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Desde una óptica empresarial y social, el contrato entre la CCSS y ASEMECO-Clínica Bíblica para operar 17 EBAIS, ha resultado una buena oportunidad para la empresa privada.
En el EBAIS de San Rafael de Escazú, una enfermera controla el peso de un joven de la comunidad.
Desde hace algún tiempo los EBAIS dejaron de ser administrados únicamente por la Caja y hoy, los que se encuentran bajo el amparo de la Clínica Bíblica -o ASEMECO- constituyen un negocio que genera rentabilidad a esta entidad privada y le permiten llegar a un nuevo segmento de mercado.
Desde setiembre de 2001 y después de ganar una licitación que hizo la Gerencia de Modernización y Desarrollo de la Caja Costarricense del Seguro Social, la Clínica Bíblica instaló 17 Equipos Básicos de Atención Integral (EBAIS) a través de la figura legal de ASEMECO.
Esta Asociación de Servicios Médicos Costarricenses -ASEMECO- suscribió un contrato por dos años con la Caja, que se puede prorrogar. Es la primera vez que una entidad privada presta los servicios a la Caja para la operación de los EBAIS mediante un contrato, pues anteriormente las adjudicaciones a terceros para operar estos centros sólo se han realizado con las cooperativas y con la Universidad de Costa Rica (Ver nota aparte).
Según un pronunciamiento de la Procuraduría General de la República, los EBAIS administrados por empresas privadas no riñen con la Constitución y esto se puede realizar siempre y cuando se cumpla con los principios que rigen las contrataciones administrativas y mientras signifique una mejoría en la calidad del servicio y una disminución en los costos.
Los usuarios son quienes, en este caso, deben responder a la pregunta de si el servicio ha mejorado en Escazú, La Carpio y León XIII; pero por ahora Roberto Vargas, administrador de los EBAIS en ASEMECO afirmó a UNIVERSIDAD que las poblaciones reciben un servicio bastante bueno en términos de oferta y calidad. Para la Clínica Bíblica, por otra parte, el programa les está generando su porción de ingresos.
NUEVO MERCADO
El hospital Clínica Bíblica lleva más de 70 años en el mercado nacional, y a partir de este año y hasta 2006 planean invertir $22 millones en un proceso de ampliación y remodelación de sus instalaciones. No obstante, en enero de este año su director general, Bernal Aragón, reconoció que han perdido un pequeño porcentaje de clientela del estrato social alto, ya que ese es el nicho de su mayor competidor, el CIMA, mientras su fuerte es la clase media (La Nación, 22 enero, 2003).
Ahora bien, un total de 97.450 personas están suscritas a las áreas que cubre ASEMECO -uno de cuyos negocios es la Clínica Bíblica- y entre los beneficios que ellos disfrutan ahora están la extensión de horarios (lunes a viernes de 7 a.m. a 10 p.m. y sábado de 7 a.m. a mediodía); y la posibilidad de ser atendidos por médicos especialistas. Esto, explicó Vargas, brinda mayor capacidad de resolución y permite disminuir el número de referencias a las clínicas y hospitales de la Caja, bondades todas que al final de cuentas se confirmarán en las evaluaciones que realiza la entidad pública periódicamente.
«ASEMECO vio la oportunidad de ingresar en un campo al que todavía no había tenido acceso», señaló Vargas, pues con el hospital Clínica Bíblica se atiende a personas que pueden pagar sus servicios médicos privados; pero con este programa se llega a gente desprotegida del seguro social porque alguna es inmigrante. «Pero se atiende también al sector de asegurados, y si esto genera reservas, éstas se destinarán a la atención de gente que carece del seguro social; es un sistema bastante solidario».
Para empezar el programa se invirtió poco más de $1 millón, precisó Vargas. «En este momento tenemos 97.450 personas y el monto anual que se recibe por cada persona es de $39, aproximadamente $3.800.550 al año. Este es un modelo en el cual el proveedor aporta casi el 100% de los recursos y recibe una paga per cápita».
