Abierto a todo tipo de interrogantes, el nuevo entrenador de la Selección Nacional, Steve Sampson aún no conoce la presión.
Steve Sampson dejó claro desde que asumió funciones al frente de la Selección Nacional, que una cosa es Guimaraes y otra él y la lo empezó a demostrar.
Cuando Rolando Fonseca anotó ese golazo que le hizo a la Universidad Católica de Chile, su segundo del partido, lo primero que hizo fue salir corriendo a abrazarse con Steve Sampson, una imagen poco recurrente que transmitió demasiados mensajes.
No vimos al máximo goleador de las selecciones nacionales tan motivado en el proceso anterior, cuando Alexandre Guimaraes era el técnico del equipo. Al fin de cuentas, Fonseca no fue protagonista en el Mundial de Corea y fue relegado a un segundo plano ante la presencia de Paulo César Wanchope, Rónald Gómez, Winston Parks e incluso el mismo Hernán Medford.
Al final del único partido oficial de fogueo de Costa Rica, antes de su debut el martes 11 de febrero, en la Copa de Naciones de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF) en Panamá, contra El Salvador, el estadounidense repartió abrazos con todos sus asistentes y mantuvo esa risa de satisfacción y paz interna que muestra desde que pisó territorio patrio, para suceder al carismático «Guima» como técnico de la tricolor.

 
 
La diplomacia ha sido el norte del maestro; maestro porque en eso trabajó antes de hacerse cargo de la Selección Nacional, en varios proyectos que la dirigencia del fútbol de los Estados Unidos desarrolla con talentos en el estado de California.
Sampson sabe del fervor que el pueblo tico le profesó a su antecesor y por eso, no ha entrado en controversia.
De respuesta libre a las interrogantes de la prensa, marcó la cancha desde que se bajó del avión por primera vez.
¿Es de mucho peso sustituir a Guimaraes?
«Guimaraes es Guimaraes y Sampson es Sampson», nos respondió, para aclarar temprano que con él, todo podía ser diferente.

NUEVA FORMACIÓN

La diferencia la marcó desde el primer partido, cuando formó una alineación diferente y cambió de posición a varios futbolistas: Hárold Wallace, Leonardo González, Steven Bryce y Mauricio Alpízar se pararon en zonas de juego no aptas a su posición habitual, en lo que fue el primer experimento táctico del estadounidense.
¡El estadounidense!
¿Quién podía pensar hace tres décadas, que un técnico de los Estados Unidos, nación muy joven en el desarrollo del fútbol en América, sería entrenador de Costa Rica?
El fenómeno se dio conforme el fútbol se metió en el alma de las nuevas generaciones de jóvenes en los Estados Unidos; la tremenda fuerza de los inmigrantes, las fuertes poblaciones latinas en Los Angeles, New York, Miami, Chicago, Texas; la llegada de glorias del fútbol de los 60 como Pelé, Beckenbauer, Chinaglia, Stoichkov, sembraron la semilla y los Estados Unidos empezó a forjarse como la segunda potencia futbolística de la Confederación Deportiva, zona que abarca Centro, Norteamérica y  todo el Caribe, solo debajo de México.
Costa Rica se quedó rezagada y el fútbol de los Estados Unidos se empezó a clasificar a los últimos cinco campeonatos del mundo e incluso fue sede en 1994 de la máxima justa futbolera del universo.
¿Puede Costa Rica en UNCAF, jugar como los Estados Unidos?
Fue una pregunta de UNIVERSIDAD al técnico.
Se le hizo minutos antes de que la Selección Nacional se enfrentara a los chilenos de la U. Católica.
La interrogante nació de la comparación entre un fútbol mecánico, teórico, de pizarra y de pocas jugadas, memorizadas por los futbolistas estadounidenses, con las que incluso, le ganaron varios partidos a la tricolor en eliminatorias mundialistas y otras competencias internacionales, frente al balompié latino, desordenado en lo táctico, individualista, fantasioso, improvisado y poco táctico del jugador costarricense.
Sampson evadió la respuesta y la acomodó a lo tradicional.
«Todo se logra con trabajo; hay que trabajar mucho para que Costa Rica se ordene tácticamente; quiero un equipo equilibrado en ataque y defensa, que juegue bien, que respete el espectáculo y que gane. Solo con muchos fogueos se puede lograr y lamentablemente, no los hemos tenido».

