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Tras la renuncia del candidato Carlos Ménem para la segunda vuelta electoral en Argentina, Néstor Kirchner se convierte en el virtual presidente de Argentina.
La pérdida de valor adquisitivo ha incrementado los niveles de pobreza en la población
A solo cuatro días de la segunda vuelta electoral en Argentina, el expresidente
Carlos Ménem podría anunciar su retiro de la campaña. Superado ampliamente
por su rival en este segundo turno, Néstor Kirchner, Ménem preferió el retiro a
la derrota aplastante en las urnas. Las encuestas indicaban que perdía por tres
a uno.
La retirada de Ménem consolidaría un giro político que se ha dado en
América del Sur.
Una semana antes de la anunciada segunda ronda electoral, prevista para el 18 de mayo, el candidato Néstor Kirchner, visitó al Presidente Lula Da Silva, en Brasil, consolidando así una propuesta de fortalecimiento del Mercosur.
Su actitud contrastó con la que asumió su exrival, Carlos Ménem.
El panorama político latinoamericano sigue cambiando paulatina, pero persistentemente. Las esperadas elecciones argentinas podrían saldarse con un nuevo paso en el sentido de promover un camino distinto al neoliberalismo rampante de los últimos cinco lustros, del cual el expresidente Ménem fue uno de los principales exponentes.
Durante su década en el poder, entre 1989 y 1999, Ménem liquidó los activos del Estado, sumió a la Argentina en una vorágine de endeudamientos y forjó una frase que le costará su futuro político: la de que Argentina mantenía «relaciones carnales» con Estados Unidos.
Cansados de esa vida prostituta, las personas electoras parecen haberle dado las espaldas. Las encuestas más recientes indicaban que Ménem contaba apenas con cerca de 22 % de las preferencias electorales, mientras su rival, Kirchner, también peronista, se acercaba al 60 %. La ventaja era tan grande que el presidente Eduardo Duhalde, rival de Ménem dentro del peronismo y gran promotor de la candidatura de Kirchner, dijo que el expresidente solo tiene dos alternativas: abandonar o perder por nocaut.
Duhalde estaba preocupado por los rumores de que Ménem abandonaba la cancha para evitar así una segunda ronda. Preocupa aun más el hecho de que lo haga alegando un posible fraude, pues dejaría así en duda unas elecciones que, en la primera vuelta, resultaron impecables.
EL MERCOSUR
Diez días antes de las elecciones, Kirchner visitó al mandatario Lula para analizar las perspectivas de una futura alianza.
«Apoyando cada vez con menos disimulo al candidato Néstor Kirchner, Lula sigue con el plan de conquistar un liderazgo regional», dijo el corresponsal del diario La Nación, de Buenos Aires, en San Paulo.
El apoyo no es solo político. Brasil dejó pasar una reciente restricción a las importaciones de azúcar aprobada por el congreso argentino y otorgó un crédito de mil millones de dólares a los exportadores del país vecino, un apoyo inestimable para la recuperación de la economía.
El escenario va, así, cambiando poco a poco. Para el gobierno brasileño, cualquier candidato era mejor que Ménem, pues la realidad es que el panorama político regional ya no aceptaba cómodamente a un personaje como el expresidente argentino.
Como telón de fondo de esa política están otros objetivos regionales, entre ellos las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que Lula siempre ha visto con desconfianza.
Kirchner también visitó Santiago de Chile, donde se reunió con el presidente Ricardo Lagos. Se trata de una visita lógica, pues aunque Chile no es miembro de pleno derecho del Mercosur, comparte una enorme frontera con Argentina y tiene relaciones particularmente estrechas con ese país a través del sur de esa frontera, en la provincia de Santa Cruz, donde Kirchner es gobernador. La visita es también un respaldo a Lagos, cuyo gobierno, muy debilitado por la falta de rumbo, enfrenta la amenaza cierta de un triunfo de la derecha en las próximas elecciones presidenciales.
Por el contrario, Kirchner prefirió no ir al vecino Uruguay, cuyo presidente, Jorge Batlle, veía con más simpatía el triunfo de Ménem.
ECONOMÍA
Si el escenario internacional resulta novedoso, también el económico ha provocado sorpresas en la Argentina.
Cabe recordar que quedan pendientes algunas decisiones importantes sobre quién pagará los costos de la debacle financiera del país, con una pugna entre los bancos y los ahorrantes. Aun así, el gobierno de Duhalde ha tenido logros importantes y sorprendentes, de acuerdo con los especialistas.
Mayor crecimiento, menor inflación y un dólar más bajo son algunos de los resultados de la política económica de Duhalde y de su ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien seguirá en el cargo, si triunfa Kirchner.
El crecimiento económico, previsto inicialmente en un 1% este año fue revisado, y se estima ahora que será de 4%. La inflación, calculada inicialmente en 22 % anual, llegaría en realidad a menos de 20 %; y el dólar ha caído de 3,85 pesos a menos de tres, obligando inclusive a la intervención del Banco Central, para evitar un excesivo fortalecimiento de la moneda nacional. Finalmente, la meta de un déficit fiscal de 2,5% no se modificará.
Naturalmente, la situación social sigue siendo dramática en la Argentina, con más de la mitad de la población sumergida en el pobreza y niveles de desempleo muy elevados, lo que difícilmente se podrá revertir en el corto plazo.
EQUIVOCACIÓN
La situación económica argentina es tan sorprendente que una de las más severas críticas del país, la subdirectora del Fondo Monetario Internacional, Anne Krueger, reconoció que se había «equivocado».
Conocida por sus exabruptos contra la Argentina, Krueger fue una de las personas que se mostró más intransigente cuando se negoció, el año pasado, un acuerdo económico con el FMI, firmado, finalmente en enero.
Krueger comparó entonces la situación de Brasil con la de Argentina, destacando las reformas macroeconómicas hechas por el primero, en contraste con lo que le parecía falta de toda política razonable en el país vecino.
Pero no solo eso. En el pasado, Krueger divulgó sus temores de que cualquier préstamo a la Argentina desapareciera rápidamente, y recordó a ese país que sufriría «serias consecuencias» si caía en la tentación de declararse en «default», o sea, incumplir sus compromisos de pago de la deuda. En enero pasado, la funcionaria exigió al presidente Duhalde un reajuste de 50% en las tarifas de los servicios públicos, pero el gobierno las aumentó en apenas 5%.
Pese a sus desaciertos, que probablemente le habría costado su cargo en cualquier empresa seria, Krueger ahora afirmó que «la economía se ha estabilizado notablemente, para sorpresa de todo el mundo, incluso la mía, y ha empezado a crecer sin caer en la hiperinflación», según dijo al diario francés La Tribune. Y esto sin el apoyo del Fondo, lo que es el logro más espectacular de Duhalde.
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