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Vecinos de Mata de Limón -comunidad aledaña al puerto de Caldera- se mantienen a la expectativa ante un proyecto multimillonario que busca convertir este pequeño pueblo en una marina de proyección internacional, que le cambiaría totalmente su fisonomía y que también le podría provocar serias consecuencias ambientales y sociales a la comunidad.
Este es un bosquejo del proyecto que la empresa MARPAC desea realizar en Mata de Limón.
Un deslumbrante proyecto turístico que incluye puestos de atraque para más de 300 yates, hoteles, tiendas, centros de diversión y una visitación anual de más de 2.5 millones personas, no logra quitarle la preocupación a vecinos de Mata de Limón -cantón de Esparza- de ser removidos de sus viviendas o de que el entorno ambiental del lugar resulte dañado.
La tranquilidad de esta apacible comunidad, se vio alterada en las últimas semanas ante las gestiones que realiza la empresa Marina Pacífico S.A. (MARPAC) para desarrollar allí un megaproyecto turístico con una inversión superior a $80 millones (más de ¢29.000 millones).
La idea es construir una marina en la laguna principal del estero de Mata de Limón y sus alrededores; es decir, un conjunto de instalaciones, marítimas o terrestres, destinadas a la protección, el abrigo y la prestación de toda clase de servicios a las embarcaciones -nacionales o extranjeras- de recreo, turísticas y deportivas.
De esta manera, lo que en una época fue el principal centro vacacional de las familias más pudientes del Valle Central, se convertirá en poco tiempo en un polo turístico visitado por millares de extranjeros y costarricenses.
Aunque la mayoría de personas que poseen vivienda o cabinas en esta comunidad de la provincia de Puntarenas, no se oponen a la ejecución de dicho proyecto, sí rechazan la eventualidad de ser obligados a abandonar esas propiedades, aun cuando se les indemnice o reubique. La población cuenta con unas 200 familias.
«Nos oponemos a que nuestras casas de veraneo las toquen o nos quiten terrenos adquiridos hace 40 o 50 años por nuestros padres, quienes llevaron allí la electricidad y el agua», dijo Roxana Campos, quien tiene vivienda en una área que sería dedicada a residencias, según la zonificación prevista por la empresa MARPAC.
Por ahora, la ambiciosa pretensión de convertir Mata de Limón en una marina cosmopolita, no deja de ser un anteproyecto, pues la concesión todavía no ha sido aprobada por parte de la Municipalidad de Esparza, y para ello primero deben recibir el visto bueno la zonificación del área y los estudios de impacto ambiental.
Hasta el momento han fracasado dos intentos por realizar una audiencia entre los promotores del proyecto y miembros de la comunidad, tendiente a informar en detalle acerca de un «Plan regulador costero de playa Mata de Limón», elaborado por «Costa Rica Marina Consultants S.A.» a solicitud de la firma MARPAC. Este ya fue aprobado por el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Una primera convocatoria para el 19 de abril pasado fue anulada debido a que no hubo suficiente divulgación en los plazos establecidos por la ley, y la segunda (12 de octubre) tras iniciarse se suspendió, , en razón de que las condiciones de espacio, clima y metodología no eran las más favorables.
Para conocer el referido plan regulador costero de Mata de Limón, el municipio esparzano deberá convocar a nueva audiencia con los lugareños, aunque se desconoce si será este año o a principios del otro, informó a este Semanario el alcalde interino, Fernando Varela.
REUBICACIÓN NO
Ante la iniciativa de construir la marina, el posible desplazamiento de algunas familias es uno de los aspectos que más desvela a los vecinos de esta comunidad costera. Así lo hicieron ver más de 150 personas, en una carta que enviaron el pasado 12 de octubre a los concejales. «No estamos de acuerdo en la reubicación de pobladores», manifestaron en este documento.
Una de las personas más preocupadas por los alcances de la zonificación que propone el estudio respaldado por MARPAC, es Dagoberto Jiménez, quien junto con su esposa e hijos habitan en una de las vivienda a escasos 50 metros del estero, en donde se construiría la planta de tratamiento de aguas negras del proyecto.
Ellos se oponen de manera tajante a ser reubicados en Villanueva, Cambalache u otros sitios sugeridos por la Municipalidad de Esparza, y se quejaron porque el ayuntamiento en algún momento los ha instado a esto.
Como prueba de lo anterior aportó una copia del acta de una sesión municipaldel 23 de setiembre, en la que el alcalde titular -Dagoberto Venegas- comentó que Mata de Limón es una zona comercial turística y por lo tanto «ya es hora que las familias integradas vayan buscando el lugar en donde (sic) les corresponde, de acuerdo a lo que dicte el plan regulador (…) posiblemente eso se vaya a declarar zona comercial turística y a las familias hay que irlas encausando; vuelvo a repetir, que vayan a vivir a Villanueva o Cambalache de acuerdo a sus condiciones, porque es difícil quedarle bien a todo el mundo».
