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Con un amplio panorama de la situación ambiental del mundo de los últimos 30 años, se presentó el informe Geo 3, cuyas cifras en este artículo limitamos a la situación de América Latina y el Caribe.
El globo terráqueo depende del equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental.
El III informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presenta una cantidad de cifras impactantes sobre la situación del mundo en los últimos 30 años y el futuro que le espera.
Se trata del GEO 3 (Perspectivas del Medio Ambiente Mundial) por sus siglas en inglés y que fue entregado la semana pasada en la Universidad de Costa Rica, por personeros de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
Precisamente en este continente el informe revela que, en ese periodo, se perdieron 190 millones de hectáreas de bosques, las cuales forman parte de las 418 millones de hectáreas que desaparecieron en el mundo.
Este dato es muy preocupante debido a que en América Latina se encuentran 7 de las 25 ecorregiones terrestres biológicamente más ricas del mundo.
Una de ellas es la Cuenca del Amazonas, la cual tiene 20 tipos de selvas tropicales y se considera el de mayor diversidad biológica.
Además, en América Latina, de las 178 ecorregiones, 31 están en estado crítico de conservación, 51 en peligro y 55 son vulnerables.
Según el informe, un tercio de la superficie terrestre está cubierta por bosques, lo que representa 3.866 millones de hectáreas.
Pero solo en los años 90 el hombre destruyó 94 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale al 2,4% del total de tierras forestales.
Las principales causas directas de la tala y degradación son la expansión de tierras agrícolas, la explotación excesiva de madera industrial, leña y otros productos forestales, así como el pastoreo.
Entre las causas indirectas se cita la pobreza, el crecimiento demográfico, el comercio de productos forestales y las políticas macroeconómicas. También se mencionan causas naturales como brotes de insectos, enfermedades, incendios y fenómenos climáticos extremos.
En el informe se denuncia que mientras el ritmo de la deforestación ha sido de 14,6 millones de hectáreas al año, la reforestación apenas alcanza 5,2 millones de hectáreas.
Según datos satelitales, se estima que la extensión de los bosques naturales densos ( donde la cubierta de copas es de más del 40%) que quedaban en el mundo en 1995 era de 2.870 millones de hectáreas, lo que equivale al 21,4% de la superficie de tierras del planeta.
De esta extensión el 25% está en América Latina y el Caribe, lo que equivale al 48% de la superficie regional.
Por otra parte, el continente latinoamericano presenta el 16% del porcentaje global de las tierras degradadas. Esto significa más de 300 millones de hectáreas de tierras, lo que le asigna el tercer lugar, detrás de Asia, el Pacífico y África.
Entre las actividades humanas que contribuyen a la degradación de las tierras están el uso inadecuado de tierras agrícolas, prácticas de gestión deficientes de suelos y aguas, deforestación, eliminación de la vegetación natural, uso frecuente de maquinaria pesada, pastoreo excesivo, rotación inadecuada de cultivos y prácticas de irrigación deficientes.
Solo en el decenio de los 80 se abandonaron 10 millones de hectáreas de tierras irrigadas al año, pues cuando se utilizan sistemas deficientes se puede causar anegamiento, salinización y alcalinización de los suelos.
La degradación de las tierras ejerce más presión sobre la tala y deforestación del bosque natural para convertir esa superficie en tierras agrícolas para dar abasto a la demanda cada vez más creciente de productos alimenticios, ante el crecimiento demográfico.
En los últimos treinta años, el 23% de las tierras cultivables en el mundo ha sido afectado por la degradación, mientras el 70% del área deforestada fue convertida en tierras agrícolas.
Las prácticas positivas para los próximos 30 años, según el informe del PNUMA serían: promulgar políticas para promover plantaciones forestales y el fortalecimiento institucional, con el objetivo de reducir la extracción ilegal de madera, y plantear prácticas de manejo de bosques para la producción comercial, así como políticas para la restauración de los bosques degradados.
ESTRÉS HÍDRICO
Según el estudio del PNUMA, los principales retos para América Latina y el Caribe, en los próximos treinta años, son luchar contra la deforestación de los bosques, la degradación de la tierra y la escasez del agua.
El 40% de la gente de la región solo tiene acceso al 10% de los recursos hídricos, los cuales en los últimos treinta años han tenido una importante disminución en la calidad, debido al aumento de aguas sobrantes agrícolas y domésticas que no son tratadas.
Un 98% de las aguas residuales domésticas se descarga, sin tratamiento alguno, en el Pacífico Nororiental y 90% en la región del Gran Caribe. Se estima que 250 millones de casos de gastroenteritis y enfermedades respiratorias son provocadas anualmente por bañarse en mares contaminados.
Una tercera parte de la población mundial vive en países que sufren escasez de agua dulce y en menos de 25 años dos terceras partes estarán padeciendo en sus naciones el estrés hídrico.
Para el 2020 se necesitará un 17% adicional de agua para la producción alimentaria.
El incremento en la demanda de agua dulce ha sido motivado por el crecimiento demográfico, el desarrollo industrial y la expansión de la agricultura de irrigación.
Esto cobra mayor importancia en América Latina y el Caribe, si se tiene en cuenta que el 30% del total de los recursos hídricos del mundo están en la región.
Además, la ausencia de acceso al agua potable (1100 millones de personas) y de saneamiento (2400 millones de personas) trae aparejados millones de casos de enfermedades relacionadas con el agua y más de 5 millones de decesos cada año.
Se cree que entre 25 y 33% de todas las enfermedades del mundo se pueden atribuir a factores ambientales, siendo la diarrea y las infecciones respiratorias agudas las que encabezan la lista.
El Geo 3 también se refiere al incremento de la contaminación y degradación ambiental de las zonas marinas y costeras, las cuales presentan «eutrofización» por la elevada descarga de nitrógeno.
Sobre la atmósfera, aseguran que la emisión de contaminantes ha disminuido o se estabilizó en la mayoría de los países industrializados.
Respecto al peligro que corre la biodiversidad biológica en el mundo, el Geo 3 revela que América Latina y el Caribe ocupan el segundo lugar, pues hay 873 especies de vertebrados amenazadas: 275 mamíferos, 361 aves, 77 reptiles, 28 anfibios y 132 peces. De igual forma, casi el 30% de los arrecifes en el Caribe, están en peligro.
Asia y el Pacífico ocupan el primer lugar con 1469 especies de vertebrados amenazadas, mientras en África son 723 y en Europa y Norte América un poco más de 260.
CIFRAS PARA PENSAR
-Hace treinta años en el mundo había 3.850 millones de habitantes, ahora somos 6.100 millones.
– Una quinta parte de la población mundial vive en la pobreza extrema, lo que equivale a 1200 millones de personas.
-La población latinoamericana en los últimos treinta años aumentó en un 74%.
-En América Latina hay 200 millones de personas pobres, lo que equivale al 40% de la población.
-La deuda externa de la región en los últimos 30 años aumentó en 935.781 millones.
– En los ecosistemas del mundo existen 14 millones de especies.
-El 90% de las especies del planeta vive en bosques tropicales y éstos cubren menos del 10% de la superficie terrestre.
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