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En Costa Rica hay una incidencia promedio de 3,16 casos nuevos cada año, por cada 100.000 menores de 15 años, de Diabetes Mellitus Tipo 1.
Un temprano diagnóstico puede evitar graves consecuencias y garantizar un desarrollo normal en la infancia.
Lucía, quien tiene cinco años de edad y gozaba de buena salud, empezó a levantarse por la madrugada a tomar agua y se orinaba en la cama.
Fue llevada al centro médico porque su madre pensaba que tenía una infección urinaria. A la semana presentaba una pérdida significativa de peso, sin razón aparente.
La doctora le envió un examen de orina cuyo resultado fue cetonuria positiva (presencia de sustancias que provienen de la destrucción de las grasas), por lo que fue referida al Servicio de Endocrinología del Hospital Nacional de Niños.
La oportuna preocupación de la madre y la médica evitó que la niña pudiera sufrir serias consecuencias a causa de la Diabetes Mellitus Tipo 1.
Al respecto, el Dr. Luis Diego Calzada, del Servicio de Endocrinología del Hospital Nacional de Niños y Director de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica, dijo que es fundamental tener presente la sintomatología y realizar un diagnóstico a tiempo.
Explicó que, la Diabetes Mellitus Tipo 1 si no se detecta y trata oportunamente puede causarle a infantes y adolescentes complicaciones como deshidratación, acidosis severa, coma y muerte, que en Costa Rica en los últimos años no se ha dado, gracias a la atención oportuna.
Pero además, de no darse el tratamiento en forma correcta pueden aparecer a mediano y largo plazo complicaciones crónicas, debido a alteraciones micro vasculares, con serias complicaciones en la vista y en los pies – que pueden llevar a la ceguera y la amputación- así como en el corazón y el sistema nervioso central.
Enfatizó que de ahí la importancia de la difusión del conocimiento, tanto entre profesionales de la medicina como hacia la población en general, para garantizar un diagnóstico temprano que permita dar el tratamiento adecuado, cuyo entrenamiento a pacientes y familiares es impartido por el citado Servicio.
Aquí se les enseña a realizar en la casa el control de glicemias (nivel de azúcar en la sangre) del paciente y a suministrar la insulina. También se les entrega los implementos necesarios -lector óptico de glucosa, cintas para autocontrol de glicemia, jeringas- el medicamento y adiestramiento nutricional.
BAJA INCIDENCIA
Dicho especialista es parte del equipo del servicio que realiza una investigación sobre la epidemiología de la Diabetes Mellitus insulino-dependiente (DMID) en personas menores de 15 años en Costa Rica.
Los otros son Erick Ricmond y Yadira Estrada, docentes de la UCR, Orlando Jaramillo, Efraín Artavia y Carmina Fuscaldo.
Calzada explicó que el estudio ha permitido conocer la incidencia de la DMID, la cual es de 3.16 casos nuevos anuales por cada 100.000 nacimientos.
En su criterio es un promedio bajo, que está en relación con la ubicación geográfica del país (paralelo 10 Norte) respecto al Ecuador.
La incidencia de la DMID aumenta geográficamente en relación con la separación de los países del paralelo del Ecuador, siendo más frecuente en el hemisferio norte.
Otro de los resultados es que la mayor incidencia se da en el área metropolitana, donde a la provincia de San José corresponde el 4,2% de los casos nuevos anuales por cada 100.000 nacimientos. Alajuela presenta un 3,9%, Cartago un 3,3% y Heredia un 3,2%.
Por el contrario, las provincias periféricas (Guanacaste, Limón y Puntarenas) tienen una incidencia de casos nuevos muy baja, de 1.5% para cada una. Según Calzada, se cree que esto se debe a razones étnicas, pues en las costas la población presenta más características de los grupos indígenas, negros y orientales.
No se encontraron diferencias significativas entre mujeres y hombres, pues la incidencia es de un 53% para las primeras y de un 47% para los segundos.
En cuanto a la edad, el 41,5% de los casos nuevos corresponden a infantes que tienen entre 5 y 10 años; un 37,8% a adolescentes de 10 a 15 años y un 20,6% a párvulos de 5 a 0 años.
Calzada informó que los estudios de incidencia de la DMID reflejan que esa es mayor a principio, mediados y final de año, lo cual concuerda con el aumento de casos de infección respiratoria de origen viral.
QUE ES LA DIABETES
La diabetes, en general, constituye un amplio grupo de padecimientos, que se caracterizan por el aumento de la frecuencia y cantidad de orina en la persona.
Según el contenido de ésta, se clasifica en varios grupos: Diabetes Salina (cuya orina contiene sal por la falta de aldesterona), Diabetes Insípida (que es pura agua y se debe a déficit en la hormona antidiurética) y la Diabetes Mellitus, que contiene azúcar.
La Diabetes Mellitus -que es de la que se ocupa este artículo- es una de las enfermedades endocrinológicas más frecuentes en los adultos que también afecta a adolescentes e infantes, incluso párvulos.
Este padecimiento corresponde a un grupo heterogéneo de trastornos en los cuales existen distintos patrones genéticos, al igual que otros mecanismos etiológicos y fisiopatológicos, que llevan a la incapacidad de la tolerancia a la glucosa en la sangre.
La Diabetes Mellitus es causada por la intolerancia al azúcar en la sangre y se divide en dos.
La Tipo 1 -DMID- cuyos genes que influencian la susceptibilidad humana están localizados en la región HLA del brazo corto del cromosoma 6.
Calzada explicó que también hay evidencia de que existen factores ambientales que juegan un papel importante en el desencadenamiento de esta enfermedad. Entre ellos virus, agentes químicos, exposición temprana a la proteína de la leche de vaca y deficiencia de zinc en el agua potable.
La otra es la Tipo 2 que no es totalmente dependiente de la insulina y se inicia principalmente después de los 40 años y en personas obesas.
Sin embargo, en los últimos cuatro años se presenta en menores de quince años, debido a los niveles de obesidad en estas poblaciones.
Así lo informó el Dr. Calzada quien alertó sobre la urgencia de buscar medidas para controlar los hábitos alimenticios en infantes y adolescentes.
Agregó que la obesidad y diabetes son un grave y creciente problema de salud pública, de alto costo, que no distingue edades o niveles socioeconómicos.
Manifestó que en el continente americano viven 30 millones de personas con diabetes, que equivalen a más de una cuarta parte del total de casos del mundo. Para el año 2010 se espera que la cifra sea de 45 millones de personas.
Hay que aclarar que una vez que se es diabético se tiene que aprender a vivir con eso para el resto de la vida.
Además hay millones de personas que no saben que tienen la Diabetes Mellitus Tipo 2 porque no se les ha diagnosticado todavía.
Para Calzada, el envejecimiento de la población, el cambio en los hábitos alimenticios y el creciente aumento del costo de este mal hacen pensar en un aumento de las complicaciones, como son las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, ceguera, amputaciones, insuficiencia renal y muerte.
Sobre el tema de la diabetes, la Escuela de Medicina ofrece esta semana un curso de avances en farmacoterapia y manejo del paciente diabético, el cual termina el 6 de julio.
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