Se estima una rentabilidad muy cercana al 4% sobre todos los ingresos generados por concepto de venta de servicios a la Caja por este contrato del programa de los EBAIS, afirmó. Estos recursos se reinvierten en estos mismos centros y otra parte va al programa de acción social.
CONTRATO EN DETALLE
Dentro del contrato de servicios entre la Caja y ASEMECO, la primera tiene responsabilidades como proveer los medicamentos del cuadro básico de primer nivel y suministros médicos, y a un precio mucho más cómodo que en cualquier otra entidad.
Ante la pregunta de a qué farmacia remiten a los pacientes, Vargas informó que la Fischel provee ese servicio de preparación de recetas al programa de los EBAIS. «Tenemos una bodega centralizada a la que enviamos las recetas, ellos las preparan y en los centros sólo tenemos unidades de despacho».
El año pasado la Bíblica decidió que las farmacias que antes administraban pasarían a manos de la Corporación Fischel, para evitar competir con uno de los mayores vendedores de medicamentos en el país.
La Corporación ha crecido y entre sus nuevos planes está la apertura de locales con servicios médicos, producto de una alianza con la misma Clínica Bíblica.
Todo lo que tiene que ver con equipamiento, infraestructura y recurso humano para los EBAIS lo provee ASEMECO. «Como se trata de un contrato por un lapso de tiempo un poco reducido y por las condiciones económicas de la contratación, lo más viable era tomar locales ya existentes y acondicionarlos para que funcionen como EBAIS», dijo Vargas.
De las 150 personas que laboran en el programa una parte son asalariados directos de ASEMECO: médicos, psicólogos, nutricionistas y trabajadores sociales que están en planilla; y la otra parte está subcontratada en áreas como seguridad y limpieza.
Se consultó si los médicos que trabajan en la Bíblica también pueden hacerlo en los EBAIS; pero de acuerdo con Vargas, esto no se permite porque ellos están contratados bajo dos modalidades diferentes: los del hospital son profesionales liberales que no tienen una relación obrero patronal con la clínica (algunos tienen contratos de arrendamiento de consultorios, otros bajo sociedades médicas que atienden especialidades allí y en otros hospitales); mientras que los de los EBAIS son médicos de planilla, contratados directamente por ASEMECO, con una relación obrero patronal.
«No revolvemos una cosa con la otra, en el contrato hay una restricción que dice que en el EBAIS no podemos dar servicios de tipo privado, entonces eso hay que manejarlo con cuidado».
Pero no todos están satisfechos con estas opciones. «Desde que se salió la licitación de los EBAIS nos opusimos a que se transfiriese esa prestación de servicios a esa asociación, porque consideramos que eso significa detener el desarrollo institucional», declaró Rigoberto Salas, del Sindicato de Profesionales Médicos de la Caja (Siprocimeca).
«Una de las áreas que cubren los EBAIS de Escazú era la que corresponde a pacientes atendidos en la Clínica Moreno Cañas en Barrio Cuba. De esa clínica se sacaron 50.000 asegurados y se pasaron a ASEMECO. Esa pérdida significa ociosidad en el cuerpo médico, hay varios que ven 2 o 3 pacientes en 3 horas.»
Para Salas es irracional que a ASEMECO le paguen $39 por cada paciente teniendo capacidad instalada en la Moreno Cañas.
No obstante, comentó que la Caja se comprometió, en octubre de 2001 a que todos estos contratos con el sector privado no se van a prorrogar y que esos centros pasarán a manos de la Caja cuando los contratos se venzan.
APRENDER A COMPRAR
La forma en que están operando estos EBAIS llama a la discusión sobre la dificultad para trazar una línea divisoria entre la práctica pública y privada en los servicios de la Caja, tema que se aborda en el documento «La reforma de la seguridad social en Costa Rica en pensiones y salud: avances, problemas pendientes y recomendaciones», elaborado este año por Juliana Martínez Franzoni y Carmelo Mesa-Lago, de la Fundación Acceso.
