Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El crecimiento táctico de la Selección Nacional de Costa Rica es evidente en cada partido jugado en el Mundial Corea-Japón.
Alexandre Guimaraes: La Selección de Costa Rica está «in crescendo».(Foto Y. Quesada)
Ha llegado la hora de la verdad…, cuando terminan las palabras y solo se puede hablar en la cancha con hechos: la selección de Costa Rica se juega la clasificación frente a Brasil.
Este último no es cualquier equipo, es el más seguido en el país, luego por supuesto de la nacional, pero ¿qué futuro tenemos?
Es difícil predecir algo antes del cotejo, en un mundial donde los grandes favoritos se han quedado fuera de la segunda fase: Francia, actual campeón se fue sin anotar un gol; Argentina se marcha sin demostrar nada más que impotencia y un pueblo que sufre pues añoraba que su selección se convirtiera en el bálsamo para el espíritu dolido por la situación económica.
¿Quiénes sacan provecho en esta competición? Aquellas selecciones que no están precedidas de favoritismo y ante todo han demostrado una enorme fortaleza colectiva, alguna individualidad, pero sobre todo la capacidad de realizar una lectura correcta de sus capacidades y sus yerros para ejecutar con armonía su juego, que por lo general ha sido reposado para esperar al rival y explosivo para atacarlo.
Los principales ejemplos en este mundial lo dan Dinamarca, Suecia, Irlanda, Estados Unidos, Corea y la selección de Costa Rica. Este preámbulo es necesario pues el fútbol del mundial tiene una corriente y es la que marcan los equipos mencionados, cuyos resultados los tienen ya clasificados o con grandes posibilidades.
BRASIL, EL RIVAL
El calendario de la Copa mundial para Costa Rica le ha permitido avanzar en un crecimiento paulatino de su nivel físico y futbolístico, de confianza y determinación, pues China como primer rival nos otorgó una victoria cómoda, sin grandes contratiempos defensivos. Esos 3 puntos nos dieron confianza. Turquía fue más rival, pero el equipo también superó el rendimiento del debut, frente a un equipo más serio y de excelente nivel, terminamos jugando mejor y con opciones para ganar el partido.
El técnico de la nacional Alexandre Guimaraes afirmó que el cuadro está «in crescendo» (como en la música), que le toma el pulso y lo siente fuerte, decidido, consciente y deseoso de trascender.
Las palabras del estratega reflejan lo que ha sido la verdad, no es vanidad, no es inconciencia , no es utopía, es lo que se mira y los técnicos del mundo así lo comentan. Por ejemplo, el doctor Carlos Salvador Bilardo dijo que Costa Rica navega con rumbo fijo hacia la segunda fase; o como apuntó el ex-jugador y conductor del programa «Simplemente Fútbol» de la cadena ESPN Enrique Wolf, «los ticos tocan buena música en su juego y les salen bellas melodías cuando se lo proponen».
Jugar contra Brasil es como cuando se juega con alguien a quien siempre se ha admirado y de alguna forma también se ha seguido, pues no se puede esconder que en nuestro país siempre se ha visto con ilusión al fútbol brasileño y en los mundiales. Si la nacional no compite, la mayoría de los ticos apoyan a la «verde amarela».
Posiblemente se ha idealizado nuestro fútbol con base en la creatividad y belleza estética de los jugadores de ese país, sin olvidar el más recordado de todos: «Pelé». (Edson Arantes Do Nascimento)
Pero para este encuentro de clasificación, nuestros jugadores deberían ver a Brasil como simplemente un rival por vencer, como el equipo que no nos impediría lograr el objetivo de pasar a la siguiente ronda, sin fijarnos en el color de la camisa, ni los montos de los contratos de los jugadores que están al frente, ni el recuerdo de lo que sus padres o ellos admiraban a este fútbol. El enfoque debe ser el resultado y nada más.
Jugar frente a los brasileños tiene varias connotaciones que al final nos pueden llevar al pronóstico, por primera vez nos enfrentaremos en el mundial a un equipo que está obligado siempre a ganar, no importa contra quien juegue. Tendrá durante los 90 minutos la responsabilidad de manejar el juego, pues su condición de tetracampeón se lo exige.
Esto podría hacer que a pesar de su fortaleza ofensiva, la nacional también pueda encontrar el camino para hacerles daño en su defensa , que al parecer es el talón de Aquiles de los brasileros.
La tricolor ha demostrado una gran seguridad defensiva, que ha sido puesta a prueba sobre todo por los turcos y la respuesta no pudo ser mejor. ¿Por qué no pensar entonces en que a pesar de la gran capacidad individual y la magia de los Ronaldo y los Rivaldo, pueda también imponerse? Si alguna vez debemos ser serios en la disciplina táctica, es en esta ocasión.
La exigencia será mayor en la concentración, pues con este equipo plagado de figuras, no se sabe por «dónde saltará la liebre «.
Estamos a un pequeño paso de emular nuestra actuación en el mundial del 90, donde nos bautizamos en una copa del mundo, destino señalado: otra vez Brasil, pero esta vez por una clasificación.
Aquel verano italiano del 16 de junio en Turín, con un equipo para el que todo era novedoso y se tuvo mucho temor, quizá demasiado respeto frente a un equipo que demostró muy poco.
Pero esta es una nueva historia, hay una generación con más experiencia, más roce y determinación, que ha roto paradigmas. Si pensamos en que ha superado situaciones difíciles como ganar en el EstadioAzteca, o vencer a los hondureños en su estadio y arrebatarles prácticamente la clasificación, nace la creencia de que SÍ SE PUEDE.
Este es el juego más importante para nuestro fútbol en los últimos 12 años pues nos jugamos el chance de entrar de nuevo en la historia.
Los corazones de cerca de 4 millones de habitantes , no cabe duda palpitarán a un ritmo más acelerado de lo normal este 13 de junio.
Este documento no posee notas.