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Honores para un artista excepcional

El premio Magón 2002 se le otorgó a Rafa Fernández, miembro del Consejo de redacción de Forja, un creador reconocido internacionalmente en especial por sus famosas mujeres.

El premio Magón 2002 se le otorgó a Rafa Fernández, miembro del Consejo de redacción de Forja, un creador reconocido internacionalmente en especial por sus famosas mujeres.
Rodeado de recuerdos y pinturas, el creador vive en San Pedro de Montes de Oca.
Por su prolífica y excepcional carrera artística, reconocida en los más distinguidos espacios de la plástica internacional, Rafa Fernández recibió el Premio Magón 2002, con el que se le reconoce su invaluable aporte a la pintura costarricense.
El máximo galardón que se otorga en el ámbito cultural del país resaltó la sólida trayectoria de Fernández, miembro del consejo de redacción de nuestro suplemento Forja, y quien actualmente se recupera de un quebranto de salud ocasionado por dos derrames cerebrales.
A pesar de la disposición de la familia para que Fernández conversara con el Semanario UNIVERSIDAD, medio del que el pintor siempre ha sido un amigo y un permanente colaborador, quisimos respetar su actual estado de salud y posponer la cita para un momento más oportuno.
Aunque en el jurado que lo designó como el Magón 2002, premio que se entrega desde 1961, no contó con un fallo unánime, en el ambiente cultural del país existe el pleno convencimiento de que el galardón resultó más que merecido para Fernández.
Para designar al Magón, que destaca a aquellas figuras que sobresalen en el campo de la investigación o las artes,  se integró un jurado que estuvo compuesto por representantes de la Academia Costarricense de la Lengua, de la Editorial Costa Rica, de la Asociación de Autores, del Consejo Nacional de Rectores y del Ministerio de Cultura.
En esta oportunidad, ese tribunal reconoció a Fernández como uno de los máximos representantes de las artes plásticas nacionales, el más importante de la década de los años setenta, así como el hecho de que al distanciarse del paisajismo tradicional y ocuparse de temas fantásticos demostró su capacidad creadora.

El artista, cuya producción en los últimos 20 años ha estado marcada por la omnipresencia de la mujer como centro de un vasto universo, expresó, a través de un comunicado, el orgullo «por el reconocimiento más grande que un costarricense puede recibir y me siento muy honrado y agradecido con la distinción».
«La pintura ha representado para mí un camino largo y a veces difícil, aunque he recibido enormes satisfacciones como la felicidad que me da este galardón que viene a resumir y a la vez dimensionar cincuenta años de carrera».
El pintor recordó que su obra «parte de mi gente, de mis memorias infantiles, de mis vivencias de adolescente, de la percepción de aquellas mujeres de mi familia, de su relación con los hombres y con la vida y del aporte que el entorno fue otorgando a este mundo que el artista inventa, crea y recrea».

CAMINO A LA PINTURA

A los 14 años de edad, el sueño de Fernández era ser torero. Eventualmente sufrió el inevitable percance taurino, por lo que sus padres le prohibieron cualquier acercamiento a esa actividad.
El joven, entonces, liberó la pasión que sentía por la tauromaquia a través de dibujos que llegaron a forrar las paredes de su cuarto. Fue una alegre casualidad que alguien llegara a interesarse por aquellos incipientes trazos y le llevara a la Casa del Artista.
Poco después, Fernández recibió una beca del gobierno de Nicaragua para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de ese país. Allí estudió con Rodrigo Peñalba, quien le inculcó algunos de los principios artísticos más importantes en lo que sería su obra posterior, en la que destaca  el cálculo meticuloso de las combinaciones de tonos y colores.
En 1968 viajó a España y se integró al Círculo de Bellas Artes de Madrid.
La primera de sus muchísimas exposiciones individuales tuvo como escenario el Teatro Arlequín, en San José, en 1957. Desde entonces, su trabajo ha recorrido Centroamérica, Estados Unidos y Europa. Durante 2001, realizó exposiciones en Panamá y Cataluña, España.
A lo largo de sus cinco décadas de carrera artística, se pueden reconocer 8 periodos diferentes, desde una etapa inicial antes de viajar a Nicaragua, hasta sus famosas mujeres que han invadido galerías, museos y colecciones privadas tanto en el país como en el extranjero.

MÁS QUE MERECIDO

El escritor Luis Ferrero, consideró que tal distinción se le debía hace muchos años al creador . «Rafa Fernández innovó la pintura nacional al superar todo lo anterior, gracias al dominio del color que adquirió durante el viaje a España», agregó.
Autor de más de cien libros, Ferrero destacó que la contribución de Fernández es importante no sólo en las artes plásticas, sino para el arte en general del país.
Benjamín Gutiérrez, Premio Magón 2000, consideró que a Fernández se le debió de haber otorgado el galardón hace muchos años, porque ya desde la década de los setenta había alcanzado un reconocimiento internacional sin precedentes en Costa Rica.
«Estoy realmente asombrado de que a un hombre con una trayectoria artística como la de Rafa Fernández no se le haya dado el Magón mucho antes».
Para Gutiérrez, no existe ninguna duda de que Fernández marcó una época con sus creaciones en las que sobresale la mujer como centro de un universo construido con la sensualidad del color que distingue su producción artística.

  • Alonso Chaves 
  • Cultura
Spain
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