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Joyas del patrimonio arquitectónico

Edificaciones con un valor patrimonial que reciben un mantenimiento adecuado por parte de sus dueños, fueron premiadas con el fin estimular la importancia de conservar la riqueza arquitectónica costarricense.

Edificaciones con un valor patrimonial que reciben un mantenimiento adecuado por parte de sus dueños, fueron premiadas con el fin estimular la importancia de conservar la riqueza arquitectónica costarricense.
En un país en el que la conciencia patrimonial arquitectónica se asoma con timidez y en el que por muchos años predominó la indiferencia, todavía es posible apreciar una serie de edificaciones que se distinguen por su valor histórico y original, y que responden a estilos tan variados como el victoriano, neoclásico, vernáculo y el ecléctico.
El Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural desarrolla, desde hace tres años, un programa mediante el que premia a aquellas personas o instituciones que por sensibilidad propia decidieron darle un adecuado mantenimiento a inmuebles que por la expresión arquitectónica, la antigüedad, el material con que fue construidos o el valor histórico, merecen una distinción.

En el presente año fueron escogidas 15 edificaciones ubicadas en todo el territorio nacional y que a pesar de que la mayoría data de los años 30 y 40 del siglo XX, se mantienen en buen estado, destacaron Anna Jenny Rodríguez y Santiago Quesada, del Centro de Investigación y Conservación.
La casa de la familia Fonseca Zamora, en Santo Domingo de Heredia; la sede del Banco Banex y  el Kinder Villa Azul, en Alajuela; el Palacio Municipal de Aserrí; la sede de la UNED, en Cartago; la iglesia de Lourdes de Montes de Oca y la de San Gabriel de Aserrí; la Casa de Provincial de Nuestra Señora de Sión, en Barrio Escalante, conforman el grupo de las edificaciones premiadas por el Centro.
A estas se unieron la Casa de las Muñecas y la sede de la Universidad de San José, en Liberia; el edificio Solera Chacón, en Barrio La California; el antiguo Banco de Seguros y el Cine Variedades, en San José;  el templo de San Isidro de Montes de Oro, en Puntarenas y la casa de la familia Gutiérrez Monge, en Cartago.
Rodríguez resaltó el esfuerzo que familias e instituciones realizan para mantener los inmuebles en buen estado y para no alterar la construcción original, lo que responde a «un amor por mantener las tradiciones» y por el patrimonio arquitectónico.
Los edificios designados en esta oportunidad fueron construidos con materiales tan diversos como el concreto armado, el ladrillo, la madera, el bahareque y los enchapes de metal.
La ley del Patrimonio Arquitectónico de Costa Rica, 7555, del 26 de septiembre de 1995,  establece que  «forma parte del patrimonio histórico-arquitectónico del país, el inmueble de propiedad pública o privada con significación cultural o histórica», así declarado por el Ministerio de Cultura.
Quesada y Rodríguez enfatizaron en que las estructuras seleccionadas en el presente año se caracterizan por ser eclécticas y por haber sido enriquecidas con aportes costarricenses.

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura
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