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Para los periodistas que dieron sus primeros pasos de la profesión en el Semanario UNIVERSIDAD, volver a él es llegar de nuevo a casa.
Hace 32 años este medio de comunicación vio la luz por primera vez con un objetivo primordial, y que lo ha cumplido cabalmente hasta hoy.
«Lo más importante es que el periódico ha sido el vehículo de la libre expresión más abierto que ha tenido Costa Rica en toda su historia, donde no se ha puesto cortapisas a las ideas en ningún momento y por ninguna causa. Es un emblema a la libertad de expresión», afirmó su director Carlos Morales.
El parto no fue nada fácil, pero este bebé hoy convertido en adulto, se atribuye más logros de los que se piensa.
Desde hace 22 años la Jefa de redacción Ana Incer ha visto pasar a muchos jóvenes hoy convertidos en grandes periodistas. En la lista ya suman más de 350 profesionales. «Ha sido una labor muy enriquecedora, porque espero que ellos hayan aprendido tanto de mi como yo de ellos. Lo que más me gusta es ver como las personas van aprendiendo, como vienen con mucha inseguridad y con la práctica ya redactan bien. Aquí encuentran un medio flexible pero a la vez con exigencias. Se siente una gran satisfacción ver como aquellos que trabajaron aquí siempre regresan a saludarnos. Una de nuestras misiones más importantes es la de ser un laboratorio».
Para aquellos compañeros que tienen años de trabajar aquí la satisfacción es plena. Uno de ellos, Eduardo Ramírez. cumple ya 18 años de labores. «Uno encuentra aquí verdadera libertad de expresión. Seguimos del lado de los sectores más necesitados, tratando de dar la visión que no dan los medios comerciales. Es satisfactorio ver que los estudiantes aprenden aquí lo que no enseñan en las aulas. Se crea un cordón umbilical que no se termina de romper».
«Escribir en el Semanario implica aprender continuamente y luchar por un periodismo diferente, con sentido, con trasfondo», añadió.
Por su lado Rafael Ugalde, quien escribe en sus páginas desde hace 27 años, conoce a la perfección aquellas claves que hacen a este medio diferente. «En primer lugar la mística, los que han pasado por el periódico y los que nos hemos quedado, vemos en él y en el periodismo un medio para cumplir los ideales que están en el Estatuto Orgánico, lograr una sociedad más justa, que el país alcance el idealismo ideológico, que se pueda discutir sin que asesinen a periodistas, o serruchen pisos. La vigencia del Semanario radica en que ha guardado un tesoro y ha tratado de mantener la polémica, las ideas, el dinamismo, porque eso le permite garantizarle a la universidad su vigencia histórica», agregó.
Pero para nadie es un secreto que como símbolo de su fortaleza, el Semanario ha superado unos cuantos terremotos. La lucha no ha sido fácil, durante 22 años su actual director ha vivido tiempos difíciles «Nos han perseguido siempre, con todos los directores (que han sido cerca de 5) pero siempre el Semanario pretendió y logró ser el más libre de los medios de expresión».
«Estamos en una época muy dura producto de la última persecución, ahora en vías de superar. Pienso que el ambiente interno está nuevamente recuperado, ya la mística y la alegría del trabajo impera plenamente».
«Esta es la edición número 1498, imagínese usted la cantidad de noticias que durante este tiempo han apostado por el cambio. Pero además de eso, los cientos de periodistas que han aprendido a caminar de la mano de este medio. En casi todos los medios de comunicación algún periodista recordará esos días de carreras en la U, y sus primeros artículos escritos con la guía de sus compañeros, al principio en una pequeña oficina ubicada en la entrada de Ciencias Sociales.
La hora del cierre se acerca, nuevamente los tiránicos pasos del jefe se escuchan por el pasillo. Las máquinas no dan abasto, pero al igual que en tiempos pasados la figura de Morales inspira respeto y guía.
Hoy los 37 funcionarios que laboramos aquí sentimos nuevamente ese calor de hogar que solo se encuentra en casa. Todo cambia, excepto la esencia, ojalá que burlando influencias externas esta sala de redacción sea la misma, para que los jóvenes pupilos trabajen de cerca con aquellos que tienen la experiencia y crezcan juntos, sin envidias ni recelos, en esta difícil profesión.
Este semillero continuará siendo de todos, y como lo dijo «el jefe»: «El periódico es hoy una entidad consolidada y va a ser muy difícil que las fuerzas conservadoras que pretenden acallarlo, lo logren. Porque siempre la verdad se impone». ¿Usted qué cree…?
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