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Cruzada contra la corrupción

La alianza entre el gobierno de Enrique Bolaños y la oposición sandinista, augura que se podrá terminar con un mal endémico en Nicaragua: la corrupción.

La alianza entre el gobierno de Enrique Bolaños y la oposición sandinista, augura que se podrá terminar con un mal endémico en Nicaragua: la corrupción.
Arnoldo Alemán, ex mandatario de Nicaragua, fue despojado de la presidencia de la Asamblea Nacional gracias a los votos de los sandinistas y de varios rebeldes liberales.
La destitución del exmandatario Arnoldo Alemán como presidente de la Asamblea Nacional de Nicaragua, ocurrida el pasado 19 de septiembre y que fue posible gracias a los votos de 38 diputados del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y a los de 11 diputados rebeldes de la bancada oficialista del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), dejó abiertas las puertas para el desafuero del ahora diputado.
Alemán está acusado por fraude al Estado y por el lavado de $100 millones.
Desde hace meses, la Procuraduría intenta lograr la mayoría necesaria para llevar ante los tribunales al expresidente, a su hija María Dolores Alemán y a otros diez miembros de su familia y del anterior gabinete.
El mandatario Enrique Bolaños, compañero de partido de Alemán y vicepresidente de Nicaragua durante el período que éste gobernó el país, ha asumido la lucha contra la corrupción como una de las principales prioridades en su gestión.
Para Bolaños, una de las principales razones que explican el atraso y la pobreza de Nicaragua, es la constante usura que han sufrido las arcas estatales en épocas tan diferentes como la de la dictadura de Somoza o el período de gobierno de los sandinistas.
Por esta razón, en un acto multitudinario convocado frente el Palacio de Gobierno el pasado 23 de septiembre, Bolaños calificó la destitución de su predecesor como un hecho histórico que marcará el futuro del país y que será consignado en los libros de historia como una «revolución pacífica».

NUEVA MAYORÍA

Para lograr la salida de Alemán de la presidencia del Congreso, fue necesario un pacto sin precedentes en la historia política de esa nación. Bolaños, haciendo a un lado sus compromisos con el partido de su antecesor, que le llevó a la victoria en las elecciones de enero, se vio forzado a crear una nueva mayoría legislativa, capaz de asumir el caso de Alemán y de dictar la legislación necesaria para sacar al país adelante.
De este modo, el apoyo de los sandinistas y sus 38 votos en la Asamblea Nacional han sido fundamentales para los planes del presidente de sanear la nación.  El líder opositor y expresidente, Daniel Ortega, fue uno de los más firmes detractores de Alemán.
La polémica por las acusaciones contra el «gordo man», – como se le llamó popularmente a Alemán, causó una división en el seno del oficialismo.  Once diputados decidieron dejar de lado la línea de partido y se unieron al presidente Bolaños y votaron junto a los sandinistas la resolución que lo despojó de la presidencia legislativa.
Sin embargo, la gobernabilidad del vecino país del norte será complicada a partir de ahora, ya que el exmandatario aún cuenta con una bancada de 44 diputados leales, que han desoído el clamor popular que, mayoritariamente según los sondeos, desea ver al ex mandatario responder ante los tribunales por los cargos de corrupción que le ha hecho la Procuraduría.
Ahora el caso está en manos de una comisión legislativa, la cual debe decidir si presenta al plenario una moción para desaforarlo.
Si finalmente la Asamblea Nacional decidiese quitarle la inmunidad al expresidente, éste quedaría a un paso de ser procesado en los tribunales comunes.

