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Otro TLC… ¿para qué?

Productos más baratos es lo que ofrecen quienes promueven el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica. Pero en Costa Rica la percepción de quienes más consumen es que su capacidad de compra disminuye y que la política económica del Gobierno no ayuda a que la situación mejore.

Productos más baratos es lo que ofrecen quienes promueven el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica. Pero en Costa Rica la percepción de quienes más consumen es que su capacidad de compra disminuye y que la política económica del Gobierno no ayuda a que la situación mejore.
Los hogares costarricenses perciben que su dinero compra cada vez menos.
En uno de los procesos más acelerados que se conozcan, las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (TLC) continuaron, durante la semana que pasó, en Honduras, donde se realizó una reunión de coordinación regional previa a la cuarta ronda, que tendrá lugar en Guatemala, del 12 al 16 de mayo.
EE.UU quiere que el TLC se firme en el plazo de este año. Según analistas, el apuro busca evitar que los cambios de gobierno que resulten de los procesos electorales venideros -el primero de ellos en El Salvador-, puedan obstaculizar o dilatar el TLC y el Área de Libre Comercio de las Américas.
 

ACUERDO REGIONAL

Según un comunicado del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), en el encuentro realizado en Tegucigalpa los equipos negociadores de la región se pusieron de acuerdo sobre lo que plantearán a Estados Unidos en la próxima ronda.
Como es de conocimiento público, únicamente el equipo encargado de ese ministerio tiene acceso directo al texto del TLC y a las negociaciones mismas. Según el COMEX, en todas las mesas de trabajo hubo acuerdo o avances para presentar una posición conjunta en lo que se refiere a acceso de mercados. Costa Rica no participó en la mesa de telecomunicaciones.
En cuanto al tema agrícola, uno de los más sensibles para nuestro país, Anabel González, jefa de la delegación costarricense, dijo que «Centroamérica ofrece una gran variedad de productos. En el caso de Costa Rica, exportamos 1.870 productos a Estados Unidos, por lo que sin duda es un mercado de la máxima importancia, y me siento confiada de que vamos a obtener un resultado muy positivo.»
Ante una consulta de UNIVERSIDAD sobre si se tomó en cuenta la exigencia de sectores nacionales como la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA) (ver edición 1523), que piden ser excluidos del TLC, la respuesta del COMEX fue que «a nivel centroamericano se acordó establecer un grupo de productos sensibles que requerirán ser discutidos en la negociación caso por caso. En este grupo se incorporan aquellos bienes que durante el proceso de consultas realizado por el Ministerio, solicitaron ser considerados como productos sensibles.»

¿PARA QUIÉNES?

No obstante, mientras las negociaciones avanzaban en la capital hondureña, en nuestro país la Universidad de Costa Rica y el Observatorio del Desarrollo daban a conocer los resultados de la II Encuesta sobre el Sentimiento del Consumidor hacia la Economía Nacional, realizada en marzo pasado, que arrojó expectativas pesimistas en cuanto al poder adquisitivo, los planes de consumo y las perspectivas de la economía nacional.
Johnny Madrigal Pana, profesor de la Escuela de Estadística de la UCR e investigador asociado del Observatorio, explicó que mientras en setiembre de 2002 -cuando se realizó la primera encuesta- este índice fue de 44.4 puntos, en la segunda fue de 37.2 puntos.
«La disminución del índice en 7.2 puntos entre ambas encuestas muestra la pérdida de confianza de los consumidores y refleja en gran medida el pesimismo que genera el impacto de los conflictos mundiales en nuestra economía», dijo. Costa Rica es una de las economías más abiertas del mundo y por ello las crisis externas impactan su desenvolvimiento.
Si en setiembre de 2002 casi el 40% de las familias entrevistadas percibía una pérdida en su capacidad de compra, seis meses después lo percibe el 48.3%.
Además, si el año pasado el 27.1% de los hogares pensaba que su situación económica empeoraría, en marzo subió a 32.2%. Si antes el 24.1% pensaba que la situación económica de las empresas sería desfavorable en los próximos 12 meses, ahora lo piensa el 40.8%. También bajó el porcentaje de hogares que espera que su ingreso mejore en los próximos 12 meses (bajó de 64.6% a 60.5%) y aumentó el número de los que creen que su ingreso familiar será menor que la inflación (subió de 39.6% a 48.3%).
También aumentó la percepción de que el desempleo y la pobreza se incrementarán, y de que el Gobierno realiza un «trabajo pobre» para combatir la inflación, el desempleo y la pobreza (esta última percepción aumentó de 24.7% a 48%).
Si el año pasado el 47% de las familias consultadas consideró que son «malos tiempos» para comprar casa, hoy lo piensa el 51.3%. Y si antes el 51.4% dijo que eran «malos tiempos» para comprar carro, hoy lo piensa el 67.6%.
El pesimismo de quienes viven básicamente de su salario, contrastó con una relativa mejoría en el optimismo de los empresarios, según reveló la encuesta de negocios que realizó la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), para el primer trimestre de 2003.
Pero esta suerte de esquizofrenia nacional responde a lo que los especialistas llaman la «economía dual» que prevalece en el país: los exportadores se ven favorecidos por el incremento en el ritmo de la devaluación del colón y -en el caso de los que venden a Europa- por el fortalecimiento del euro frente al dólar, pues reciben más por sus productos, mientras que quienes dependen del mercado interno quedan fuera de los beneficios de este modelo de desarrollo.
De hecho, según el VIII Informe sobre el Estado de la Nación, quienes se benefician del modelo exportador son un reducido número de empresas. «Tanto en la agricultura como en la industria, las cuatro mayores empresas exportadoras aportan más del 35% de las exportaciones del sector respectivo. Además, los cuatro principales productos de exportación agrícolas (banano, café, piña, follajes y hojas) dan cuenta del 75,8% de las exportaciones de esa actividad, mientras que en la industria los cuatro productos más importantes (partes para circuitos, textiles, equipos de infusión y transfusión, y medicamentos) representan más del 50% de las exportaciones sectoriales», dice (pág. 168).
Con los beneficios tan concentrados en pocas empresas, queda más claro a quiénes sí interesan los TLC.

  • Emanuel García Jiménez 
  • País
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