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Paramilitares amenazan a dirigentes populares

Cañón listo y ley del silencio para quienes protestan.

Cañón listo y ley del silencio para quienes protestan.
«Responsabilizo por mi vida al Ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos», dijo esta semana el ex dirigente sindical, Héctor Monestel, al conocer amenazas de muerte contra él y el exdiputado Célimo Guido.
 
Los hechos se remontan al pasado 15 de julio, cuando numerosos costarricenses bloquearon carreteras a lo largo y ancho del país para protestar contra la revisión técnica de vehículos y el monopolio español Riteve.
Tras la intervención policial contra quienes protestaban, circularon una hojas volantes con una «lista negra» en que aparecían fotografías de personas calificadas de «duros» y «amenaza» y por lo tanto candidatos a eliminar.
Quienes los divulgaron, al mejor estilo de los escuadrones de la muerte en El Salvador y Guatemala, consideraron al asesinado periodista Parmenio Medina Pérez, el primero de la lista. El crimen del exdirector del programa La Patada cumplió un año sin que se conozcan sus autores directos ni intelectuales.
«Uno está expuesto a estas cosas cuando abriga una idea de sociedad más justa», resaltó Monestel, al explicar que las amenazas reflejan la desesperación de los neoliberales ante las crecientes olas de protestas.
«Las condiciones materiales las deterioraron y ahora tratan de acallar al pueblo poniendo a dirigentes populares en listas negras», adujo el entrevistado.
Monestel recordó que los grupos paramilitares siempre han estado ligados a las cúpulas del poder y a las estructuras castrenses, como sucede en Colombia, Guatemala y El Salvador.
Asimismo desmintió las versiones policiales de que los opositores al monopolio español pretendieron usar bombas Molotov, como enseñó la policía en la prensa.
«Si uno se fija en las supuestas bombas que mostraba la policía, la mayoría son hechas con botellas de cerveza y las mechas idénticas, como si se tratara de una producción industrial. Deberían ser más creativos».
 
SIN TEMOR
 
El ex legislador de Fuerza Democrática (FD), Célimo Guido, también salió al paso de las versiones gubernamentales en el sentido de que él era uno de los cabecillas de los bloqueos.
«No me preocupan las amenazas de muerte y desde ya responsabilizo al ministro Ramos sobre este asunto», quien añadió que el jerarca de seguridad pública en el pasado intentó controlar sus comunicaciones.
En tanto Ramos consideró que Guido no era tan importante en sus asuntos como para ocuparse de él permanentemente.

  • RAFAEL A. UGALDE
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