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El analista y director de Le Monde Diplomatique, uno de los medios más progresistas del mundo, habla sobre el poder que ejerce la palabra en manos de los sectores hegemónicos.
Para Bernard Cassen, director de Lemond Diplomatique, la globalización ha incrementado las desigualdades, aunque se pretende justificar con la apropiación del lenguaje por parte de grupos hegemónicos.
Bernard Cassen, director general de Le Monde Diplomatique, analiza en esta entrevista cómo el poder se apropia de términos clave para legitimar su posición hegemónica en el mundo y asegura que la globalización lleva a la humanidad al desastre.
Cassen, presidente de «Attac» Francia, se refiere al fracaso que ha significado para las sociedades el liberalismo patrocinado por organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y a quienes duden de ello los invita a que se miren en el espejo argentino.
El poder de los medios de comunicación, los peligros que para América Latina representa el Area de Libre Comercio de las Américas y la manipulación del terrorismo que hace Estados Unidos para desarrollar su campaña contra el «eje del mal», son parte de los temas abordados en la conversación con UNIVERSIDAD. De acuerdo con su planteamiento, ¿hacia dónde nos lleva la hegemonía de la «mundialización liberal»?
Todos los informes, incluso los de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Mundial, demuestran que la globlalización, «la mundialización liberal», como la llamamos, no ha producido los efectos esperados. Es decir, la igualdad y la prosperidad; todo lo contrario, los informes indican que las desigualdades entre las naciones se hacen cada vez más amplias. Las crisis se aceleran.
Actualmente se vive el naufragio de Argentina, donde el liberalismo destruyó a la sociedad. Argentina, que fue el mejor alumno del Banco y el Fondo Mundial, está en una situación de caos y de violencia. No es solo el caso de Argentina, hay amenazas en Uruguay, en Brasil, en Rusia, etc. Es un fracaso total. En el último libro de Joseph Stiglitz se demuestra, desde adentro, porque él perteneció al Banco Mundial, que las políticas liberales han producido ese tipo de desastres. ¿Hay alguna posibilidad de que el proceso de globalización se revierta? Claro que sí. Si uno lee la prensa financiera, que es lo que hago cotidianamente, como The Economist, Financial Times e incluso el New York Times, se da cuenta que ellos mismos dicen que la globalización es reversible.
La globalización es el resultado de las políticas tomadas por los malos gobiernos, y en especial por los más potentes, como Estados Unidos. Hay que considerar los escándalos que han ocurrido con grandes empresas norteamericanas, que han hecho temblar los pilares del capitalismo. Un analista del Financial Times decía que la crisis de esas empresas está destruyendo no solo la confianza en el capitalismo, sino que también la fe en el sistema, y una vez perdida la fe es muy difícil recuperarla. La retórica del poder, sin embargo, no ha cambiado mucho.
Son incapaces de aceptar el desastre que está ocurriendo. Y ello se mira con la situación argentina, en la que los organismos internacionales no aceptaron su responsabilidad. Ellos han creado el caos y no lo aceptan. En Argentina se dio el fracaso total, pero seguro quieren esperarse para ver el cadáver. En América Latina se impulsará el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), que es una nueva forma de colonización.
Hay que estar muy alerta con el ALCA. Acabo de leer un artículo en el Tico Times en el que un estadounidense residente en Costa Rica denuncia los intereses que tiene su país con el ALCA, que es un proyecto de recolonización total de Latinoamérica. Por eso hay que estar muy solidarios con lo que ocurre en Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez ganó seis elecciones democráticas y en el que se impulsan reformas importantes. En Venezuela hay una campaña feroz por parte de los medios de comunicación, tan feroz que ni siquiera se puede comparar con la posición que asumió El Mercurio de Chile cuando se dio el golpe de Estado que derrocó a Allende.
Y pese al golpe y a la campaña en Venezuela no hay un solo periodista en la cárcel y los generales del golpe están libres. Como parte del ALCA, Estados Unidos negocia en la actualidad un tratado de libre comercio con Centroamérica. ¿Cómo observa estas negociaciones? –Si se concreta el tratado de libre comercio de Centroamérica con Estados Unidos representará un suicidio para la región. Usted plantea que existe una apropiación del lenguaje por parte de los sectores políticos hegemónicos para legitimar sus intereses. –Sí, existe una hegemonía del léxico. El hecho de nombrar a las cosas constituye un acto político, por eso digo que hay lo que denomino trampas del lenguaje. Me refiero a términos como «sociedad civil» y «valor», y de aquellas palabras que denomino «espanta-pájaros», que son las que impiden un pensamiento crítico.
En Francia se dice que tenemos un atraso, pero un atraso respecto a qué y a quienes. ¿Es un atraso respecto a Estados Unidos? ¿Tenemos un atraso en relación con la gente que juega a la bolsa de valores? Ahora se dice, también, que Alemania está en un aislamiento por su posición de no respaldar un posible ataque a Irak, cuando en realidad solo dos países apoyan a los estadounidenses en este tema y son Israel y el Reino Unido. Estados Unidos es el que está aislado, pero invierten los términos para asegurar que el atrasado es el otro. Se recurre a un arsenal ideológico para descalificar.
Dentro de este esquema de apropiación de las palabras, ¿qué representa el término terrorismo? El terrorismo ha existido siempre y en Francia, aunque en menor medida que lo sucedido en Nueva York y Washington, hemos tenido ataques terroristas que han dejado decenas de víctimas. Lo que sucede es que el equipo que rodea al presidente George W. Bush ha sido muy hábil y ha logrado que el presupuesto de defensa se aumente en 48 billones de dólares. Los estadounidenses hablan de una campaña de guerra que puede durar 50 o más años.
Es una guerra indefinida. Incluso se refieren a un imperio en el que hay buenos y malos, y en esta última categoría incluyen a 40 o 45 Estados. Bush está dispuesto a atacar a Irak con o sin el consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Por qué solo se señala a Irak y no a otros países que pueden poseer armas nucleares como los iraquíes? Es claro que a Estados Unidos le interesa mucho el petróleo de Irak, porque uno de los objetivos es bajar el precio del crudo a $10.
Aquí también se explica el interés en desestabilizar a un gobierno como el de Venezuela, que posee petróleo. En relación con este tema Europa no existe. Los presidentes de Italia, Reino Unido y España acatan las órdenes de Bush incluso antes de que las dé. ¿Contribuyen los medios a la banalización de la palabra? Los medios se ocupan de dos cosas principalmente: ganar dinero y darle legitimidad a sus intereses. Por eso los que hablan de objetividad están mintiendo. Los medios determinan el hecho periodístico.
Un medio puede decir que hoy su portada tratará de los 30.000 niños que a diario mueren en el mundo por hambre y desnutrición o darle la portada a un simpel robo. ¿Tienen opción los medios alternativos en un mundo en el que hay una concentración del poder por parte de los grupos financieramente poderosos? Explíquenos el caso de Lemond Diplomatique. Nosotros tenemos un gran apoyo de los lectores y de la publicidad dependemos solo en un cinco por ciento. Actualmente contamos con un tiraje mensual de 330.000 ejemplares y existen ediciones en inglés, español, árabe, griego y alemán, hasta completar unas 20 versiones.
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