Los autores recomiendan analizar en detalle la compra privada de servicios para determinar cuáles son necesarias y las acciones requeridas para asegurar la temporalidad y complementariedad de dichas compras.
«Para ello la CCSS debe desarrollar un sistema de contabilidad de costos actualizados con el fin de comparar estos con los costos de los proveedores privados que contrata y determinar cuáles son los más convenientes y evaluar las necesidades de compra de equipo propio (basado en las necesidades de salud poblacionales) y su costo de operación, antes de decidir comprar servicios privados de equipos. Esto permitirá que la CCSS tenga mayor información y mejores condiciones de negociación con el sector privado».
En los últimos años también aumentó la venta de servicios que hace a la Caja, un importante cliente al que se le vendieron $3 millones de los $22 millones en ventas que se obtuvieron en 2001, por ejemplo (LN, 5 mayo, 2002).
Por su parte el representante de la Unión de Empleados de la Caja (UNDECA), Carlos Báez, indicó que ellos no han investigado el funcionamiento de este contrato; pero que la Caja está en un proceso de reconversión para que muchos proyectos, como el de los EBAIS, vuelvan a tener un carácter absolutamente público.
Martínez y Mesa llaman la atención de que ante un sector diversificado en proveedores públicos y privados, en la práctica no hay una entidad capaz de velar porque los usuarios estén pagando lo justo por los servicios, incluyendo a los privados. Tampoco existe una entidad capaz de vigilar la calidad que ofrecen los proveedores de servicios, dentro o fuera de la CCSS.
Por su parte, cuando se abra la opción de ampliar el contrato o de participar en otro proceso de licitación, es muy probable que ASEMECO participe, externó Vargas. «Aparte de la función social también hay que verlo desde una óptica empresarial, que esto funcione tanto para que los pacientes reciban un buen servicio, y que ASEMECO genere rentas que alimenten otros programas.»
EBAIS-UCR
Cambios en contratación de personal
Con el cambio de administración de los EBAIS de la UCR, varió también la forma de contratación para el personal.
Desde que en enero de este año la administración de la Universidad de Costa Rica (UCR) absorbió el programa de los EBAIS, que antes manejaba la FUNDEVI, cambió la forma de contratación del personal.
Por esta razón funcionarios del EBAIS de Montes de Oca expresaron su disgusto por algunas situaciones laborales; sin embargo, el director del programa William Vargas dijo a UNIVERSIDAD que detrás de estas quejas hay fuerzas externas de otras organizaciones y empresas que quieren apropiarse del Programa que maneja la UCR.
Atraso recurrente en el pago de salarios, ausencia de información sobre garantías laborales, incertidumbre acerca de la estabilidad laboral y asignación de vacaciones en forma arbitraria, son algunas quejas señaladas en una carta dirigida al director del Programa el 15 de mayo pasado.
Desde enero los contratos laborales de los empleados del Programa de Atención Integral de Salud (EBAIS) entre la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y la UCR, con la Fundación para la Investigación de la UCR (FUNDEVI), fueron liquidados, para que estos se integraran a la Universidad.
Los empleados de estos 33 centros fueron contratados únicamente por un año, después de pasar por un proceso de concurso de puestos, reclutamiento, valoración y selección. Atrás quedaron los tiempos en que se hacían contratos privados y directos, sin pasar por la normativa de la UCR.
Como informó UNIVERSIDAD a fines de enero («Extenderán programa por cinco años», 31 enero) la Caja y la Universidad firmarían un nuevo contrato por cinco años en abril pasado; pero según precisó William Vargas, la propuesta del nuevo convenio aún está en revisión y esperan firmarla antes de que termine este mes. Por ahora continúa vigente el contrato anterior, al que se le hizo un addendum para operar hasta junio.
FONDOS EXTERNOS
La nueva normativa ha generado consultas y dudas sobre una posible inestabilidad laboral, ya que el personal se contrata por un año; pero Vargas explicó que «a partir de la próxima contratación, se hará por tiempo indefinido y quedará incorporado a la UCR en forma interina».
