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El acceso a la educación sexual y reproductiva, permite disfrutar la sexualidad sin riesgo de embarazos no deseados, ni de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA.
Una persona antes de iniciar una vida sexual activa debe tener suficientes conocimientos sobre todo lo que ello implica. (Foto de archivo utilizada con fines ilustrativos)
Disfrutar la sexualidad sin riesgos ni temores es un derecho de toda persona y ello implica tener una adecuada atención de la salud sexual y reproductiva, así como acceso a métodos seguros de planificación y protección contra las infecciones de transmisión sexual.
En el año 2001 hubo 15.160 madres de 19 años de edad o menos, según datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos, cifra que en el 2000 fue de 16.792 y representó un 21,2%. En ese mismo año Costa Rica tuvo casi 1.000 niñas madres –de 14 años y menos–, cifra que en el 2001 bajó a 812; empero aumentó el número de chiquitas de 11 años que, después de ser violadas, debieron dejar de jugar para pasar por la traumatizante experiencia emocional y psicológica que significa parir a esa edad. De los nacimientos en madres menores de 15 años, un 91,3% fueron fuera del matrimonio y en adolescentes entre 15 y 19 años de edad la cifra fue de un 71.51%.
La realidad es que cada vez la población inicia a más temprana edad su actividad sexual, pues hoy niñas y niños desarrollan entre los 10 y 12 años, aunque esto no quiere decir que estén listos para la reproducción. Según datos de la encuesta nacional de salud reproductiva, elaborada por el Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Escuela de Estadística y el Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) -ambos de la Universidad de Costa Rica- (1999-2000), un 85.6% de las mujeres mayores de 18 años de edad iniciaron su vida sexual activa a esa edad, mientras los varones lo hacen a una edad promedio de 16 años. Se determinó, además, que un 61.7% de los hombres y un 54.0% de las mujeres desconocen los periodos del ciclo femenino durante los cuales las mujeres pueden quedar embarazadas. También se encontró que durante la primera relación sexual solo un 13.1% de los hombres y un 18.4% de las mujeres usaron algún método anticonceptivo, lo que evidencia la falta de educación sobre prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual, como la causada por el virus de inmuno deficiencia (VIH) que provoca el síndrome de inmuno deficiencia adquiridad (Sida).
DEFENSORIA AL RESCATE
Esta falta de formación deberá ser subsanada gracias a la intervención de la Defensoría de los Habitantes, que recientemente hizo una investigación sobre el cumplimiento de las políticas en cuanto a educación sexual y prevención del VIH/Sida por las distintas instituciones estatales que tienen responsabilidad en el asunto, La investigación fue solicitada por Daria Juárez, Directora Ejecutiva del Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (CIPAC-DDHH) (Exp. 13256-26-2002-GJ). La Defensoría concluye que si bien el Ministerio de Educación Pública (MEP) desde 1969 inició un proceso de inclusión del tema de la sexualidad humana en el sistema educativo formal, el esfuerzo no ha llegado a la metodología y la enseñanza cotidiana del aula para ser tratado con la población escolar y colegial. Agrega que han pasado más de 30 años y la educación formal de la niñez y la adolescencia está desprovista de una visión integral en materia de la sexualidad humana que contenga aspectos de orden físico, biológico, psicológico, social, cultural, ético y espiritual, pues esta se ha quedado reducida a una dimensión biológica y reproductiva, ya que se imparte desde la materia de las ciencias naturales. La Defensoría recommendó al Ministerio de Educación (MEP) –entre otras cosas- recordar que la niñez y la adolescencia tiene derecho a que se le eduque integralmente y la sexualidad humana es parte de esa educación. Asimismo, estas poblaciones tienen derecho a recibir información sobre prevención y tratamiento del VIH/SIDA. De igual forma, el informe señala la necesidad de articular esfuerzos con programas que se ejecutan por parte de otros sectores. Así mismo, ordenó al Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia velar porque se garantice a esta población el derecho a recibir una educación integral de la sexualidad humana, así como en prevención y tratamiento del VIH/SIDA, y mandó al Ministerio de Salud (MS), como instancia rectora del sector, a velar porque se garantice ese derecho a la niñez y la adolescencia. Otra instancia involucrada es la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), a la que la Defensoría recommendó coordinar y apoyar acciones para que el personal del MEP reciba asesoría, orientación y capacitación en el tema de educación integral de la sexualidad humana, prevención y tratamiento del VIH/SIDA, en cuyo tema hay mucho desconocimiento entre la población. Según lo reveló la citada encuesta, un 10% de la población está desinformada sobre el Sida; un 30% es incrédula y un 35% está despreocupada o tiene una actitud fatalista ante la enfermedad. Igualmente, se encontró mucha ignorancia y desconocimiento sobre el VIH causante del Sida. El desconocimiento es tal que algunas mujeres dijeron creer que se puede prevenir la infección de VIH con la pastilla, los lavados y el retiro, cuando la única forma de evitar infectarse es con el uso del condón de látex. En cuanto al riesgo de infección de VIH, se determinó que un 8.8% de los hombres tienen un alto riesgo, mientras en las mujeres este es de un 0.8%, cuya vulnerabilidad queda determinada por el comportamiento sexual de su compañero. El mayor número de casos de SIDA aparecen en CR entre los 20 y 30 años, de lo que se puede inferir que estas personas se infectaron con el VIH en la adolescencia, dado el largo periodo de incubación de esta enfermedad, que puede durar de cinco a diez años antes de que desarrolle Sida. La única forma de saber si una persona es seropositiva -portadora del virus VIH- es mediante un examen de sangre, sin embargo este debe realizarse seis meses después de la relación sexual de riesgo pues se tarda de tres a seis meses para desarrollar los anticuerpos que permiten dar seropositivo. Pese a ello, una persona infectada puede en ese periodo de tres a seis meses trasmitir el virus a las otras con las que tenga contacto sexual si no se usa un preservativo o condón de látex, el cual debe utilizarse siguiendo las instrucciones que este trae. El condón es, además, el único método que protege contra las infecciones de transmisión sexual causadas por microorganismos, como son la sífilis, la gonorrea, las infecciones por clamidias, el papiloma, el linfogranuloma venéreo, el chancroide, la hepatitis B, el herpes y las tricomonas vaginales, todas las cuales se pueden detectar mediante un examen de sangre conocido como ETS. Otros métodos modernos de salud sexual y reproductiva (planificación familiar) son las pastillas, los inyectables, los dispositivos intrauterinos (DIU), los métodos vaginales (espumas, cremas, óvulos y diafragma), el Norplant, la anticoncepción de emergencia o píldora del siguiente día y la anticoncepción quirúrgica voluntaria, tanto para el hombre (vasectomía) como para la mujer, a la que se le pueden amarrar o cortar las trompas de Falopio. También están los métodos naturales como el ritmo, el retiro o coito interrumpido y el método Billings. Pero el disfrute seguro de la sexualidad y el sexo va más allá de la protección contra las infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH/Sida y los embarazos no deseados. Incluye el conocimiento del cuerpo en sus dimensiones psicológica y emocional, biológica y sexual –que empieza en la adolescencia con la masturbación- y su relación con la sexualidad, cuya instrucción debe ser dada en escuelas y colegios.
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