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Cultura requiere cirugía

Las trabas burocráticas, las estructuras inadecuadas y la ausencia de políticas claras mantienen al ministerio anclado en el ayer y le impiden responder a las exigencias actuales.

Las trabas burocráticas, las estructuras inadecuadas y la ausencia de políticas claras mantienen al ministerio anclado en el ayer y le impiden responder a las exigencias actuales.
Silvie Durán, asesora de Guido Sáenz, aseguró que el ministerio abrirá un proceso de diálogo permanente con los sectores artísticos y culturales del país.
Por mantener una estructura organizativa que responde a las necesidades de hace 30 años, el Ministerio de Cultura requiere de una cirugía mayor que, sin embargo, le será aplicada con paciencia de orfebre y en un clima de análisis permanente.
Entre los cambios impostergables que impulsará esa cartera figuran la renovación de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), el establecimiento de un diálogo con los grupos artísticos, la apertura a la ciudadanía y la reinserción del país como destino de la cooperación internacional en materia de incentivos culturales.
A estos cambios se unirán la creación del Centro Nacional de las Artes Plásticas, en el edificio de la antigua Aduana,  y el Sistema Nacional de Museos, que son los dos proyectos con los que el ministro, Guido Sáenz, pretende darle un sello distinto a su gestión.
Silvie Durán, asesora de Sáenz, explicó que Cultura responde a un esquema de hace 30 años y que por lo tanto necesita cambios institucionales que le permitan adecuarse a los tiempos modernos.
«Vivimos en un mundo cultural totalmente distinto al de hace tres décadas, por lo que el ministerio debe renovarse internamente. Los demandas de los grupos artísticos y las necesidades han crecido y debemos prepararnos para estos desafíos».
La dispersión interna que padece esa cartera es otro de los problemas centrales que tendrán que corregir, afirmó Durán, quien reconoce que en la mayoría de los casos cada departamento trabaja por su lado.
Durán expresó que «el ministerio tiene un exceso de atención al producto final que recibe el público», por lo que fortalecerán la labor de los agentes culturales independientes.

«El ministerio se ha quedado con sus viejas clientelas, por lo que tiene que abrirse a las exigencias actuales».
En su criterio, los grupos artísticos independientes nunca son considerados en la  toma de decisiones, razón por la que existe la posibilidad de que su voz sea verdaderamente considerada en las  instancias donde se definen las políticas culturales del país.

REALIDAD Y RESPUESTAS

La situación de las artes escénicas es una muestra de las grandes preguntas que debe responder el ministerio para  aclarar cuál será su  función como entidad rectora de las artes, añadió Durán.
«El estado de la Compañía es lamentable y preocupante. Luis Fernando Gómez, su nuevo director, dijo que lo primero es cuestionarse es si en realidad  el país necesita de la CNT».
«¿De qué manera benefician los montajes de la CNT al resto del teatro en el país? ¿Debe dedicarse la CNT a realizar grandes montajes y a concentrar su función en dar un producto final?»
Durán sostuvo que son abundantes las críticas por el teatro que se presenta en las salas nacionales, pero reconoció que el Estado no contribuye  en nada a que surjan otro tipo de ofertas.
«Los compañeros tienen que sobrevivir y por eso hacen montajes comerciales. Pregunto: ¿cuáles son los incentivos del Estado al teatro? Un grupo como el Giratablas paga más impuestos que Kentucky Fried Chicken».
Durán resaltó que el tema de los incentivos fiscales para las actividades culturales será revisado, porque en otros países existen experiencias que se podrían aplicar en Costa Rica.

DESPERTAR AL MONSTRUO

Aunque Cultura es uno de los ministerios con menos recursos económicos asignados por el Estado -menos del 1% del presupuesto total del Gobierno-, Durán considera que el dinero no es el problema mayor.
«Es cierto que tenemos uno de los presupuestos más limitados del Gobierno, pero no todo se ha de medir a partir del dinero porque puede conducir a engaños. Lo primero que se debe hacer es despertar al monstruo, despertar a este «Frankenstein» en que se convirtió esto a lo largo de 30 años».
En su opinión, la presencia de Sáenz como uno de los interlocutores culturales con más peso político, es una de las fortalezas que debe aprovechar el ministerio en la administración del presidente Abel Pacheco.
Según declaraciones de Saénz, Pacheco le aseguró un respaldo pleno a su gestión, motivo por el cual aceptó el reto de volver a la vida pública tras más de 20 años de ausencia.
«El apoyo es total, irrestricto, yo seré tu escudero», recordó Sáenz que le dijo Pacheco, en una entrevista con este semanario en junio pasado.
De concretarse las afirmaciones del Presidente, ello implicaría un giro considerable respecto a la anterior administración de Miguel Angel Rodríguez, en la que el sector cultural «quedó a la mano de Dios», como lo cuestionaron en su momento diversos sectores.
Durán estima que existe la voluntad política para que el ministerio vuelva a convertirse en el motor de la cultura nacional.
En este nuevo período, añadió, Cultura debe abrirse a la ciudadanía y darle al país las respuestas que merece y necesita.
Sacar a Cultura del pantano en que se encuentra, para lo cual es indispensable descifrar la compleja estructura  burocrática que lo compone, y darle el vigor que la modernidad demanda, es el desafío que enfrentan las autoridades del ministerio, que requerirá de una cirugía mayor.

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura
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