PÉSIMO ANTECEDENTE

Un partido amistoso contra un equipo chileno, otro juego entre familia con la Selección Sub-23 y al avión rumbo a Panamá.
La historia se repite.
Nuestra dirigencia no tuvo capacidad para organizarle a la Selección Nacional partidos de fogueo relevantes. Argumentos válidos y excusas sobraron.
Mientras, por citar solo un caso, Honduras, para muchos, el equipo que debe vencer Costa Rica en UNCAF, empezó su larga serie de fogueos con un triunfo por 1-0 ante Colombia; después perdió con la selección de Asturias (España), por 5-3; cayó con el Bayern Leverkusen de Alemania, 3-0, y con Argentina por 3-1.
¡Vean la calidad de rivales que tuvo el seleccionado catracho!
Claro, el tesorero de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodrigo González, dijo a UNIVERSIDAD que, «Honduras le puede pagar a Argentina $200.000, pero asisten 45.000 almas al Estadio Nacional y hacen una recaudación millonaria.
Costa Rica no tiene estadios de esa magnitud, aparte de que los aficionados nacionales no son tan calientes como los hondureños, que hacen de la asistencia al fútbol un acto obligatorio, mientras que los ticos diversifican sus preferencias y no asisten al fútbol con religiosidad», agregó el también funcionario universitario.
Retornando a Sampson, al final del juego contra los chilenos, manifestó.
«Aprendí mucho en el partido contra la U. Católica»;  y cuando públicamente le planteamos las dudas que dejaron sus variantes tácticas, que a punto estuvieron de causar un descalabro en los primeros minutos del juego y los cambios que ordenó en la alineación, con su habitual diplomacia respondió: «Costa Rica jugó muy mal en la primera parte; acusó la falta de trabajo; no hubo reacción, transición, el equipo lució lento, pero después vino la reactivación, corregimos algunos detalles tácticos (ingresos de Drummond, Herron, Chinchilla) y volcamos el marcador. Estoy feliz con el gane» y el público también salió contento del espectáculo.

MAR DE DUDAS

A pesar del triunfo, ya en frío, todo el entorno de la Selección Nacional que viajó a Panamá el pasado 6 de febrero, fluye ante la preocupación que reina por la falta de partidos de práctica.
Incluso, en el entrenamiento del equipo la mañana del martes 4 en la cancha de la empresa Conducen, observamos a Steve Sampson un poco ansioso, serio, incluso estresado, quizá porque a esa hora no se resolvía el problema con el jugador Winston Parks, a quien su nuevo club, el Lokomotiv de Rusia no quiere ceder conforme lo ordena FIFA; puede que la lesión que dejó al margen del equipo a Rayner Robinson lo haya afectado -probaría a Alonso Solís- y dejaba a Jafet Soto en la reserva, pero lo cierto fue que la poca coordinación táctica que mostró Costa Rica ante la Católica, asustó a más de uno y ahora el favoritismo que los analistas dan a Costa Rica como virtual vencedora de la UNCAF, parece disiparse.
Los 12 mundialistas costarricenses que jugarán la UNCAF, la etiquetan como favorita; El Salvador asiste con un equipo juvenil, medalla de oro de los Juegos Centroamericanos; el actual campeón, Guatemala, entrenada por Julio César «Pocho» Cortés, busca renovar la corona con su «viejo equipo’, donde destacan Estrada, Cabrera , Ortiz, Acevedo, Machón y su astro, Carlos «Pescadito» Ruiz; Honduras que asiste fuertísima, con sus legionarios Pavón, Martínez, Cruz, Amado Guevara, Tyson Núñez, los dos Suazo, Turcios y «Chelato» Uclés como técnico y los más jóvenes del barrio, Nicaragua y Panamá ya acostumbrados a dar alguna que otra sorpresa.
Los tres primeros de la Copa de Naciones, clasifican a la Copa de Oro y esa es la meta de todos.
COPA DE NACIONES
Partidos de Costa Rica

Martes 11: contra El Salvador, 8 p.m.
Jueves 13: contra Guatemala, 8 p.m.
Sábado 15: contra Nicaragua, 2 p.m.
Jueves 20: contra Honduras, 8 p.m.
Domingo 23: contra Panamá, 4 p.m.