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¿Un campeonato para dos?

El Club Sport Cartaginés parece liderar un grupo de diez equipos con pocas posibilidades de detener la marcha de los dos grandes al título.

El Club Sport Cartaginés parece liderar un grupo de diez equipos con pocas posibilidades de detener la marcha de los dos grandes al título.
César «Nene» Obando, -a la izquierda-el volante internacional hondureño, es uno de los fichajes más sonados del Cartaginés.
A las juntas directivas de los dos clubes más grandes del fútbol nacional, Liga Deportiva Alajuelense y Deportivo Saprissa, les da pánico perder protagonismo y por eso continúan acaparando lo mejor de la oferta laboral en la profesión del futbolista.
En la semana previa al de inicio una nueva temporada del fútbol mayor, morados y rojinegros presentan nóminas hasta con tres futbolistas de renombre por cada puesto, mientras que en los clubes pequeños quizá solo hay un jugador regular en cada posición.
Por ejemplo, repasamos las líneas de ataque de los pequeños y vemos que en Osa, su principal artillero es el brasileño Alessandro Moreira, un atacante que ya lleva tres temporadas en el fútbol nacional sin consolidarse en ningún equipo; si volvemos la cara a Guanacaste, nos encontramos con Bernald Mullins, descartado de la Liga y del Herediano en las últimas campañas; en Carmelita recurrieron a José Luis González, reserva de San Carlos la temporada anterior y en Pérez Zeledón siguen confiando para que rompa las redes contrarias «el pequeño saltamontes», Taylor Morales.

En cambio, el tricampeón Alajuelense ingresa a la temporada con una línea de ataque en la que pueden formar Josep Miso, Erick Scott, Erick Jiménez, Johnny Cubero, Vicente Rosella y Alejandro Alpízar y en el Saprissa podrán jugar Gerard Drummond, Alvaro Saborío, Víctor Núñez, Athim Ropper, Hernán Medford, Froylán Ledezma y Kervin Lacey.
Diferencias tan abismales en cada uno de los cuatro departamentos que forman un equipo de fútbol, portería, defensa, medio campo y delantera, presagia que para la nueva temporada, el título está destinado a la Liga o el Saprissa que, de no decidirse a arriesgar un poco sus planillas, cediendo jugadores a clubes más modestos para equiparar fuerzas y buscarle competitividad al torneo, van a terminar jugando solos dentro de muy pocos años.
En el fútbol de México, el más profesional de esta zona, hace rato que los clubes tradicionales como las «Chivas» del Guadalajara, las «Aguilas» del América, los «Rayos» del Necaxa o los «Potros» del Atlante dejaron de dominar la escena.
En el balompié azteca en cada temporada surge un campeón diferente, un año los Tigres, otro el Pachuca, al siguiente el Morelia, incluso el León. Esto se dio porque los grandes imperios de la televisión local, se dieron cuenta de que si no se reforzaban los clubes pequeños, todos iban a la quiebra; incluso Televisa, el monstruo de las comunicaciones y propietario del famoso América, tuvo que desmembrar al equipo para reforzar otros clubes, pues la rutina de verlos ganar títulos ahuyentó a los aficionados de las gradas.
En Costa Rica no se da esa situación y a las puertas de un nuevo torneo, todo indica que el título será para el Saprissa o el Alajuelense, ambos con 22 coronas en sus vitrinas (la mayoría de sus adversarios no tiene ninguna).
¿Quién puede romper la rutina de la competencia?
El Club Sport Cartaginés, con más de medio siglo de no ser monarca, lidera la hipotética revolución de los otros diez equipos que entran en la pugna, al menos con la ilusión de impedir que la Liga se convierta en tetracampeón o que el Saprissa reanude su cosecha de títulos.

TRADICIÓN Y FUTURO

Este es el lema del «nuevo Cartaginés» que sin duda es una institución de enorme tradición en las historia del balompié costarricense, pero de futuro incierto.
Nadie puede asegurar que los brumosos finalmente darán en esta temporada el salto al primer lugar y como consecuencia al título, pero sí vale la pena ilusionarse junto a sus dirigentes y pensar que con la nómina que presentan para la competencia, pueden aferrarse a un tercer lugar al final o, cazar a los dos grandes en la cima.
El club de la Vieja Metrópoli fichó a tres internacionales de la selección hondureña, todos excelente jugadores pero ya en su viaje de vuelta: el zaguero Arnold Cruz y los volantes Cristian Santamaría y César «Nene» Obando se verán obligados, junto a jugadores como el portero Fernando Patterson, el capitán de la escuadra, Danny Fonseca y el inteligente volante Kenneth Paniagua a echarse al Cartaginés al hombro para buscar la enorme conquista, sobrepasar en el largo camino de 44 partidos a los dos reconocidos líderes y atrapar la ansiada corona.
Cerca de los brumosos, estarán con las mismas intenciones el Club Sport Herediano y los subcampeones nacionales, Santos de Guápiles; los florenses con el estudioso y teórico entrenador Carlos Watson, maestro y forjador de futbolistas de categoría menor, pero aún con deuda como técnico de primer equipo.
El desafío para Watson al frente del Herediano, con la pretemporada completa a su cargo y con fichajes de futbolistas hechos a su imagen y semejanza, como son los exseleccionados olímpicos Allan Meléndez y José Humberto Ugarte es enorme. El entrenador florense debe ir a su gran temporada pero parece que no tiene una nómina lo suficientemente fuerte como para cumplir con la meta.
Con el Santos sucede algo similar; el equipo de Rónald Mora, que ganó el Torneo Apertura la temporada anterior y disputó el título con la Liga, perdido por los guapileños en la serie final, se desmembró en todas sus líneas al partir dos de sus mejores zagueros, Walter Cordero y Franklin Rojas, su capitán y volante de contención, Max Sánchez, su compañero en la cintura, el potente limonense Kurt Bernard y tres de sus goleadores, Olman Oviedo, Kendall Wilson y Athin Rooper.
Esta sangría de valores parece condenar a Santos a un cuarto o quinto lugar de la tabla de posiciones, lejos de los líderes, lo que refuerza más la tesis de que el campeonato será cosa de dos.

A LA ZAGA

Otros siete equipos inician la temporada con el afán de ubicarse del quinto al undécimo lugar y evitar el descenso.
Clubes de la parte media de la tabla la temporada anterior, como Liberia, San Carlos y Santa Bárbara, buscan el quinto puesto como la meta principal; y otros cuatro equipos, con las planillas más débiles, le entran al campeonato con el afán de no ser el número doce al final del largo trajín y descender a la segunda división.
En este grupo tenemos a Carmelita, Pérez Zeledón, Osa y el recién ascendido Guanacaste.
Así las cosas, el campeonato que se inicia el sábado 3 de agosto con los partidos entre Liberia y Guanacaste y San Carlos-Alajuelense, parece tener sus bloques definidos.
Bloque 1: Alajuelense y Saprissa.
Bloque 2: Cartaginés, Herediano y Santos.
Bloque 3: Liberia, San Carlos y Santa Bárbara
Bloque 4: Carmelita, Pérez Zeledón, Osa y Guanacaste.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
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