Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Costa Rica tendrá una selección de obras en la Nueva Biblioteca de Alejandría, que albergará ocho millones de libros y que busca reunir lo más excelso del saber universal.
Ahíza Montero es la directora de la comisión que escogerá las obras que Costa Rica seleccionará para la Nueva Biblioteca de Alejandría.
Las obras costarricenses dignas de la admiración universal en los campos de la literatura, historia, ciencia, música y artes, serán enviadas a la Nueva Biblioteca de Alejandría en Egipto- cuya inauguración está prevista para abril de 2003-, la cual pretende revivir a la más famosa y mítica de cuantas bibliotecas han existido en el mundo.
Ahíza Montero, directora del capítulo de la biblioteca por Costa Rica, aseguró que una comisión integrada por cinco miembros, solicitará a los centros culturales, de investigación y universidades del país, que conformen comités para recomendar qué tipo de obras consideran que deben ser exhibidas en Alejandría.
La Nueva Biblioteca de Alejandría, que ya está en funcionamiento, aunque todavía no ha sido inaugurada de manera oficial, es un proyecto de la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) y el gobierno de Egipto, que cuenta con la colaboración de numerosos países.
Montero, filóloga, exprofesora de la UCR y funcionaria del Ministerio de Educación Pública (MEP), adelantó a UNIVERSIDAD que el propósito de solicitarle a comités especiales que sugieran nombres, tiene como fin hacer una selección basada en criterios objetivos.
«Después de recibir las propuestas de las instituciones, se hará una selección de la selección y aplicaremos criterios muy rigurosos».
Explicó que el proyecto por Costa Rica estará a cargo del Sistema Nacional de Radio y Televisión (SINART), pero que desean una amplia participación de las instituciones mediante la sugerencia de obras, que deberán cumplir, entre otros, con el requisito de haber sido publicadas.
«Tenemos muchas expectativas por el trabajo que se pueda realizar, porque es muy importante para Costa Rica tener presencia en la que será la biblioteca más grande del mundo».
Precisó que la escogencia empezará por la literatura y que luego continuarán con las demás áreas de la creación nacional.
En el caso de las artes plásticas y de obras precolombinas, añadió, confeccionarán álbumes fotográficos. De igual manera, serán seleccionadas piezas de la música clásica y popular.
La iniciativa para que los países enriquecieran a la Nueva Biblioteca , la sugirió el exdirector de la Unesco, Mahtar M’Bow.
Montero resaltó que la embajada de España en Costa Rica aportará recursos para el traslado de las colecciones a Alejandría.
DISEÑO ESPECTACULAR
La Nueva Biblioteca estará ubicada a orillas de la universidad de esta ciudad egipcia y requirió de una inversión de más de $230 millones, en una construcción que abarca 60.000 metros cuadrados.
El edificio, en forma de disco, imita al sol Ra, venerado por los egipcios como el dios fecundador e iluminador.
Según la Unesco, la biblioteca, de 13 pisos, alojará ocho millones de libros, 50 mil mapas, 100 mil manuscritos y 10 mil libros clasificados como »rarezas». También incluirá 30 bases de datos, material electrónico, 200 mil obras musicales y 50 mil audiovisuales.
El complejo tiene un centro de conferencias para 3.200 personas, además de un museo general y otro dedicado a la ciencia, un planetario, un instituto de caligrafía y una escuela para estudios de información.
Para el arquitecto noruego, Kjetil Thorsen, director de Snohetta, la firma que ganó en 1989 el concurso para construir la biblioteca, «se trata de un diseño audaz y al mismo tiempo atemporal».
«Su forma circular junto a la bahía de Alejandría rememora la naturaleza cíclica del conocimiento que fluye a través del tiempo. Mientras que su cubierta luminosa, de 160 metros de diámetro, recuerda el antiguo faro y provee a la ciudad de un nuevo símbolo de conocimiento y cultura».
El faro de Alejandría, al que alude Thorsen, está considerado como una de las siete maravillas de la antigüedad y podía apreciarse a 100 kilómetros de distancia.
Para Ismael Serageldin, director de la Biblioteca, Alejandría quiere convertirse en «un centro de debate intelectual sobre la ciencia y el arte, que unirá a Oriente y Occidente en un diálogo entre culturas que fomentará la paz».
CULTO DEL SABER
La biblioteca de Alejandría, la más preciada del mundo, fue construida 300 años antes de Cristo por Ptolomeo I, después de que muriera Alejandro Magno, fundador de la entonces capital egipcia.
De la antigua biblioteca, cuyos libros ardieron hace 1.600 años y que llegó a tener una colección de 700.000 rollos de papiros, solo sobrevive un sótano húmedo y olvidado del Serapeo.
La cifra citada, si se compara con la biblioteca de La Sorbona, la más grande de Europa en aquellos tiempos, es monstruosa, pues esta última poseía una colección de 1.700 libros.
En la antigua biblioteca, cuyo primer director fue Demetrio de Falera, se reunía una singular comunidad de eruditos que investigaban sobre física, literatura, astronomía, geografía, filosofía , matemáticas, biología e ingeniería.
En ella Erastóstenes calculó la circunferencia de la tierra, Arquímedes inventó la bomba de agua, Aristarco descubrió-1.800 años antes que Copérnico- que la Tierra giraba alrededor del Sol y Euclides terminó sus Elementos de Geometría, uno de los libros más influyentes en la historia de la humanidad.
La biblioteca se encontraba en el «Museum» y se creó a imagen y semejanza de la famosa escuela peripatética de Atenas, fundada por Aristóteles.
Respecto a la desaparición de la biblioteca, una teoría asegura que sucumbió cuando los cristianos, guiados por Teófilo de Antioquía, la destruyó 391 años después de Cristo; y otra afirma que fue el sultán Omar, en el siglo VIII, quien ordenó eliminarla.
A semejanza de los ptolomeos que copiaban cada texto de cada barco que atracaba en Alejandría, el mundo pide hoy a los países que se abran al saber y enriquezcan a la Nueva Biblioteca, para lo cual Costa Rica ya inició el camino y se prepara para hacer su singular aporte.
Este documento no posee notas.