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Cargada de denuncia y optimismo, «Función Gratis» se presenta en el Teatro Giratablas, interpretada por Rubén Pagura y dirigida por Gina Monge.
En Función Gratis, Pagura demuestra gran versatilidad expresiva. (Foto: Marianella Phillips. Cortesía de Rubén Pagura)
Las grandes contradicciones del actual orden mundial son denunciadas en «Función Gratis», el nuevo espectáculo unipersonal del actor y músico Rubén Pagura, que deleita al público con una propuesta sugerente y atractiva.
Como el nombre lo indica, la entrada es libre, acorde con la intención crítica de la obra. Sin embargo, a la salida se puede dejar una contribución voluntaria.
De acuerdo con una nota difundida por el Teatro Giratablas, la obra puede definirse como un «café-teatro unipersonal, con elementos de comedia y teatro-documento».
Partiendo de ejemplos de la vida real, esta pieza busca convencer al público de que un mundo más solidario y equitativo es posible.
El espectáculo está compuesto por interpretaciones de textos de Darío Fo, Eduardo Galeano, Juan Fernando Cerdas y del mismo Pagura.
Además combina las canciones originales, como la dramática y verídica «No hay que robar zapatos en los supermercados» o «Globalizados», con el humor, la poesía, el documento, la creatividad y la calidad interpretativa.
OTRO MUNDO ES POSIBLE
Pagura explicó que barajaba la idea del espectáculo desde hacía dos años. En un principio, el proyecto se basó en el libro «Patas Arriba: La escuela del mundo al revés», de Eduardo Galeano, y sería producido por Teatro Quetzal.
La posibilidad de montar la obra fue suspendida por la desintegración de Quetzal, pero Pagura se quedó con la necesidad de llevarla a escena.
Poco a poco le agregó material documental, así como poesías y adaptaciones de textos literarios.
Por ejemplo, en el montaje se exponen cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según las cuales, los $900 mil millones que en el mundo se gastan en producción armamentista, de los cuales la mitad corresponde a los Estados Unidos, superan exponencialmente la suma de lo invertido en salud y educación.
«Con el advenimiento de la guerra contra el terrorismo decidí hacer la obra. Sentí una gran necesidad, como artista y como ser humano, de decir algo al respecto», manifestó.
El actor calificó como un «gran estímulo» el viaje que hizo al último Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil. En dicha oportunidad, la divisa de que «otro mundo es posible» caló profundo en el artista, quien además visitó Argentina y comprobó el uso del trueque como medida efectiva para afrontar la crisis.
Entre los cuestionamientos que la obra hace del proceso de globalización, destaca la llamada de atención sobre la pérdida de identidad local, a partir de la trasnacionalización del lenguaje manifiesta en uno de los monólogos iniciales y en la pieza «Globalizados».
Parte importante de «Función Gratis» es la participación del público. Desde antes de entrar a la sala, Pagura logra involucrar a los asistentes poniéndolos a cantar.
El intérprete de «La historia de Ixquic» destacó que la propuesta de incentivar el involucramiento de los asistentes de esa manera fue de la directora Gina Monge y nació de la inquietud de que en el texto hay espacios que la requieren, por lo cual consideró imprescindible provocar esa participación desde el inicio .
PASE GRATIS
Pagura reconoció que establecer la entrada libre es un gran riesgo que se corre.
La inversión en el montaje corre por cuenta de «SI Producciones», empresa que aportó recursos de acuerdo con el proyecto original elaborado por el actor.
Destacó, sin embargo, que la respuesta del público ha sido satisfactoria y que las contribuciones permiten cubrir los costos.
Agregó que la iniciativa de que la función sea gratuita responde a dos objetivos: por un lado busca establecer una relación distinta a la del lucro y por otro constituye un experimento para medir la respuesta del público.
«Trato de estimular una relación diferente con la gente, que se encuentra en posición de valorar el trabajo».
La contribución del público puede ser en efectivo o mediante el trueque, para lo cual se han colocado un par de cuadernos con el propósito de que los asistentes realicen sus ofrecimientos.
Pagura comentó que ha recibido consultas médicas, sanación pránica, clases de danza, de inglés, masajes, peluquería por un año, plantas medicinales y libros de escritores que han asistido. «Incluso unas empanadas trajeron un día».
SIN APOYO ESTATAL
Pagura describió cómo en España, por ejemplo, el aporte estatal es clave para la producción artística, en particular el de los gobiernos locales.
Dijo que en Costa Rica la función del Estado en la producción artística ha venido a menos. «En los años 70 había una política cultural clara, así como apoyo en financiación y logística que desarrolló un importante movimiento teatral, el cual abarcó todo el país».
Calificó de «angustia permanente» el escollo económico del teatro en Costa Rica, lo cual implica que los propietarios de las salas se decidan por montajes de bajo costo. «El teatro es una lotería», sentenció.
«Hacer arte implica riesgos y uno de ellos es la rentabilidad», expresó el autor de la «Cantata Centroamericana».
Pagura aceptó que «el Estado se está lavando las manos, aunque está atado por las imposiciones de los organismos internacionales».
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