Consultado el pasado 28 de octubre el alcalde interino, Fernando Varela (Venegas disfrutaba de vacaciones), aseguró que la Municipalidad respetará los derechos adquiridos por los habitantes de Mata de Limón y que solo dos o tres familias podrían verse afectadas por una reubicación.
Por estar en la llamada milla marítima y ser este un área estatal inalienable, los terrenos en donde viven estas personas no les pertenecen, sino que reciben de la municipalidad un «un derecho de uso del suelo».
Varela defendió lo actuado por ese ayuntamiento, al darle curso al proyecto de la marina, que debe cumplir con todos los trámites y requisitos que establecen las leyes. Para ser bien recibido por el Concejo Municipal, debe respetar la naturaleza, advirtió.
Por su parte, Luis Fernando y Gustavo Yglesias -director y presidente, respectivamente, de MARPAC-, pusieron en manos del municipio la resolución de este tipo de problemas. «A nosotros no nos interesa moverlos, correrlos, ni quitarlos (…). Es una propuesta de zonificación y será cosa de la Municipalidad si la acoge y usa las propuestas», puntualizaron.
NO AL DETERIORO AMBIENTAL
Si bien la mayoría de los moradores de Mata de Limón no se oponen a la marina y consideran que podría traer beneficios económicos y sociales a sus habitantes, también concuerdan en que este desarrollo no puede ser a costa de un deterioro ambiental.
Todos están claros en que lo primordial es la preservación del entorno natural del sitio, que es quizás su principal atractivo (ver recuadro «Manglar ya está en peligro»).
Danilo Arce, es uno de los que piensa de esta manera y sostiene que el proyecto de la marina es procedente si se evita la deforestación, el daño al estero y los manglares, así como la contaminación.
Con una casa de recreo que posee desde 1984 y localizada fuera del área zonificada por el proyecto, Arce instó a evitar impactos sobre el ambiente.
Un criterio similar expuso Roxana Campos, quien recordó que con la construcción del puerto de Caldera, los manglares de Mata de Limón sufrieron serios daños. Por eso, le preocupa que la marina pueda afectar el estero y propuso que este proyecto sea realizado en alguna área aledaña.
Lo favorecería si se hace en armonía con la naturaleza y se respetan los intereses de las personas de esta comunidad.
Virginia Vindas, dueña del restaurante y cabinas Tabaris, y con más de 17 años de vivir en la zona, criticó la zonificación y clamó porque se apruebe el plan regulador que prepara la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional (UNA).
Mientras tanto, el alcalde Varela al alegar que este es el mismo deseo de la Municipalidad, destacó que le parecería ilógico que alguien quisiera que los manglares desaparezcan.
Al planteársele si no era mejor que la Municipalidad aprobara primero el plan regulador del cantón y después la zonificación de Mata de Limón, argumentó que este último también está obligado a cumplir con una serie de condiciones que resguardan el ambiente.
Varela detalló que la UNA pidió una prórroga para entregar el documento final del plan regulador del cantón y será en los primeros meses del próximo año que lo concluyan.
Se quejó de que a raíz de la construcción del puerto de Caldera, la Municipalidad perdió injerencia en la toma de decisiones sobre el manejo de esa franja costera y por eso muchas obras y actividades que en ella se realizan, no han contado con su permiso.
Los próximos meses serán vitales para definir el futuro de Mata de Limón y el plan regulador de la UNA podría ser el que defina si esta localidad se mantiene como un centro de veraneo de baja intensidad turística, o si se convierte en un centro internacional de turismo masivo.
MANGLAR EN PELIGRO
La zona que compone el manglar y el estero de Mata de Limón ya se encuentra amenazada, principalmente por la excesiva sedimentación y por la contaminación, a pesar de ser parte de la Zona Protectora Tivives.
Esta es un área silvestre protegida de gran valor ecológico porque en ella convergen las siete especies de mangle existentes en el país y es el último reducto de bosque seco tropical de la provincia de Puntarenas.
Pero, a diferencia de 1974, cuando el manglar estaba en buen estado, actualmente casi todo el humedal tiene bancos de arena y deberían removerse 55 toneladas métricas de sedimento.
Además, sus alrededores han sido tomados como basureros, depósito de aguas negras y emanaciones de aceite y combustibles de los barcos.
Las anteriores son conclusiones del estudio «Procesos hidrogeomorfológicos de transporte y sedimentación en el sistema lagunar de Mata de Limón, Puntarenas», realizado por Douglas Güell Vargas, Elena Pineda Ledezma y Denis Salas González de la Escuela de Geografía de la UCR.
