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Impulsan política nacional del libro

Hay un serio problema de mercadeo de los cientos de títulos que se editan en Costa Rica cada año.

Hay un serio problema de mercadeo de los cientos de títulos que se editan en Costa Rica cada año.
La Librería-exposición de la UCR pretende darle un adecuado espacio al libro nacional.
A Costa Rica le urge una política nacional del libro que permita el establecimiento de pautas que contribuyan a un verdadero desarrollo del sector editorial, que produce cientos de títulos cada año, pero muchos de los cuales terminan condenados al olvido en bodegas públicas y privadas.
Por este motivo, la Cámara Costarricense del Libro solicitó al presidente de la república, Abel Pacheco, que establezca, vía decreto,  el Consejo Nacional del Libro, en el que estén representados  los sectores relacionados con la industria editorial.
Oscar Castillo, presidente de la Cámara del Libro, explicó que confían en que para junio del presente año el gobierno firme el decreto.
Habib Succar, gerente de la Editorial Costa Rica, alabó la iniciativa, pero consideró que en el proyecto de decreto existe un desequilibrio en favor de los editores y los distribuidores y en detrimento de otros sectores importantes.
Castillo, sin embargo, destacó que es imprescindible la creación del Consejo Nacional del Libro, en el que estén representados lectores, distribuidores, editores,  bibliotecarios y autores.
Añadió que las casas editoras no reciben créditos por parte de los bancos del Estado y que esta situación se debe corregir, con el fin de que se vea a la producción editorial como una verdadera industria.
 
«En Costa Rica no existen políticas nacionales respecto al libro y es necesario impulsarlas para que se fortalezcan los sectores involucrados con su producción», expresó Castillo.
En su criterio, en el Consejo Nacional del Libro deben converger los sectores públicos y privados, que son los motores de las editoriales nacionales.
«Se debería contemplar la posibilidad de que exista una materia en primaria que busque reforzar la importancia del libro y si esto se hace ya no serán necesarias las campañas aisladas de lectura», dijo  Castillo.

MERCADEO DEFICIENTE

Las casas editoriales de títulos nacionales más fuertes son la Editorial Costa Rica, la de la Universidad Nacional, la UCR, la del Instituto Tecnológico y la UNED. Todas producen anualmente cientos de títulos, aunque no todos llegan a su público meta.
Castillo y Succar, así como Edgar Castro, del área de mercadeo de la UNED, reconocieron que hay serias deficiencias en la promoción del libro costarricense, lo que le da ventaja a las producciones extranjeras.
Una indagación realizada por UNIVERSIDAD – con motivo del Día internacional del libro, el pasado 23 de abril- constató que las editoriales nacionales presentan falencias de mercadeo, lo cual hace que valiosas producciones pasen desapercibidas.
También se determinó que muchos títulos que se editan en el ámbito literario carecen de valor artístico y se quedan, en la mayoría de los casos, en el mundo de la anécdota intrascendente, lo que favorece el rechazo de los lectores.
Castillo resaltó que si logran la creación del Consejo del Libro, la distribución será uno de los puntos que deberá  atender con prontitud, porque las deficiencias en este campo son notorias.
Lamentó que autores y editores se conforman con solo producir el libro, que al contar con financiación ya no requiere de un adecuado mercadeo para recuperar la inversión inicial.
«La mayoría de los libros de autores nacionales son producidos por editoriales públicas, las que no siempre cuentan con un mercadeo idóneo», agregó.
Precisó que por lo general cada obra tiene un tiraje entre 1.000 y 1.500 ejemplares y que ello aumenta los costos de producción.
«En la Cámara hemos tratado de crear conciencia sobre la importancia de afinar las estrategias de mercadeo, pero el problema es difícil de resolver».
Succar, por su parte, admitió que uno de los inconvenientes de la Editorial Costa Rica es la ausencia de un departamento de mercadeo, el cual será creado en los próximos meses para que refuerce la promoción de los 50 títulos que editan anualmente.
Hasta ahora, esa tarea la desarrollaba la Corporación Costarricense de la Cultura (COCUL), pero entró en diferencias con la Fundación de la Editorial Costa Rica, aseguró.
«En la Gran Área Metropolitana no hay tantas dificultades para distribuir los títulos porque existe una buena red, el problema se da fuera de ella», sostuvo Succar.
Detalló que la venta a pagos a funcionarios públicos y privados, que por muchos años impulsó la editorial, se encuentra suspendida.
La Editorial Costa Rica tiene 150 títulos en el mercado y su fuerte, consideró Succar, es la venta de novelas, poesía, ensayo y cuento.
Castro manifestó que en la UNED no poseen un presupuesto para realizar el mercadeo de las obras y que ello limita las opciones de adquisición por parte de los lectores.
Aseveró que la editorial se ha especializado en la generación de libros de texto, aunque también mantiene una política de publicación de obras en el campo literario.
Para tratar de reforzar la distribución, añadió, la UNED promociona las librerías administradas, mediante las que se le otorgan, en consignación, numerosos títulos a quienes deseen abrir una tienda en diversas zonas del país.
La vasta producción del libro costarricense requiere de una cirugía en el campo del mercadeo y en la selección de las obras, para que los títulos no se releguen a las bodegas de las editoriales.

  • Jose Eduardo Mora 
  • Cultura
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