PERSECUCIÓN POLÍTICA

Para Arnoldo Alemán, los cargos en su contra y la campaña orquestada por la oposición y el presidente Bolaños para sacarle de la presidencia legislativa, corresponden a una persecución política.
«Si sobreviví a los asesinos de la década de los 80, entonces también podré enfrentarme a esta nueva cacería», manifestó a los medios de prensa acreditados en Managua durante una conferencia de prensa celebrada el pasado 23 de septiembre.
Ese mismo día, miles de personas se congregaron ante el Palacio Nacional para demostrar su apoyo a Bolaños, los sandinistas y los rebeldes liberales que lograron destituir a Alemán de su puesto como presidente de la Asamblea Nacional.
Durante el fin de semana anterior a las declaraciones de Alemán, su esposa y dos de sus hijos abandonaron el país en un vuelo comercial con destino a Miami, Estados Unidos.
Según confirmaron autoridades de migración, el expresidente también había reservado un espacio en ese avión; sin embargo, desistió de marcharse para hacer frente a sus detractores.
Por su lado la Procuraduría informó que el anterior mandatario, que gobernó entre 1997 y 2002, habría desviado hacia cuentas personales o de allegados cercanos un total de $100 millones, propiedad del erario público.
Actualmente varios de sus familiares y compañeros de gabinete se encuentran bajo arresto y serán procesados por el mismo caso.
De acuerdo con sus adversarios políticos, durante su mandato ofendiñó a los humildes de su país, ya que, a pesar de la miseria y el desempleo generalizados,  realizó opulentos actos como su boda, para la que alquiló un avión en el que transportó de Managua a Miami a los invitados a una suntuosa ceremonia, propia de los peores años de la dictadura somocista.
El estilo de su gobierno concuerda con su pasado en las filas de los allegados a Anastasio Somoza, ya que disipaba la atención de los problemas internos inventándose conflictos externos, tales como el del Golfo de Fonseca con Honduras, el del Río San Juan con Costa Rica y el de la isla de San Andrés con Colombia.
Sus oscuros tratos con una empresa de televisión mexicana y sus extraños donativos a fundaciones que están a su nombre en el extranjero, despertaron las sospechas de la justicia nicaragüense, que, no obstante las dificultades iniciales, ha llevado adelante las pesquisas.
Alemán y su hija María Dolores, también diputada en la presente legislatura, aparecen en el centro de todas las sospechas.
Para algunos que han tenido acceso a los expedientes, los cien millones que supuestamente desvió Alemán, corresponden a una cifra muy conservadora, ya que el monto real podría rebasar los $300 millones.
Inicialmente, el imputado parece dispuesto a afrontar su eventual desafuero y el proceso judicial posterior; no obstante, algunos piensan que, en el momento menos esperado, el líder liberal podría escapar del país.

LA CRUZADA DE BOLAÑOS

Enrique Bolaños llegó a la presidencia con la promesa de limpiar el Estado y acabar con la endémica corrupción que frena el desarrollo del país desde hace décadas.
Aunque la oposición dudaba de su capacidad real de cumplir sus promesas en este aspecto, su firmeza ha dejado en pie pocos cuestionamientos.
Para Alemán, Bolaños sólo trata de desviar la atención de la poca efectividad de su ejecutivo con una cacería de brujas que tendrá graves consecuencias.
No obstante, la entereza del presidente en contra de la corrupción ha recibido el apoyo de la comunidad internacional.
De este modo, a pesar de su alianza con el FSLN, el gobierno de Estados Unidos ha alabado sus esfuerzos por limpiar las estructuras del Estado desde arriba hasta abajo.
Otro tanto ha hecho la Unión Europea (UE), que valora positivamente las acciones del ejecutivo de Managua y que ha expresado su apoyo a Bolaños, ya que con este tipo de acciones se refuerza la democracia.
Alemán parece dispuesto a pelear.  Pero esta vez su lucha no será en la arena política, en donde todavía conserva un peso importante, sino en el terreno judicial.
Si la Asamblea Nacional decide revocar la inmunidad parlamentaria del actual diputado liberal, entonces serán los tribunales de justicia los encargados de definir si las presunciones de la Procuraduría resultan ciertas.
 

  • Manuel D. Arias M. 
  • Mundo
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