El nuevo técnico de la Selección Nacional, Steve Sampson, debe explotar la capacidad de nuestros mundialistas en divisiones menores.
Walter Centeno, el futbolista que se cubrió de gloria el 23 de octubre al anotarle un gol al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, sobrevive a la era Guimaraes y está a las órdenes de Sampson.
De Italia 90, solo sobrevivió Hernán Medford; Giovanni Jara se quedó en el camino de las primeras convocatorias; Rónald González se regresó al fútbol de Guatemala donde es mejor cobijado y Roy Myers vio frustrado su retorno cargado de lesiones.
Alexandre Guimaraes decidió premiar la trayectoria de Medford y lo convocó para el Mundial de Corea y Japón 2002, convirtiendo así al delantero de gran trayectoria internacional en el único futbolista costarricense con dos participaciones en copas del mundo de categoría mayor.
Histórico sí, justo quién sabe, porque como se presumía, el atacante tuvo escasa participación en la justa asiática.
El propio Medford, el portero Erick Lonnis, el mediocampista Wilmer López, todos mayores de 30 años de edad, le han dicho adiós al seleccionado nacional y no desean el regreso.
Sus intenciones se dieron en el momento cuando el técnico Guimaraes y la Federación Costarricense de Fútbol no se pusieron de acuerdo para renovarle el contrato al entrenador, se cortaron las negociaciones y antes de que se produjera una reacción de la opinión pública favorable al carismático técnico de origen brasileño, el jerarca federativo cortó los canales de protesta, con el nombramiento rápido del estadounidense Steve Sampson como nuevo timonel de la tricolor.
Alexandre Guimaraes se quedó sin el puesto, Navarro eligió a Sampson y en el trayecto hay firmado  un par de partidos amistosos de fogueo contra la Selección Nacional de Ecuador, uno en cada país, a los que se debe hacer frente.
Ya «Guima» no está, Sampson viene en camino y Rodrigo Kenton, el técnico de la selección que va al proceso de los Juegos Olímpicos se ocupa interinamente del asunto y convocó a 20 futbolistas para el doble compromiso ante los ecuatorianos.
Aquí arranca la nueva historia.
Veinte jugadores saltan a la grama del estadio Ricardo Saprissa y en uno de los palcos del coliseo  en Tibás, los observa el entrenador estadounidense que libreta en mano… apunta.

LAS LUCES

¿Qué luces se encendieron contra Ecuador?
Luis Antonio Marín, defensa central y capitán, titular en el Mundial de Corea; Walter Centeno, juega en el AEK de Grecia; participa en la liga de campeones de Europa; jugó 18 minutos contra el Real Madrid en Atenas y esta semana fue noticia con su golazo en el Santiago Bernabéu, donde sepultó las aspiraciones de los madridistas para ganar su partido 200 en la liga de campeones.
Jervis Drummond y Pablo Chinchilla, suplentes en el mundial asiático, de Mauricio Wright y Gilberto Martínez en la zona central de la defensa, titulares contra Ecuador.
Carlos Castro, marcador de punta por la izquierda; titular en todo el proceso con Guimaraes; joven que no llega a los 25 años, proyectado totalmente a la internacionalización.
Luis Daniel Vallejos, mundialista sub-20; mundialista en Corea, una de las grandes sorpresas en la convocatoria de Guimaraes, fue volante de contención ante los ecuatorianos y se perfila como convocatoria fija en la nueva «Sele».
Ricardo González era para miles, el tercer portero de la tricolor para asistir al Mundial; sin embargo, Guimaraes pensó lo contrario y lo dejó fuera de la cita universal. Hoy, González pasa su mejor momento, es titular en el líder Alajuelense, suma 654 minutos (más de siete juegos sin permitir anotaciones) y fue titular contra Ecuador. Otra luz en la portería.
Steven Bryce y William Sunsing, igual fueron al Mundial y tuvieron escasa participación; contra Ecuador, Bryce anotó un golazo y es futbolista referente desde hace tres temporadas en Alajuelense; William fue el atacante relevista por excelencia en la era de Guimaraes; puede que los dos estén en los planes de Sampson y en ataque, quien se perfila como compañero o sucesor del internacional Paulo César Wanchope, el potente joven Winston Parks, igual dijo presente ante Ecuador, aunque sin suceso.
Este promisorio atacante vio interrumpido su proceso como titular en el fútbol italiano; fue fichado por el Udinese, club histórico del calccio donde no vio acción la temporada anterior; para esta, fue cedido al Ascoli en la segunda división, pero ahí el tico tampoco juega y eso, sin duda que lo afecta.
Sin ritmo, sin horas cancha, sin continuidad, se presentó ante Ecuador y pasó desapercibido, pero Parks por lo que hizo en la eliminatoria mundialista, por sus goles espectaculares y su potencia física, está también como luz en el nuevo proceso.
Todos estos futbolistas que mencionamos, fueron convocados por Rodrigo Kenton para alinear como titulares ante Ecuador; otro mundialista como Rodrigo Cordero estuvo en reserva.
De este bloque, se supone, debe partir la base del nuevo grupo que iniciará funciones con Steve Sampson en el largo y nuevo camino que espera a Costa Rica con meta de llegada en el Mundial Alemania 2006.

LAS SOMBRAS

Estos diez futbolistas que enfrentaron a Ecuador, se supone serán la base del equipo que con Sampson enfrentará las eliminatorias del siguiente Mundial pero igual, el técnico de los Estados Unidos, un maestro, un mentor, un educador, que se ha distinguido en su patria por dirigir procesos con jugadores de categorías menores -su último trabajo fue en California en ligas menores-, se verá obligado a fijar su mirada en el gran semillero que tiene el fútbol costarricense en sus selecciones menores, la mayoría con dos mundiales en sus espaldas.
Las selecciones Sub-17, Sub-20 y la Olímpica, cuentan con una gran trayectoria internacional y quienes fueron o aún son sus técnicos, Juan Diego Quesada, Carlos Watson y Rodrigo Kenton prepararon un semillero que debe reventar ahora, bajo el mando y las nuevas condiciones que impondrá Sampson.
La sombra viene del estilo de juego, del cómo adaptar el sistema robotizado que practica con notable éxito el seleccionado de los Estados Unidos, con la improvisación que impera en el futbolista criollo, aparte de su pobre disciplina táctica.
La gran interrogante que viene aparejada con la escogencia del nuevo entrenador de todas las selecciones nacionales de fútbol, incluyendo la femenina, es conocer conforme avance su trabajo y se puedan marcar observaciones tácticas y técnicas, si Steve Sampson buscará que Costa Rica juegue como Estados Unidos o si él, como director técnico, se adapta a la idiosincrasia y a la manera de jugar al fútbol del profesional costarricense.
Esto le lanza sombras al proceso y al trabajo del manejador norteamericano; puede que con los de selecciones menores logre el éxito y les inculque la practicidad del fútbol estadounidense, muy de pizarra, de jugadas preconcebidas y planificadas en el vestidor -al mejor estilo del fútbol americano-. Pero le será muy difícil quitarle las mañas a los «veteranos» de la selección, esos diez que le hicieron frente al partido contra Ecuador y otros más, que pueden incorporarse en el largo recorrido que busca la meta final en Alemania 2006.
Pareciera que la Selección Nacional solo tiene dos caminos: que Sampson  la ponga a jugar como la gringa o que cambie su molde y se adapte al estilo de juego del tico. ¡Vaya tarea!