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La técnica de la retroalimentación biológica (biofeedback) puede ayudar a las personas a disfrutar de una mejor calidad de vida, mediante el conocimiento y auto control de muchos males que las aquejan.
La técnica del «biofeedback» le permite a la gente aprender a controlar sus respuestas fisiológicas y cognitivas.
Aumentar las capacidades físico-mentales de atletas de alto rendimiento, controlar adicciones, inducir estados de estabilidad mental y de relajación corporal son algunas de las aplicaciones que se le pueden dar a la «biofeedback», técnica de retroalimentación biológica que permite «leer» las pistas internas del cuerpo, mediante un instrumento computarizado de alta tecnología.
Así lo explicó el Msc. Henry López, psicólogo de la Oficina de Salud de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien agregó que con esta técnica se pueden aumentar las capacidades físico mentales de las personas, excepto en aquellas que son epilépticas, depresivas o ansiosas y quienes padecen manías; en estos casos hay que saber con exactitud en qué área del cerebro se debe incrementar o decrecer ondas.
En cuanto a las adicciones, considera que esta técnica es ideal, pues brinda a la persona afectada la oportunidad de tener autocontrol de sí misma, en lo cual tiene experiencia, ya que en su clínica privada trabaja con adictos crónicos a las drogas.
Otra de sus aplicaciones es en la medicina conductual, que se ocupa de variaciones de la conducta basada en aspectos fisiológicos, mediante la cual se podría mejorar la hipertensión arterial si tiene como base el estrés, pues al reducir este se va a mejorar la presión, pero no así si se trata de un problema arterial.
También se usa para evitar la frecuencia de los ataques epilépticos, así como a controlar las migrañas y el déficit atencional, en el que mejoran mucho los síntomas porque se aumenta la atención selectiva.
En las personas depresivas se utiliza la retroalimentación biológica para mejorar la sintomatología mediante la incrementación de las ondas SMR en el lóbulo frontal derecho.
Así mismo, se emplea para corregir trastornos psicosomáticos, problemas de concentración mental, el manejo y control del estrés, así como para mejorar el rendimiento académico y profesional de la gente y aumentar la capacidad de quienes meditan.
Uno de sus beneficios es el mejoramiento de la respiración, pues la mayoría de las personas la hace mal y por eso padece de irritabilidad, pereza, cansancio y ansiedad. «La gente hace una respiración toráxica que por ser corta y pequeña no lleva suficiente oxígeno a los pulmones. Esta debe ser diafragmática (abdominal), que es la de los bebés, que al inhalar infla el estómago y al exhalar lo contrae», detalló López.
Además se puede aprovechar para atenuar el insomnio, por medio del incremento de las ondas «Theta» y «Delta» en el cerebro, y para aumentar la sincronía cerebral, cuyo resultado es la calma, la concentración, la auto observación y fuertes sentimientos de satisfacción.
Consultado sobre los posibles efectos secundarios de la aplicación de esta técnica, dijo que no se tiene ninguna referencia de esto, además de que la persona no sufre en ningún momento pérdida de la conciencia ni de la voluntad. Sin embargo, se debe tener en cuenta que es un tratamiento psicofisiológico que no debe sustituir medicaciones específicas para padecimientos científicamente comprobados, afirmó.
ATENCIÓN EN UCR
López es uno de los pocos especialistas en psicología que maneja en el país la técnica de retroalimentación biológica en su clínica privada y pronto dará este servicio a la comunidad universitaria, pues la Oficina de Salud de la Universidad de Costa Rica (UCR) presupuestó para el próximo año la compra uno de los aparatos que permiten la aplicabilidad de esta nueva tecnología, denominada la medicina del siglo XXI. Se trata de un «neurobiofeedback», el cual tiene un costo de un millón de colones.
Este será utilizado como soporte para la realización del prediagnóstico que López efectúa a toda persona que acude a la consulta psicológica de la Oficina de Salud, así como en investigación y para dar tratamientos en adicciones.
Además existe un «biofeedback» electromiográfico (BFEMG), en la Escuela de Psicología, el cual no se ha puesto en marcha por falta de presupuesto. Aún falta el sistema de cómputo que permite traducir las lecturas, pese a que se adquirió hace dos años, según explicó el Dr. Manuel Solano, docente e investigador de dicha unidad académica, quien tiene una especialidad en psicobiología, que trata precisamente del manejo de la retroalimentación biológica.
Consultado sobre el objetivo de adquirir esta tecnología de alto costo económico, manifestó que se había planteado un proyecto que cubría los tres grandes niveles de acción de la Universidad: la docencia, la investigación y la acción social.
En cuanto a la primera se trataba de abrir en la Escuela el área de la psicología no tradicional, donde se estudiarían los modelos psicobiológicos y psicofisiológicos de tratamiento para alteraciones básicamente de tipo neuromuscular.
Así mismo, poder brindar servicio a la comunidad universitaria, dándole asistencia a personas con problemas de ansiedad, «tics» nerviosos, parálisis facial o problemas de estrés.
Agregó que este año se cuenta con una partida para adquirir el equipo de cómputo, por lo que se elabora un plan para utilizarlo. Aclaró que inicialmente solo lo usarán los pocos profesores que tienen conocimientos en esta técnica. Esta es relativamente nueva en el país, donde se usa desde 1995, pero en otras latitudes se utiliza desde los años 70.
Para López, esto es una ciencia nueva que todavía es instrumento de investigación, pues solo tiene 15 años de aplicabilidad en el mercado estadounidense. «Esto es lo que conocemos como la encefalografía computarizada», aclaró.
Para su aplicación la persona es conectada con electrodos a un instrumento computarizado de alta tecnología, donde se registran sus ondas cerebrales, su temperatura corporal, su conducción de la piel, la electrocardiografía, el pulso cardiaco, el pulso del volumen sanguíneo, la tensión de los músculos y su respiración. La lectura de cada signo vital se traduce en una computadora que se programa para que despliegue los datos con estadísticas, gráficos, símbolos, barras o dibujos. También puede utilizar sonidos de diferentes tonos, colores e imágenes.
Según Solano, la ventaja de esta nueva técnica es que ayuda a la persona a tomar conciencia y tener control de sus respuestas fisiológicas, de la misma manera que aprende a modificar patrones fisiológicos y cognitivos a través de la señal que le envía el aparato mediante la asistencia a una frecuencia de sesiones, hasta que llega un momento en que el apoyo tecnológico ya no es necesario. «El fin último del «biofeedback» es que la persona corrija sus respuestas disfuncionales, las que le causan problemas», manifestó.
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