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Pasión y vida de Olimpia

La Compañía Nacional de Teatro abrirá su temporada el 18 de octubre con «Olimpia», una obra que invita a la reflexión y que está basada en la historia de Olimpia de Gouges, escrita por Linda Berrón.

La Compañía Nacional de Teatro abrirá su temporada el 18 de octubre con «Olimpia», una obra que invita a la reflexión y que está basada en la historia de Olimpia de Gouges, escrita por Linda Berrón.
La vida de una mujer que se deja arrastrar por su pasión por la escritura, la política y la libertad y que sobrevivió al manto de la historia oficial, es la que inspiró «Olimpia», la obra que estrenará la Compañía Nacional de Teatro (CNT)  el 18 de octubre.
Basado en el libro Olimpia, de la escritora costarricense Linda Berrón,  el director Alfredo Catania construyó un personaje en el que confluyen todas esas fuerzas que hierven en el alma de una mujer que se adelantó a sus tiempos y que ni siquiera la guillotina implacable de la Revolución Francesa logró acallar.
Olimpia de Gouges nació en Francia en 1748 y murió en 1793; su vida resultó ignorada por la historia oficial, que la marginó por completo de sus páginas.
La pieza responde a  una estructura que juega con los tiempos y los espacios, lo que permite construir el universo del complejo y provocativo personaje, explicó Catania.
Las luces y sombras de una Olimpia bastarda, que no sabe leer ni escribir y que más tarde se convertirá en una luchadora incansable y en una escritora revolucionaria, se van tejiendo en la obra, que en criterio de Catania tiene uno de sus momentos más luminosos cuando la protagonista se encuentra con Teresa.
«El encuentro entre Olimpia y Teresa es uno de los momentos más emocionantes, porque son las dos caras de una misma moneda. A partir de esto hay un cambio en ambas».
 
El director está convencido de que Olimpia servirá para que el espectador reflexione acerca de las diversas realidades que permean la vida de la protagonista y que ayudan a recrear un rico universo alrededor de un personaje de una complejidad excepcional.
Aunque solo ha tenido dos meses para preparar el montaje, haber trabajado con un grupo de actores y técnicos en los que predomina la mística, algo que se ha desvalorizado en el medio cultural, Catania confía en que el público apreciará una puesta en escena digna, seria y que podría despertar polémica.
«Es cierto que han sido dos meses de trabajo, pero no de cuatro o cinco horas diarias, sino de veinticuatro, porque uno anda pensando durante todo el día en la obra».
Catania, quien ha dirigido montajes basados en autores nacionales como Joaquín Gutiérrez y Carlos Luis Fallas, expresó la importancia de darle espacio a los escritores de las generaciones actuales, como el caso de Berrón.
«Es importante que el escritor se compenetre con el fenómeno escénico, aunque no sea su obra la que se monte. Salvo Daniel Gallegos, que es un hombre de  teatro, esto no sucede en el país. Veo, por ejemplo, que autores como Samuel Rovinski y Beto Cañas como que no se arriman».
Para Catania  es necesario que haya una comunicación constante entre escritores, directores y dramaturgos, para que de esta forma se cree un clima favorable al mundo del teatro.
«En Costa Rica existen las condiciones de infraestructura y de calidad de los actores para hacer un buen teatro».
Con Olimpia la CNT abrirá su temporada en el Teatro de la Aduana y una semana más tarde presentará  «Chejovianas», estructurada a partir de relatos de Anton Chéjov, y que será llevada a distintos pueblos del país.

LA «OPERA PRIMA»

El montaje de Olimpia tiene un significado especial para Berrón, porque desde que apareció el libro en 1998 nadie se había interesado por representar la historia.
«Después de cuatro años de publicado el libro me encuentro con la inmerecida felicidad de que se va a montar la obra. Estoy muy contenta y muy segura porque lo hará la Compañía Nacional de Teatro y bajo la responsabilidad de un director del prestigio y la experiencia de Alfredo Catania».
La escritora, quien participó en el montaje, reconoció que escribir es una tarea demasiado solitaria, contrario a lo que sucede cuando una obra es puesta en escena, momento en el que es indispensable la coordinación y el intercambio de ideas.
«Alfredo y yo hemos tenido una relación de trabajo estupenda, aunque al principio me sentía un poco apabullada por su experiencia y su saber. Le dije que trabajara sobre mi obra como si yo estuviera muerta. Esto me ha permitido aprender y a la obra mejorar».
Cuando Berrón decidió reconstruir la vida de Olimpia de Gouges, intentó abarcar las vastas dimensiones de la excéntrica personalidad de la autora francesa.
«Traté de reflejar a Olimpia lo más íntegramente posible, porque lo interesante es el montón de aspectos que reúne en ella misma. Hay una Olimpia revolucionaria, dramaturga, luchadora  por los derechos de los niños, las mujeres y los hombres, y otra soñadora».
Olimpia es para Berrón una mujer con  facetas imposibles de separar y que son las que  la enriquecen como personaje. Recordó que en 1791 proclamó los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía como una respuesta a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa.
El crítico Alvaro Quesada destacó en 1998 que «por su estructura, Olimpia recuerda el Teatro documento, subgénero teatral desarrollado especialmente por Peter Weis, y que en el teatro costarricense tiene un connotado exponente en El martirio del Pastor, de Rovinsky. Es un género que tiene dos peligros: uno, que el esfuerzo documentalista opaque o anule el empeño estético, y otro, que se desprende del anterior, que el texto se vuelva esquemático y panfletario. Olimpia sortea hábilmente estos peligros y construye una obra en donde la necesaria información histórica y el inevitable interés que despierta la biografía de un personaje tan atractivo como Olimpia de Gouges, no se sobreponen ni opacan la finalidad de la obra».
Berrón consideró que «en la vida de Olimpia es  muy importante el contorno y resulta de especial interés para estudiantes que se ocupan de la Revolución Francesa y la Ilustración, para que vean las sombras de esa época y para que comprueben que la Historia no siempre se cuenta completa».
El nuevo desafío de la Compañía Nacional representa una oportunidad para que los espectadores se reencuentren con un teatro que promueve la reflexión y la polémica, en un país que silenciosamente se desliza por el peligroso camino de la apatía.
UN PERSONAJE ATRACTIVO
Olimpia de Gouges es un atractivo personaje que en esta oportunidad será abordado por el director Alfredo Catania, en una obra que abrirá la temporada de la Compañía Nacional de Teatro.

Montaje: Compañía Nacional de Teatro.
Dirección general y escenografía: Alfredo Catania.
Actuaciones estelares de:  María Silva y Roxana Campos.
Música y banda sonora de: Luis Diego Herra.
Diseño de luces: Jody Steiger.
Vestuario: Rolando Trejos.
Estreno: 18 de octubre, 8 p.m., Teatro de La Aduana.

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura
Carlos Luis FallasFranceJoaquín GutiérrezMilitantes del PCCR
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