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¡Salud Mujeres!

El sábado 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres, una fecha que poco a poco ha ido cobrando fuerza en los calendarios de los países y las sociedades, pese a los resquemores de muchas personas. ¿Por qué se dedica este día a las mujeres del mundo? Porque así se recuerdan los actos heroicos de un grupo de ellas que en Estados Unidos pagaron con sus vidas una lucha por contar con mejores condiciones laborales, a finales del siglo XIX y principios del XX, tal y como lo señala el artículo “Concertación de género” que publicamos en la sección de Opinión de esta semana. Sin embargo, las luchas por mejores condiciones de vida para la mitad de la población del planeta, no acaban aún. El acceso a servicios básicos de salud, infraestructura, educación, recreación y crecimiento personal, que deben garantizar los estados para las mujeres de todas las clases –especialmente las más vulnerables–, siguen siendo difíciles, escasos y malos. Estas inversiones siguen considerándose como una carga estatal y no como una inversión para las habitantes.

El sábado 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres, una fecha que poco a poco ha ido cobrando fuerza en los calendarios de los países y las sociedades, pese a los resquemores de muchas personas. ¿Por qué se dedica este día a las mujeres del mundo? Porque así se recuerdan los actos heroicos de un grupo de ellas que en Estados Unidos pagaron con sus vidas una lucha por contar con mejores condiciones laborales, a finales del siglo XIX y principios del XX, tal y como lo señala el artículo “Concertación de género” que publicamos en la sección de Opinión de esta semana. Sin embargo, las luchas por mejores condiciones de vida para la mitad de la población del planeta, no acaban aún. El acceso a servicios básicos de salud, infraestructura, educación, recreación y crecimiento personal, que deben garantizar los estados para las mujeres de todas las clases –especialmente las más vulnerables–, siguen siendo difíciles, escasos y malos. Estas inversiones siguen considerándose como una carga estatal y no como una inversión para las habitantes.
El acceso al trabajo, como detalla uno de los artículos de fondo de nuestro Semanario, sobre las mujeres y el trabajo, es contundente en el hecho de que si se sumaran las horas que las mujeres invierten en el trabajo no remunerado doméstico, las cifras oficiales sobre el aporte de la mano de obra femenina serían muy diferentes. A pesar del desarrollo de nuestra sociedad costarricense, el acceso al trabajo se ve limitado para muchas mujeres que están dispuestas a realizar labores  productivas, porque carecen de facilidades para dejar su prole en un sitio seguro. En la década de los años 80 y 90 el Estado costarricense ofrecía los servicios de guardería y educación preescolar a las obreras de barrios populares en los denominados CEN-CINAI, a precios cómodos de acuerdo a su capacidad de pago. Sin embargo, el desmantelamiento sistemático de estos servicios afectó seriamente a muchas trabajadoras costarricenses para quienes pagar por el cuido de su prole –como si ellas las trajeran solas al mundo— resulta más caro que lo devenga  por salario. En buen dicho popular: “sale lo comido por lo servido”. ¿Cuánto pierde el sistema productivo nacional por no contar con el aporte de la mano de obra femenina? Algunas cifras las facilitamos en esta edición. Por otro lado, además de las posibilidades de desarrollo personal y subsistencia básica a que tiene derecho la población femenina, otra área de servicios que se ha visto afectada seriamente en los últimos años es el acceso a la salud sexual y reproductiva. Hasta inicios de los años 90, los servicios de salud reproductiva para la población en general, eran suplidos de forma bastante eficiente por el Ministerio de Salud, pero desde la reorganización de los sistemas médicos que dieron a la CCSS el control de la medicina preventiva, los servicios no han sido tan eficientes como las costarricenses necesitan. La realidad nacional pone en evidencia esto: cada día nacen 40 hijos e hijas de madres solteras, lo que deja ver una seria falla en el manejo de la sexualidad femenina y el acceso de ésta a sistemas de anticoncepción y cuidado de infecciones de transmisión sexual. En este Día Internacional de las Mujeres, cabe reflexionar sobre estas dos necesidades fundamentales de esta población, como son el trabajo productivo y  disfrutar de la sexualidad  sin riesgos de infecciones o embarazos no deseados. Mientras como sociedad no seamos capaces de solucionar estos dos derechos fundamentales de las mujeres costarricenses, no podremos jactarnos de ser un país democrático, equitativo y pacífico.

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