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Medición de gases A la vanguardia en la vigilancia volcánica

Científicos costarricenses y españoles se han propuesto mejorar la predicción de erupciones y la evacuación oportuna de las comunidades en peligro, mediante la medición de gases volcánicos, que se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los métodos más eficaces para vigilar los volcanes.

Científicos costarricenses y españoles se han propuesto mejorar la predicción de erupciones y la evacuación oportuna de las comunidades en peligro, mediante la medición de gases volcánicos, que se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los métodos más eficaces para vigilar los volcanes.
Los investigadores Carlos Ramírez y Raúl Mora, en la estación geoquímica ubicada en el Poás, que registra continuamente el flujo de dióxido de carbono y el sulfuro de hidrógeno en el área volcánica.
En este proyecto se han involucrado profesionales del Centro de Investigaciones Geofísicas (CIGEFI) y de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica, con la colaboración del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), de Tenerife, Islas Canarias, España.
Con el financiamiento del ITER, hace unos tres meses se instaló una estación geoquímica en el volcán Poás, que tiene por fin principal medir la desgasificación difusa, o sea importantes niveles de emisión de gases que pueden ocurrir a través de la superficie de forma dispersa o difusa, y que se conocen como manifestaciones no visibles. Se trata especialmente del dióxido de carbono, un gas incoloro e inodoro, que en el caso del Poás, las emisiones pueden llegar a ser superiores a las 100 toneladas diarias.
Según el M.Sc. Mario Fernández Arce, del CIGEFI y coordinador del proyecto, el método de medición de gases es el que más confianza ofrece, y es el recomendado por la Asociación Internacional de Vulcanología. Además nos pondrá a la vanguardia en materia de vigilancia de volcanes, porque la medición de gases permite saber si el volcán está cambiando su comportamiento.

Agregó que los volcanes emiten gases a la atmósfera por medio de manifestaciones visibles como penachos, fumarolas y hervideros, y se les considera como la fuerza motriz de las erupciones volcánicas. En este sentido, la vigilancia de su composición química así como las tasas de emisión serán una pieza fundamental para los programas de vigilancia, que permitirán mejorar los esfuerzos destinados a la predicción de erupciones.
Estos gases son como un telegrama procedente del interior de la Tierra, que si se logra descifrar e interpretar correctamente, será de gran utilidad para evaluar el estado de actividad de los volcanes.
La idea básica de la vigilancia, es que el ascenso del magma deforma la superficie del volcán e incrementa tanto su temperatura como la descarga de gases disueltos a la atmósfera. Al detectar tales cambios, se puede manejar adecuadamente la amenaza y ejecutar acciones para mitigar el impacto del proceso natural sobre la población y los bienes del medio ambiente.
Usualmente, las mediciones y muestras esporádicas se efectuaban  en las fumarolas de los volcanes y posteriormente se analizaban en el laboratorio.
LA ESTACIÓN
Dicha estación tiene una cámara de gas que cada hora automáticamente desciende y se posesiona sobre la superficie del suelo, en donde permanece por tres minutos, para hacer la medición de gas que emana del subsuelo. Una vez recolectada la muestra, envía los datos por ondas de radio y los transmite a una computadora que está ubicada temporalmente en el centro de visitantes del Parque Nacional. Con la información obtenida se elaboran gráficos diarios de la emisión gaseosa del coloso, y de esa manera se mantiene una estrecha vigilancia sobre su actividad. En un futuro cercano se procura traer directamente esta información a la UCR y enviarla a España por medio de satélite.
De acuerdo con Fernández, el propósito es detectar los inicios de un nuevo ciclo eruptivo, porque  si el volcán entra en actividad, las primeras variables que cambiarán su comportamiento son los gases.
En un ciclo eruptivo el flujo de gases aumenta, y entonces se van a encontrar anomalías, como incrementos bruscos en la cantidad de gases.
Lo novedoso de este proceso, es que es totalmente en forma digital, por medio de instrumentos. El equipo cuenta con una veleta para medir  la velocidad y dirección del viento, así como otros sensores para conocer variables meteorológicas como temperatura de suelos, humedad relativa y precipitación lluviosa.
Aunque desde unos tres meses se han llevado a cabo estas mediciones y se han observado algunos datos muy interesantes, aún no se puede saber el comportamiento, ya que apenas se encuentran en la recolección de datos para analizar los descensos o incrementos.
Fernández indicó que al conocer la composición química, la concentración  y los cambios en el flujo de las emisiones, se mitigará su efecto antes y después de los ciclos eruptivos, y por ende, la población de las localidades cercanas a los volcanes activos tendrá una mayor protección ante la amenaza de los gases.
Más adelante se pretende colocar por lo menos un sensor de este tipo en algunos volcanes activos como el Irazú, Arenal, Barba y Rincón de la Vieja, como parte de un ambicioso programa para mejorar y optimizar la vigilancia de 20 volcanes del istmo, mediante la creación y puesta en marcha de la Red Geoquímica Centroamericana, una apuesta de futuro de la Cooperación Española, cuyo objetivo es contribuir a la reducción del riesgo volcánico.
Fernández destacó que recientemente la Universidad de Hamburgo, en Alemania, se interesó en probar en nuestro país otros equipos para medir gases en forma remota.
Añadió que esto permitiría tener un grupo más fuerte para fortalecer el proyecto, en que además participan el geólogo Raúl Mora Amador, de la Escuela Centroamericana de Geología, y Carlos Ramírez Umaña, del CIGEFI. Para la materialización del proyecto han contado con la colaboración de la Cooperación Española en Costa Rica, de las autoridades del Parque Nacional Volcán Poás, de la Comisión Nacional de Emergencias y del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

  • Luis Fernando Cordero Mora
  • Crisol
GermanySpain
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