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Sida, un enemigo del sistema nervioso

Pérdida de la memoria y una reducción en la velocidad del pensamiento, inflamación de los vasos sanguíneos, infiltrados algodonosos en la retina y el cerebro, y lesiones en la mielina, son algunos de los trastornos más severos que sufren los pacientes con VIH-Sida en el sistema nervioso.

Pérdida de la memoria y una reducción en la velocidad del pensamiento, inflamación de los vasos sanguíneos, infiltrados algodonosos en la retina y el cerebro, y lesiones en la mielina, son algunos de los trastornos más severos que sufren los pacientes con VIH-Sida en el sistema nervioso.
Los hijos de madres con VIH-Sida que son tratadas oportunamente con terapias antivirales, no contraen la enfermedad. (foto con fines ilustrativos)
Así lo señaló el Dr. Umberto De Girolami, durante la conferencia «Lesiones del sistema nervioso causadas por el VIH-SIDA», que ofreció con motivo del Cincuentenario de la Revista de Biología Tropical de la Universidad de Costa Rica.
El Dr. De Girolami es profesor titular de Patología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, y director de las Divisiones de Neuropatología del Bridal Women Hospital y del Children Hospital de Boston.
Ha publicado más de 90 trabajos de investigación en revistas de mucho prestigio, numerosos reportes de casos, y más de 100 resúmenes de trabajos presentados en congresos realizados en los cinco continentes. También ha escrito cinco libros, uno de ellos precisamente sobre las lesiones del sistema nervioso causadas por el VIH-Sida.

Según dijo, como neuropatólogo su interés en el VIH-Sida surgió en 1983, cuando a los hospitales en los que trabajaba llegó el Prof. Jerome Groopman, quien había atendido en San Francisco, California, a muchos pacientes con esta enfermedad, y comenzaron a notar que algunos de ellos presentaban trastornos neurológicos, aparte de los de inmunodepresión ya conocidos.
De acuerdo con el Dr. De Girolami, dado que el Sida provoca carencias inmunitarias existen una serie de trastornos que afectan a los pacientes con este mal -los cuales no son causados directamente por el virus VIH- que son las denominadas enfermedades oportunistas como la toxoplasmosis, el linfoma del sistema nervioso, el Sarcoma de Kaposi, y miopatías y las neuropatías.
Agregó que una de las afecciones más características que sufren los pacientes con VIH-Sida es la coinfección por Citomegalorivus, la cual causa necrosis y afecta todas las células alrededor de los ventrículos. En este sentido señaló que uno de los problemas más serios que sufrían los pacientes con VIH-Sida, era la pérdida de la visión por infección de la retina, causada por el Citomegalovirus. No obstante, hace aproximadamente 10 años se empezaron a descubrir tratamientos antivirales contra este mal y actualmente se ha logrado controlar en muchas partes del mundo.

EXTRAÑA DEMENCIA

En 1983 un grupo de profesionales del Cornell Medical Center, de New York, descubrió que el 50% de los pacientes con VIH-Sida tenían trastornos neurológicos de uno u otro tipo.
Uno de ellos era una especie de demencia que les ocasionaba pérdida de memoria progresiva y una reducción de la velocidad del pensamiento, al igual que problemas psiquiátricos como depresiones y  apatías, y de tipo motor como dificultades para caminar.
Cuando examinaron a estos pacientes con varios métodos radiológicos y patológicos, no encontraron evidencia de lesiones oportunistas, únicamente una marcada dilatación de los ventrículos, lo cual era insólito en personas jóvenes, lo mismo que una leve atrofia del cerebro.
Tanto en París como en Boston  se comenzaron a estudiar secciones enteras del cerebro para entender la difusión de esta enfermedad. Esto condujo al descubrimiento de una patología completamente nueva, la cual se denominó Encefalitis del VIH, nunca antes descrita en la literatura mundial y que se constituiría en la lesión fundamental del Sida.
Con el empleo de métodos inmunopatológicos se localizó el virus en el sistema nervioso y se encontró que las células infectadas eran los macrófagos y las células de la Glía.
Lo  más interesante de todo esto, dijo el Dr. De Girolami, es que las células nativas del sistema nervioso, como las neuronas, los astrocitos y los oligodendrocitos, parecían no ser infectados por el virus.
Agregó que hasta el día de hoy -casi 20 años después- en ninguna parte del mundo se han encontrado casos de infección directa de las neuronas por el virus, lo cual aún no tiene explicación. Se ha pensado que tal vez se deba a causas indirectas relacionadas con la presencia de citoquinas que interfieren con la transmisión de impulsos eléctricos de las células nerviosas.

TRASTORNOS EN LA MICROCIRCULACIÓN

De acuerdo con lo expresado por él, otro descubrimiento que se hizo con respecto al VIH-Sida es que se caracteriza por trastornos en la microcirculación. Se les denominó lesiones primitivas o vasculitis, que consisten en una especie de inflamación de los vasos sanguíneos en el sistema nervioso, y se manifiesta en las primeras fases de la evolución de la enfermedad.
Este trastorno ya había sido reconocido tiempo atrás por los oftalmólogos, quienes recomendaban examinar los ojos si se sospechaba que un paciente podía tener la enfermedad, ya que presentan lo que se llama infiltrados algodonosos, que son lesiones superficiales de la retina o microinfartos.
Las mismas lesiones que se hallaron en la retina también se localizaron en el sistema nervioso de estos pacientes.
Además se encontró una pérdida importante de la mielina, lo cual después se convirtió en la lesión fundamental del Sida en los niños.
Asimismo, se descubrió que las manifestaciones morfológicas de la enfermedad en el sistema nervioso son bastante diferentes durante la evolución del mal. Por ejemplo, poco después de haber contraído la enfermedad, la lesión inicial es la vasculitis. Cuando la patología está avanzada se presentan los nodos microgliales, las células gigantes y las lesiones de la microcirculación, y años más tarde las lesiones más importantes se dan en la mielina.
Otro hallazgo que se hizo fue la presencia de lesiones muy serias de la médula espinal, lo cual se denominó mielopatía vascular, muy similar a la carencia de vitamina B12, aunque cuando fueron examinados no carecían de ella. También les suministraron la vitamina, pero tampoco presentaron mejorías.
Otra novedad fue la presencia de esta enfermedad en los niños de madres infectadas por el virus del VIH. Sin embargo, está prácticamente controlada -al menos en el hospital donde él trabaja- ya que las madres enfermas son tratadas activamente con terapias antivirales, con lo cual se evita que la transmitan a sus hijos.
El científico concluyó su conferencia con una visión positiva acerca de esta enfermedad, pues antes de venir a Costa Rica habló con el Dr. Groopman para conocer sobre el estado de sus pacientes, y para su sorpresa el número de casos nuevos había disminuido considerablemente, en especial en las poblaciones homosexuales, las cuales han recibido mucha información preventiva.
También han recibido tratamientos intensivos contra las infecciones oportunistas -que en el pasado ocasionaron tantas muertes- con resultados muy alentadores.

  • María Eugenia Fonseca Calvo 
  • Crisol
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