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Cafetaleros estrenan horno ecológico

Un moderno secador de granos de café fue el proyecto desarrollado por los ingenieros Ronald Jiménez y Alberto Mirand,a de la Escuela de Ingeniería Agrícola de la UCR

Un moderno secador de granos de café fue el proyecto desarrollado por los ingenieros Ronald Jiménez y Alberto Mirand,a de la Escuela de Ingeniería Agrícola de la UCR
El horno biomásico para el secado de granos, que utiliza como combustible la cascarilla del café, se inauguró el pasado 29 de enero en el beneficio COOPEAGRI en Pérez Zeledón.
Desde ahora el beneficio de San Jorge COOPEAGRI El General R.L. en Pérez Zeledón, es uno de los más importantes del país, pues cuenta con un innovador horno para el secado de granos de café que funciona con combustible biomásico (aquel que se deriva de materia orgánica).

Este secador de granos, único en su tipo, utiliza como material para producir calor  la cascarilla de café, conocida como pergamino. De esa forma, el monóxido de carbono (CO) y otros gases liberados durante la combustión son reabsorbidos por las plantaciones de café, y por eso las emisiones son no contaminantes, explicaron los ingenieros Ronald Jiménez y Alberto Miranda, inventores y creadores del artefacto. Ellos son el director y un profesor de la Escuela de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Según Miranda, la tecnología de secadores de café – previa a la invención del horno biomásico- era muy anticuada y no había tenido cambios desde hacía aproximadamente 50 años. Dado el atraso, los aparatos no controlan las emisiones y tampoco permiten un uso racional de los recursos.
Para que los secadores de grano tradicionales funcionen se utiliza leña de manera intensiva, lo que es perjudica el ambiente, porque por un lado se destruye el bosque, y por otro, se libera durante la combustión el CO y los óxidos de nitrógeno (NOX) que son gases contaminantes. Al ser estos materiales externos y ajenos a las plantaciones cafetaleras, estas últimas no los pueden absorber y con ello hay contaminación.
«El nuevo horno realiza un proceso cerrado. El combustible es producto del mismo fruto. De ese modo, las plantas absorben el CO y lo convierten en oxígeno», detalló Jiménez.
El proyecto denominado «Diseño, construcción, y validación de un prototipo de sistema  integrado de horno intercambiador de calor para su aplicación en el secado de café y otros granos», nació en el marco del Programa de fondos concursables del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MICIT) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), que destina incentivos para el desarrollo de iniciativas de la pequeña y mediana industria.
Así durante el 2001 el Taller Industrial Murillo(TIMSA) presentó la idea del horno. Después de que el proyecto fue seleccionado por la Comisión del MICIT-CONICIT, se inició la etapa de licitación en la que se realizó el concurso para que centros de investigación, universidades, etc. ofrecieran sus servicios para el desarrollo del aparato.
Finalmente, a finales de ese año la Escuela de Ingeniería Agrícola ganó el concurso, detalló Jiménez; y como los fondos eran insuficientes para fabricar un horno tamaño industrial, COOPEAGRI financió el resto.

CARACTERÍSTICAS ÚNICAS

Según Jiménez, con el secador de granos desde su concepción se planeó utilizar tecnología de punta.  Aparte de los beneficios ambientales mencionados, este posee características como la eficiencia térmica, con lo cual hay un mayor aprovechamiento de la energía.
Además, es automatizado. Esto quiere decir que administra el propio combustible, por lo que no hace falta mano de obra.  Por otro lado, ocupa poco espacio, en relación con los hornos tradicionales (tiene 2 metros de ancho, 3 metros de largo y 6 metros de altura), sin embargo,  tiene una capacidad mucho mayor que la de los anteriores.
Quizá uno de los aspectos más importantes es que tiene un costo que oscila entre los $28 mil y $35 mil, lo cual es muy barato en relación con tecnologías similares desarrolladas en países del primer mundo, que podrían andar entre los $75 mil y $100 mil, destacaron los ingenieros.
Jiménez dijo que si bien la UCR se ha caracterizado por ser líder en la investigación, no ha habido una adecuada proyección a la industria.  «Este proyecto es una solución real a una necesidad muy sentida de los cafetaleros.  Es un buen ejemplo de lo que es vinculación a la comunidad», expresó.
Para Miranda esta iniciativa le ha permitido aplicar los conocimientos de la academia a una problemática concreta, y más que eso, rescató el aporte que se brinda a los productores de café.
El horno biomásico actualmente se encuentra en el beneficio COOPEAGRI  y ya lleva tres meses operando.
Ambos ingenieros coinciden en que el artefacto está listo para ser construido a escala comercial y que hay empresas extranjeras interesadas en la innovación.  Agregaron que ellos como realizadores continuarán orientando a los constructores.

  • Sofia Monge Castro
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