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A falta de un juego, el seleccionado de fútbol femenino selló su pasaje para el campeonato de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF), por realizarse en Estados Unidos.
El fútbol femenino mayor dio demostración de técnica y táctica en El Salvador.
El equipo mayor de fútbol femenino se clasificó esta semana en El Salvador para la Copa de Oro que se llevará a cabo en octubre próximo en Estados Unidos.
Las costarricenses clasificaron en forma sobrada. No solo «gastaron» la pelota con asombrosa técnica y disciplina táctica, sino con una contundencia que se desearían los integrantes de la mayor masculina.
El elenco panameño quizá resultó el más difícil de vencer a juzgar por lo dicho por el técnico de las ticas, Ricardo Rodríguez, para quien las canaleras mostraron corpulencia física, desorden táctico y rudimentarias en su juego.
El juego brusco de las vecinas del sur provocó dos amonestaciones entre las ticas, aunque no nos lesionaron a ninguna jugadora, dijo el técnico Rodríguez.
Las panameñas comenzaron el torneo con sorpresas y como una de los equipos candidatos a integrar el segundo clasificado para la Copa de Oro. Vencieron a las anfitrionas y a Honduras con holgura, haciendo ver a los aficionados del estadio Cuscatlán que llegaban a esta competencia por más de un boleto.
Sin embargo, chocaron con las pupilas de Rodríguez y evidenciaron seria debilidades en casi todos los departamentos.
Las costarricenses jugaron a media máquina para cuidarse de las lesiones. Ya a los 10 minutos ganaban 1-0 con un golazo de Erika Castro, en tanto Panamá reaccionaba al minutos 27 y perforaba a la golera Alejandra Alvarez.
Las ticas volvieron a poner el pie sobre el acelerador y Jacqueline Alvarez, la mejor jugadora del presente torneo, marcaba la diferencia a los 47 minutos de juego. Repitió a los 56 minutos y a dos minutos para finalizar el partido cerró la goleada Maricela Rojas.
Con 13 goles a favor en tres presentaciones, solo tres en contra, el representativo dirigido por Rodríguez es el mejor cuadro femenino que el país tiene hasta ahora. De estas 13 anotaciones Alvarez estuvo se presente en seis oportunidades
Su dinámica dentro de la cancha es asombrosa. Saben de memoria el desplazamiento sin balón, manejan a la perfección el cambio de ritmo del partido y lo que ha causado sensación en El Salvador es la contundencia a la hora de definir.
Si bien es cierto es un cuadro para el área centroamericana – sería iluso pensar por el momento que están a la altura del seleccionado de Estados Unidos, Gran Bretaña o Dinamarca- las conocidas deficiencias del balompié tico han sido superadas por estas muchachas.
La mayoría son producto del campeonato nacional de fútbol femenino -pasaría inadvertido entre los costarricenses si no fuera por el canal 42 que transmite el certamen-, cuya organización causó ya interés entre los salvadoreños.
PENSAR EN GRANDE
Según Rodríguez, un entrenador que dejó la carrera de arquitectura en la Universidad de Costa Rica para sentarse en el banquillo de la dirección técnica, la oportunidad de soñar en grande está servida.
En declaraciones dadas a los medios de comunicación, indicó que añora culminar invicto el presente torneo que abrirá las puertas de par en par a sus muchachas en la Copa de Oro.
La UNCAF tiene previsto que el primer lugar alcanzado en El Salvador se medirá en octubre próximo ante el representativo de Canadá.
Las canadienses tienen un fútbol en que combinan fuerza y destreza. El solo hecho de enfrentar a este plantel en una Copa de Oro dará experiencias a unas seleccionadas nacionales que urgen de roce internacional.
Intercambio de experiencia, empero, que no debe limitarse a unos cuantos partidos en América del Sur a el Caribe. Estas muchachas están para más y por lo menos merecen una media docena de juegos con equipos europeos, antes de llegar a la Copa de Oro.
Al cierre de edición- 6 de agosto- las ticas tenían previstas cerrar el torneo y enfrentar a las salvadoreñas. Las cuscatlecas registran en tres presentaciones solo un triunfo, tres goles a favor y ocho en contra.
Mientras Panamá enfrentará a un débil seleccionado de Honduras – portaba el farolillo del sótano sin un solo triunfo en tres juegos-, que de ganarle se garantizaría la clasificación en segundo lugar.
El contraste entre hondureñas y panameñas es evidente. Las primeras acumulan ocho goles en contra y tres a favor, en tanto las canaleras tenían el número de «la bestia», el 666 : seis puntos, igual cantidad de goles a favor e idénticas unidades en contra.
Así, entre estadísticas y planes con miras a la Copa de Oro, el entrenador Rodríguez sigue convencido de que este equipo está para más. Los laureles con que ellas regresarán, hablan por ríos de tinta.
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