La Contraloría de la República rechazó el presupuesto de la remodelación, lo que ocasionó un nuevo atraso de seis meses; el ICE arreglará techo de la Biblioteca por un monto de ¢20 millones.
La Biblioteca Nacional permanece cerrada desde febrero de 2001 y podría reabrir sus puertas en octubre del presente año.
Las obras de reforzamiento en la Biblioteca Nacional Miguel Obregón, que en febrero cumplió dos años de haber sido cerrada, continúan paralizadas, al rechazar la Contraloría General de la República el presupuesto asignado por las autoridades.

Carmen Madrigal, directora de la Biblioteca Nacional (BN), explicó que la solicitud del presupuesto se hizo por ¢49 millones, pero que la Contraloría no lo refrendó al no incluirse el rubro de imprevistos, lo que subirá el monto en dos millones más.
Este nuevo traspié en los trabajos de fortalecimiento estructural del edificio, ubicado frente al Parque Nacional, en San José, evitó que los servicios de la BN se normalizaran a partir de marzo, como lo pretendía la directora.

 
 
El Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Guido Sáenz, lamentó el cierre de la Biblioteca, debido a que representa un centro que enriquece el saber intelectual de los costarricenses.
«No es posible que la Biblioteca Nacional esté cerrada. Eso me parece una barbaridad y tenemos que corregir esta situación», dijo Sáenz.
Recalcó que la BN debería abrir sus puertas lo antes posible y para tales propósitos busca una partida específica que contribuya con la agilización de las obras que requiere el inmueble.
Entretanto, Madrigal adelantó que en caso de que no exista un nuevo atraso en los trámites efectuados en la Contraloría, el presupuesto por ¢51 millones estará disponible a partir de junio, por lo que esperan reabrirla en octubre, cuando se cumplen 115 años de su fundación.
La Biblioteca, creada mediante el decreto número 231 del 13 de octubre de 1888, permanece cerrada desde febrero de 2001, fecha en la que la empresa Ruilova comenzó sus labores para reforzar las estructuras, con el fin de que el edificio no se desplome en caso de que ocurra un fuerte sismo en el país.
Los terremotos de 1991 y 1993 dañaron a la BN, por lo que los especialistas en ingeniería civil recomendaron revisar y fortalecer las estructuras.
«Lamento que continúe cerrada, porque sé que es el alma de todo el sistema nacional de bibliotecas y es de mucha utilidad para los estudiantes, el público y los investigadores», añadió Madrigal.

A SETENTA DÍAS

 

Desde que las obras fueron interrumpidas, en junio de 2001, la Biblioteca Nacional ha estado a setenta días naturales para que se concluyan los trabajos de reforzamiento iniciados en el sótano y que deberán efectuarse en otras áreas del inmueble.
Las labores que realizó la empresa Ruilova, que mantiene un conflicto legal con la BN, abarcaron solo un 35 % del trabajo total.
La BN, precisó Madrigal, demandó ante los tribunales de justicia a Ruilova por daños y perjuicios y a su vez la compañía presentó un reclamo por el supuesto incumplimiento del contrato por parte de la Biblioteca.
Al surgir trabas legales, la BN tuvo que recurrir a un nuevo cartel de licitación, lo que implicó un atraso de año y medio.
La compañía Cota S.A. será, si la Contraloría refrenda el contrato, la encargada de ubicar soportes en las esquinas del sector oeste del edificio y de reforzar las columnas. De igual manera, es necesario que se utilice una viga frontal que amarre las áreas centrales del edificio.
La Biblioteca requiere además, mejoras en los servicios sanitarios, en las tuberías y en el techo, que tiene grietas, lo que constituye un riesgo para las colecciones en época de invierno.
En este sentido, Madrigal expresó que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), mediante una inversión de ¢20 millones, renovará el techo del edificio y a cambio pondrá en la azotea unas baterías que le permitirán mejorar el servicio de telefonía celular.
«Ya los estudios técnicos están aprobados y no hay ningún elemento negativo en que se instalen las baterías. El aporte del ICE será muy importante porque nos garantizará que se corregirán las grietas del techo, que representan un riesgo para el cuidado del material documental».
Una vez que la BN normalice sus labores, añadió Madrigal, la Biblioteca destinará la primera planta para amplias salas de consulta, con lo cual volverá al sistema antiguo, que le daba al edificio un aire ideal para el estudio y la investigación.

SERVICIOS DISPONIBILES

Pese a reconocer que la afluencia de estudiantes y de público disminuyó de manera considerable, Madrigal insistió en que la BN brinda una serie de servicios que favorecen el trabajo investigativo y de estudio.
«Los servicios de consulta de revistas, periódicos, diccionarios, enciclopedias, así como los de archivo de documentos, préstamo interbibliotecario y de libros, están abiertos al público».
La funcionaria aceptó que en el caso de préstamos de libros el procedimiento es más lento, dado que el personal debe desplazarse de un edificio a otro para poder localizarlos.
«Es importante que el usuario tenga claro que a pesar de que el edificio principal está cerrado, ofrecemos servicios que les son de utilidad».
La institución cuenta con una colección bibliográfica de 294.699 volúmenes, 108.487 de autores nacionales y el resto de extranjeros.
La colección hemerográfica -revistas y periódicos- consta de 447.864 volúmenes, de los cuales 125.228 corresponden a producción costarricense y 309.639 son de aporte internacional. Existe también una colección audiovisual con 7.369 elementos.
Después de una serie de contratiempos administrativos y de incumplimientos, las autoridades de la BN confían en que el 13 de octubre, cuando celebre 115 años de creada, los costarricenses tengan a disposición a la principal biblioteca del país.