El documento forma parte de la «Síntesis de 27 Estudios e Iniciativas sobre Educación, Investigación, Manejo y Conservación de Humedales y Zonas Costeras», hecha el año pasado por Unión para la Conservación de la Naturalez (UICN/ORMA) dentro del área temática de Humelades y Zonas Costeras.
Al explicar las causas de esta excesiva sedimentación, los investigadores señalan que los sedimentos que vienen de Roca Carballo y del sector norte de Playa Caldera, se quedan en el atracadero de Puerto Caldera y en la boca del sistema lagunar. Después son arrastrados por las corrientes hacia el interior del manglar.
La construcción de la Carretera Costanera sur también ha contribuido al flujo de materiales gruesos, que al no tener una salida de gran tamaño, como la tenía el sistema lagunar antes de la construcción del puerto, forman grandes bancos.
Tras considerar esta problemática, un equipo de la Universidad Nacional (UNA) manifestó que «es importante impedir que viviendas a orillas del manglar de Mata de Limón depositen aguas en este sin ningún tipo de tratamiento ni control, acrecentando más su degradación».
Estos señalamientos son parte de los estudios para el Plan Regulador de Esparza, iniciado en mayo de 2000 y coordinado por Omar Arrieta Chavarría, investigador de la Escuela de Ciencias Geográficas de la UNA.
La investigación señala que debe prohibirse la construcción de nuevas edificaciones o ampliación de las existentes en las áreas que colindan con el manglar.
¿LA UNICA SOLUCION?
Gustavo Yglesias, presidente de Marina Pacífico, explicó que un objetivo del proyecto de la marina es recuperar el manglar y para eso pretenden construir un dique que separe el estero, que sirva para ubicar en su interior las embarcaciones y forme un canal que permita la entrada directa del mar hacia el manglar y así ayude a oxigenarlo y disminuya su sedimentación.
Aseguró que consultaron al respecto al área de Humedales del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y al Programa de uso y salvación de humedales de la UNA, específicamente a Juan Bravo y Liliana Piedra. «La parte de afuera del manglar que queda en el estero está perdida», según una consulta a la Universidad de Alberta, en Canadá.
Para obtener la concesión para construir la marina, la empresa debe tener una evaluación de impacto ambiental emitida por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, según dispone la Ley 7744 de «Concesión y operación de marinas turísticas». También se le exige suministro de agua potable y energía eléctrica para las embarcaciones que lo requieran y recolección y disposición de basura, desechos y aceite; y planta de tratamiento de aguas residuales, negras y servidas.
El biólogo Juan Sánchez Ramírez, coordinador de áreas silvestres protegidas del Area de Conservación Pacífico Central, se pronunció al respecto en un oficio de agosto del 2000 (ACOPAC-ASP-073) y consideró inconveniente el proyecto: «la instalación de una marina en el lugar (zona del estero y manglar) conllevaría una extracción de material, alteración y modificación del sitio, introducción de material ajeno al lugar, que provocaría un cambio en la dinámica del mismo».
Otras soluciones alternativas para disminuir la sedimentación se exponen en el estudio de la Universidad de Costa Rica, que recomienda construir espigones (estructuras macizas salientes) en Playa Caldera y Tivives, para retener arenas y disminuir los sedimentos que ingresan al manglar. En éste, el Ministerio de Obras Públicas señaló la necesidad de alargar el rompeolas de Puerto Caldera para tratar de mitigar los problemas por falta de calado del puerto.
Concienciar a la población y sacar la basura del área o crear algún tipo de tratamiento para los desechos, son otras acciones necesarias.
DESARROLLO DE ALTO IMPACTO
Puestos de atraque, dos hoteles de tres estrellas, restaurantes, bares, farmacias, gasolinera, supermercado y un club de yates y pesca, son parte de los sueños que piensan desarrollar con esta marina, si aprueban su construcción. Además, se menciona el desarrollo de un «pueblo de pescadores».
Marinas Industriales y Turísticas (MIT) es la entidad responsable de los estudios, trámites, promoción y búsqueda de socios inversionistas del proyecto, mientras que Marina Pacífico (MARPAC) será la empresa que desarrollará la obra y obtendría la concesión.
Se abarcaría una zona de 10 hectáreas y se estima que en las primeras tres etapas, que tardarían cuatro años, se invertirán US$80 millones. Promete generar 1.200 empleos directos y 6.000 indirectos, y el proyecto demandaría del Estado costarricense la inversión de US$1.5 millones.
MIT está integrada por empresarios de amplia trayectoria en el área turística, nacionales y extranjeros, como Vinko Lastro, Néstor Baltodano, Carlos Roberto Loría, Eduardo Quirós, Rolando Hunziker, Richard Hancq, Oscar Villavivencio y Orlando Fernández.
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