La Editorial Costa Rica procura incentivar la lectura de autores costarricenses, en un mercado en el que se «invisibilizan» ante la oferta de las casas internacionales.
La Editorial Costa Rica busca que el público local aprecie más la obra de los autores nacionales.
La Editorial Costa Rica (ECR) lanzó una campaña que pretende aumentar la lectura de los autores nacionales, quienes pierden el pulso con los extranjeros, respaldados por una fuerte maquinaria publicitaria, que no siempre es el reflejo de su calidad artística.
Con el lema «rescatemos nuestros valores leyendo a nuestros autores», la ECR busca ampliar el número de lectores en los más alejados rincones del país, según una información en la que destacan la importancia de involucrar a los niños y a los jóvenes en el maravilloso universo de la lectura.
«Esta ambiciosa campaña también pretende alcanzar al público infantil y juvenil, ya que se parte del supuesto metodológico de que el hábito de la lectura se adquiere en las etapas básicas de la formación del estudiante», puntualizó la ECR.
En la propuesta se plantea la posibilidad de que todas las bibliotecas municipales adquieran una colección de los libros publicados en el presente año, lo cual podrán conseguir mediante el patrocinio de empresas privadas y de personas interesadas en enriquecer el quehacer cultural de los pueblos.
De igual manera, la ECR sugiere que los niños más pobres cuenten con un «padrino», que se convertirá en una especie de «proveedor» de obras de autores costarricenses.

Los «padrinos» pueden escoger paquetes entre 10.000 y 50.000 con los que beneficiará a la persona seleccionada.
La editorial aspira, además, a reforzar el club de libros, en el que cada miembro se compromete a adquirir, cuando menos, una oferta de las que hará la ECR en el año.
Como parte de las iniciativas para rescatar la lectura de estos autores, también impulsará la creación de un club de empresas patrocinadoras, que se encarguen de dotar de libros a las bibliotecas.
En criterio de la ECR, la compañía patrocinadora «debería» comprar tres ejemplares por libro, con el fin de que la oferta sea suficiente en relación con las demandas de los usuarios.
Entre las colecciones que maneja la editorial se encuentran la de autores nacionales del siglo XX, la básica de la cultura popular costarricense, con 20 títulos, la de literatura infantil, con 11 obras, y la de literatura juvenil, con 12 libros.