipo mediocre que ni siquiera consiguió un gol en el certamen.
Ambos comienzos deficitarios –ante China y Brasil– resultaron determinantes para que Costa Rica, que tenía calidad para continuar en el torneo, regresara a casa antes de lo esperado por sus aficionados.
El seleccionado tico se despidió de la Copa del Mundo al acumular cuatro puntos y un gol negativo, mientras que Turquía logró igual número de unidades pero con dos goles a favor.
Costa Rica confirmó que sus jugadores poseen una técnica respetable, pero a la vez evidenció que para un Mundial se requiere una preparación más sólida, que incluya fogueos de primer nivel y no ante equipos de discutible categoría, como sucedió en la fase previa al torneo.
La necesidad de jugar a un ritmo mayor, también es otro de los aspectos que debe corregir el fútbol costarricense con vistas a torneos internacionales.
Y ante Brasil este aspecto quedó más que demostrado, puesto que la intensidad de juego de los suramericanos siempre metió en serias dificultades al equipo nacional.
Ya Alexandre Guimaraes, técnico de la selección, lo había advertido en reiteradas oportunidades, pero mientras tanto la dirigencia se rasgaba las vestiduras por un campeonato local que, fuera de las fronteras ticas, no le interesa a nadie.
Con la descalificación concluyó un ciclo dirigido con inteligencia y profesionalismo por Guimaraes y en el cual el balompié tico corroboró que la seriedad es un valor esencial en un deporte como el fútbol.
Queda claro, entonces, que para poder combatir «el pánico escénico» que afectó al seleccionado, es imprescindible una presencia continua en Mundiales y que los futbolistas costarricenses se expongan a mayores niveles de exigencia.
La hora del regresoAntonio Mora redactor Aturdidos por el sinsabor de la derrota, aunque honrados por la gallardía que mostraron sobre el terreno, los integrantes de la tricolor se despidieron del Mundial, con un cúmulo de experiencia. La paliza fue contundente, el 2 a 5 testificó el poderío brasileño y sus serias intenciones de alcanzar la Copa 2002; empero la tricolor dio muestras de dignidad y coraje en cada minuto de la batalla que libró en el campo.
Por ello, el defensor Gilberto Martínez, luego de la conclusión del encuentro, dijo estar satisfecho por la entrega que plasmaron durante los 90 minutos, en declaraciones brindadas a Repretel.
«Sabíamos el potencial de Brasil, pero nosotros estuvimos siempre dispuestos a luchar de tú a tú, sin complejos, porque nuestra meta era sumar para obtener la clasificación», sostuvo.
Aunque el propósito al final se frustró, calificó la experiencia de provechosa para el crecimiento futbolístico nacional, tras recordar que este mundial representa un paso fundamental para trabajar de cara a las futuras competiciones internacionales.
Martínez dijo que aunque en esta oportunidad se pagaron caros los errores defensivos, producto de la inestabilidad del equipo en los primeros minutos, estos torneos le sirven al balompié tico para crecer.
Por su parte, el técnico Alexandre Guimaraes, pese a no ocultar su desazón por la eliminación, se mostró complacido por el nivel de juego que practicaron sus muchachos en la cita mundialista, de acuerdo con declaraciones a la prensa brasileña y retransmitidas por Radio Monumental.
«Guima» fue enfático al manifestar que Costa Rica logró un paso importante con su participación en esta Copa, al tiempo que pronosticó un futuro halagador para el fútbol costarricense en las futuras competiciones internacionales.
«Es necesario continuar con el trabajo de base con las selecciones menores, para aumentar las posibilidades de éxito», indicó.
El técnico calificó de excelente la experiencia acumulada en todo el proceso que condujo a la cita asiática y recordó que existen buenos proyectos para evolucionar el fútbol nacional.
Para el estratega, Costa Rica tiene muchas opciones de acceder a la Copa de Alemania 2006, sobre todo porque esta representación deja vigentes al menos a 15 futbolistas con experiencia en procesos mundialistas, concluyó.
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