Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El debut de la Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica en la Copa de Naciones de UNCAF, fue apenas para el gasto.
Erick Scott, quien juega en la Liga Deportiva Alajuelense, hizo un buen partido contra El Salvador, al meter el gol de la victoria 1-0.
No se puede exigir demasiado; el nuevo director técnico de la Selección Nacional, Steve Sampson apenas iniciaba en el banquillo de entrenador su segundo partido con un grupo nuevo de futbolistas que poco a poco tendrán que ir asimilando sus ideas.
Lo mejor fue que se ganó, 1-0 victoria al fin contra el seleccionado campeón de los últimos Juegos Deportivos Centroamericanos, El Salvador, que presentó ante Costa Rica su remozado equipo que ya había vencido a Panamá 2-1 en el juego inaugural del torneo. En el segundo partido de la competencia que se juega en Panamá, Honduras dio cuenta 2-0 de la modesta Nicaragua.
El jueves 13 de febrero, la tricolor se presentó por segunda vez enfrentando a Guatemala, campeón defensor de UNCAF que debutaba en el certamen.
El partido Costa Rica-El Salvador no fue bueno, pero tampoco resultó un bostezo; los jóvenes cuscatlecos le jugaron de igual a igual a un rival mejor conformado que inició el cotejo alineando a ocho mundialistas de Corea 2002: Wallace, Drummond, Marín y Castro en defensa; los mediocampistas, Bryce, Cordero y Centeno y el atacante Rolando Fonseca. Junto a ellos el mejor portero hoy del fútbol nacional, Ricardo González, el larguirucho zaguero Leonardo González y uno de los máximos goleadores del campeonato, Andy Herron.
Esta constelación de estrellas centroamericanas, se vio bloqueada y presionada por el sistema táctico que implantó en la cancha del estadio Rommel Fernández el técnico salvadoreño, Juan Ramón Paredes que ya sabía que el futbolista costarricense se asfixia y mutila cuando se le marca y presiona en su cintura.
Entonces, a los pupilos del estadounidense Sampson, que suman muy pocas horas de trabajo y prácticas teóricas y técnicas con su nuevo mentor, les costó demasiado juntarse, armarse y coordinar acciones de peligro en el área defensiva salvadoreña, aparte de que su portero Juan José Gómez tuvo una actuación sobresaliente.
EL SALVADOR EMPUJÓ
Con tres defensores centrales muy expeditivos, de mucha fortaleza física, El Salvador se paró bien atrás, Marvin González secó a Herron; Velázquez nunca descuidó los movimientos de Fonseca y en la mitad del campo, el entrenador Paredes puso un valladar de hombres y piernas que metieron a nuestros volantes en zona de retroceso.
Ochoa, Amaya, Menjívar, Torres, Murga y Galdámez presionaron la salida de Rodrigo Cordero y le cortaron los circuitos de comunicación con Centeno y Bryce, muy marcados estos, casi persona a persona por Murga y Torres respectivamente. Además, el marcador de punta por la izquierda, Alfredo Pacheco, le ganaba la banda a Wallace y un altísimo zaguero, Ochoa, bloqueaba bien los embates de Carlos Castro.
Costa Rica, entonces, se vio partida y desordenada; los dos zurdos, Leonardo González y Carlos Castro intentaron muchas subidas por su sector, pero Ochoa y Menjívar esperaban sin perder posición y cortaban. Centeno y Bryce, recibían el balón de espaldas a sus celadores y se perdía espacio, magia y fantasía. Fonseca y Herron estaban por allá, sin sociedades.
Hubo que recurrir a las individualidades, a las bolas muertas y a los chispazos de esos jugadores que por ratos se salen de los libretos y arman algo de su propia inspiración.
El Salvador tenía a un delantero picaresco, entrador, veloz, Rudy Corrales que hizo mucho daño en la retaguardia tricolor y obligó a Ricardo González a buenas intervenciones. En cuanto a Costa Rica fue Centeno quien pudo hilvanar algunas pocas acciones que dejaron a Leonardo y a Fonseca en posición de anotar, pero los puños del cancerbero Gómez lo impidieron.
El partido estuvo cerrado y el 0-0 al término de la primera parte no extrañó a nadie.
BASTÓ UNA SOCIEDAD
Costa Rica se aprovechó del inicio del segundo tiempo para ir al ataque antes de que El Salvador se rearmara; el goleador del Alajuelense, Erick Scott sustituyó a Herron y le puso más picante a la delantera: Mauricio Alpízar había ingresado temprano por Wallace que se lesionó y se reforzó el costado izquierdo en ofensiva.
Así, en el minuto 58 la Selección Nacional sorprendió a toda la retaguardia salvadoreña con una enorme jugada que se inició cuando Rodrigo Cordero cortó un avance cuscatleco, dio en corto a Centeno y este dialogó en pared corta con Mauricio Alpízar. Este movimiento de Walter a su compañero, vendió la posición defensiva de tres rivales que se quedaron fuera de zona, lo que aprovechó Mauricio para avanzar sin marca, abrir por la derecha a Fonseca y éste, inteligentemente centró rápido al corazón del área, sin mirar a quien, pero conocedor del olfato de gol de Scott quien se adelantó al cierre en marca de Velázquez y remató corto, bonito y bien colocado para vencer al bueno de Gómez. Fue un gol de equipo, bien estructurado, pero ese fue el gol, no el trabajo del conjunto durante los 90 minutos de acción.
Sampson intentó un movimiento en contención y entró Daniel Vallejos por Cordero y mientras se acomodaba el otro mundialista de la tricolor, El Salvador por poco empata.
Corrales, Murgas de tiro libre, Ochoa, estuvieron olfateando la paridad en los números pero Ricardo González e incluso el palo horizontal de su marco, dijeron que no.
La Selección Nacional pudo y supo sostener su «golcito» y ganó el partido en buena lid, mostrando como ya lo expresamos, mucha falta de trabajo.
LO POSITIVO
Aparte del triunfo, hubo destellos; se observaron chispazos tácticos y en muchas jugadas se notó fácilmente la mano de Steve Sampson; se practicaron varios pases hacia atrás de los marcadores de punta nuestros, siempre con un receptor que iba de entrada y eso corta el desperdicio de centros a «lo loco» y sin destinatario. Castro, González, Bryce y hasta Jervis, buscaron la línea de fondo y en lugar de centrarle a nadie, tiraron la bola hacia atrás y encontraron al francotirador: Cordero, Centeno y hasta Vallejos tuvieron oportunidad de rematar estos servicios inesperados para la zaga enemiga, jugadas de pizarra en que los seleccionados de Estados Unidos, antiguos discípulos de Sampson eran artífices y que ahora los jugadores criollos parecen ir asimilando.
Incluso la jugada del gol es atípica en su definición, pues la lógica dictaba el remate incómodo de Fonseca o una jugada más del atacante para quitarse la marca y no ese servicio alto, rápido, vertiginoso y lo más relevante, inesperado, que Rolando le mandó a Scott para que doblegar a Gómez.
Costa Rica, aunque en forma aislada, enseñó jugadas al estilo Sampson y eso es bueno; habrá que ir aprendiendo y asimilando las enseñanzas del nuevo maestro y desde luego, ir mejorando.
Por ahora, Costa Rica con Sampson al frente de la tricolor, suma dos victorias: 3-2 ante la Universidad Católica y 1-0 frente a El Salvador; confiamos que al leer este comentario, la cuenta de triunfos haya aumentado a tres.
Este documento no posee notas.