Este viernes 11 llega nuestro Semanario a la heroica cifra de 1.500  ediciones publicadas. Es un número redondo,  cabalístico, de buena suerte y de larga vida. Son 1.500 publicaciones cargadas de pensamiento, de crítica, de cultura, de sana fe puesta en una universidad mejor y un país más desahogado y solidario.
En ese largo camino, desde el 28 de setiembre de 1970, hemos tenido muchas alegrías , muchas batallas y solo unas pocas tristezas. Hemos tratado de dejar una huella beneficiosa de  servicio a la comunidad y hemos atacado sin contemplaciones todos los focos de corrupción o miseria que pasaron por nuestro lado. Bastantes logramos extirpar con  la ayuda de otros sectores de la sociedad.
También encaminamos a más de 1.000 jóvenes en la noble profesión del periodismo y mientras hacían aquí sus armas, fundamos un ambiente de alegría, de fraternidad, de franco entendimiento en épocas muy distintas que todos llevan consigo.
Ese cúmulo es la fuerza que vuelve a UNIVERSIDAD  un  periódico muy consolidado, una  institución de libertad ciudadana y por ello difícil de domesticar, inclaudicable  ante los males de hoy, duro contra la mediocridad y la corrupción.
Por eso, cuando  preparo estas líneas para celebrar el número 1.500 y coincidentemente debo despedirme del periódico por un fallo judicial que será apelado, me voy con el espíritu tranquilo, con la frente en alto porque no he cometido falta y con la seguridad absoluta de que los compañeros que me relevan sabrán defender las mismas causas con valentía y arrojo durante otros l.500 números nuevos.
La verdad termina por imponerse siempre y por ella hay que luchar, aunque las fuerzas del retroceso pretendan interponerse.  Habrá otros 1.500 y tal vez me dé una vuelta para celebrarlos.