Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El 75% de los banquillos de la Primera División es ocupado por técnicos foráneos. Carlos Watson, del Herediano, aparece como el entrenador más exitoso. El duelo de escuelas está planteado.
La maldición Badú pareciera perseguir a los morados.
El colombiano Carlos Restrepo y el uruguayo Daniel Casas se sumaron esta semana a la avalancha de técnicos extranjeros en el fútbol de la primera división costarricense.
De esta manera, la «sudamericanización» del balompié profesional, o al menos la «uruguayización» de este deporte, pareciera un proceso irreversible en el país.
Debutó con derrota de 3-0 ante el puntero Herediano; sin embargo la escuela colombiana de Restrepo pudo verse en el estadio Eladio Rosabal Cordero.
Los «pezeteros» vendieron cara su derrota, pagaron un alto precio por su entusiasmo y el espuelón del entrenador florense, Carlos Watson, los condenó por un tiempo más al peligroso penúltimo lugar de la tabla de clasificación
.
Pero el duelo de escuelas quedó planteado para el resto del certamen. Durante el torneo de Apertura se verá la escuela tradicional del fútbol costarricense con Watson, como el director técnico de mayor rendimiento, y la suramericana encabezada además por el estratega colombiano de Liga Deportiva Alajuelense, José Luis Pinto; la argentina, lidereada por Carlos del Toro (Cartaginés) y Jorge Mario Olguín (Santa Bárbara) o la uruguaya encabezada por Manuel Keosseián (Saprissa), Carlos Orias (San Carlos), Fernando Sosa, de la Asociación Deportiva Guanacasteca (ADG) y Daniel Casas, del Municipal Liberia.
El estratega Juan Luis Hernández Fuertes, a cargo del Municipal Osa, en el sótano en la presente temporada, es el único representante de Europa.
A LO EXTRANJERO
Algunos de estos directores técnicos crecieron en el fútbol tico mucho antes de que en Argentina hablaran del «corralito»; o que los desaciertos del equipo económico del presidente Jorge Batlle se transformaran en crisis en Uruguay y en Colombia el plan militar diseñado por Estados Unidos profundizara las contradicciones sociales.
Carlos Watson, el entrenador nacional más exitoso.
Es el caso de Sosa, un sobrio defensa, quien llegó a la Liga a finales de la década del 80 para quedarse entre nosotros. O la situación de Casas, quien luego de dejar su vida en las llanuras de San Carlos, echó raíces por estos lares y ahora optó por la pampa.
A no ser por el Herediano, habría que reconocer la superioridad de la escuela suramericana. Alajuela sigue muy de cerca a los florenses; Cartago, con el estilo argentino, está tercero, y Saprirssa, a pesar de la maldición de Valdeir Vieira (Badú), araña el cuarto lugar con el uruguayo Keosseián, en tanto Santa Bárbara se posesionaba del quinto lugar, con Olguín, todos a tres juegos para que finalice la primera ronda.
El nacional Rónald Mora, quien sigue a Watson en cuanto a aciertos frente a los extranjeros, corta la racha de los entrenadores foráneos y mantiene el sexto lugar en la tabla de posiciones.
El tercer director técnico nacional, Alvaro Solano, a cargo de la Asociación Deportiva Carmelita, no las tiene todas consigo. Sus dirigidos ocupan la octava casilla, a solo cinco puntos del sótano.
Frente al Cartaginés, en partido válido por la novena fecha, pudo verse un Carmelita sin alma, sin ideas ofensivas, como si hubiera jugadores desvelados y apostando a lo que el rival jugara. De eso se dio cuenta su colega Del Toro y en 45 minutos sentenció el partido 3-0. El marcador habla ante cualquier excusa.
ESNOBISMO O DESAFIO
El orfebre pule los metales más duros a punta de fuego y los sociólogos dicen que las grandes crisis hacen personas con temple. El 75% de los banquillos de los entrenadores, es ocupado por foráneos.
No son directores técnicos para estar en la primera división europea. Ni siquiera para permanecer en el fútbol mexicano, a juzgar por los resultados obtenidos por Saprissa y Alajuela en los torneos de campeones y subcampeones de la zona, pero traen su escuela, a veces cargan otra perspectiva de vivir este deporte y el fútbol costarricense los requiere con urgencia, dada las carencias en materia de ligas menores, mercadeo y profesionalismo, en sentido estricto de la palabra.
Precisamente he allí el reto de los entrenadores nacionales. Para entender la extraña actividad de negocio y este arte, llamado fútbol en todas partes del orbe, no basta con asistir a un mundial como jugador o asistente, o haber jugado 10 temporadas seguidas en la primera división.
Se necesita algo más de vivencias por viejas glorias, porque la permanencia de un entrenador en el banquillo depende de resultados. Es un negocio donde las pérdidas no pueden acumularse. Así de simple.
Si a eso se suma la decisión del Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol de designar al estadounidense Steve Sampson como director de la selección mayor, con el fin de definir un «estilo» de juego en todos los seleccionados, la tendencia a que los foráneos nos resuelven los desafíos no requiere mayor probanza.
El otro elemento en el corto plazo es la creciente presencia de jugadores foráneos – sobre todo colombianos, que antes no se miraban por estos lares porque militaban en el Nacional, El Cali o Los Millonarios- lo cual producirá un híbrido interesante. Quizá Sampson saque provecho de estas nuevas condiciones objetivas, aunque los periodistas deportivos – sobre todo radiofónicos- tengan que olvidar el rollo ese de «Los Chaparritos de Oro», de los «maestritos» o la «zurda de oro». Hoy el negocio del fútbol anda por otro lado.
Este documento no posee notas.