Ana Ligia Monge, directora de la Oficina de Recursos Humanos de la UCR, señaló que como el programa es de vínculo externo porque la Caja da los recursos, «en cuanto a los derechos laborales el compromiso es que las contrataciones se mantendrán, en la medida en que haya contenido presupuestario para el programa».
Los sueldos de estas personas no se incluyen en el presupuesto ordinario, explicó. Se trata de 205 empleados que brindan atención en los cantones de Curridabat, Montes de Oca y La Unión, y para el pago de sus salarios se cuenta con alrededor de ¢500 millones para este año, provenientes de la Caja, indicó Vargas.
Monge negó que exista incertidumbre, «hay estabilidad laboral en la medida en que exista el convenio marco entre la Caja y la UCR». Sobre este punto, también se intentó consultar al respecto al coordinador del Sindicato de Empleados de la UCR (SINDEU), Minor Solís, pero no devolvió las llamadas.
PROCESO DE ADAPTACION
De acuerdo con Monge, su oficina recibe muchas consultas con respecto a este tema.
Al cuerpo administrativo, al doctor Vargas, al Programa en general, les ha costado mucho adaptarse a la normativa laboral. Estaban acostumbrados a hacer contrataciones directas, ahora tienen que pasar por procesos y esto los ha obligado a planificar, dijo.
«Estamos capacitándolos para que se integren a la normativa institucional».
El director reconoció que ha habido un esfuerzo muy grande y se ha trabajado mucho con la Oficina de Recursos Humanos.
«Por ejemplo, hay grandes dificultades para el pago y contrato de alquileres de locales, porque se debe hacer por licitación y antes se hacía de forma directa. Ese es un punto muy complicado porque está fuera de nuestro control».
El tiene la esperanza de que programas como el de los EBAIS, tengan un tratamiento especial porque son autofinanciados.
QUEJAS DEL PERSONAL
Precisamente como se mueven millones de colones con este programa, y por el éxito que ha tenido es que, según Vargas, hay organizaciones y empresas externas a la Universidad, interesadas en apropiarse del Programa y debilitarlo.
En la carta mencionada, que fue firmada por 35 personas del área de Montes de Oca, se critica «el atraso recurrente de pago de salarios por períodos de tiempo considerables y sin explicaciones satisfactorias». Vargas indicó que el atraso fue por ocho días y que pagarían el 22 de mayo. Esto se debe a que la Caja les dio dos extensiones presupuestarias hasta que se firme el nuevo contrato, por lo que el Programa debió hacer presupuestos extraordinarios, que conllevan procesos muy largos.
Otra queja es «la ausencia de información sobre garantías laborales como empleados universitarios y mecanismos para accesarlas». Ante esto Vargas dijo que «no es cierto, se ha dado a conocer extensamente la convención colectiva, ha habido reuniones entre el personal y autoridades de Recursos Humanos, entrevistas con todos los funcionarios, y explicaciones sobre el fondo social».
Incertidumbre en la estabilidad laboral generada por tres contratos en un período de cinco meses es otro señalamiento de la carta, pero no se trata de tres sino de dos: el primero que se le hace a todos los funcionarios de la UCR por el período de prueba por tres meses, y el segundo.
Sobre la «asignación de períodos de vacaciones en forma arbitraria a gran parte del personal», Vargas dijo que se adelantan las vacaciones para que no se tomen todas a fin de año y eso se hizo con los coordinadores de los equipos.
EVALUACIÓN RECIENTE
En febrero de este año, la CCSS evaluó, como todos los años, al Programa de Atención Integral en Salud EBAIS-UCR. y E director William Vargas, detalló que la entidad evalúa la cobertura y calidad; revisa expedientes para verificar si se hicieron cursos prenatales; también evalúan la participación social, si se enviaron informes, se realiza una encuesta de satisfacción del usuario y si existe un plan estratégico.
El EBAIS de San Diego de La Unión obtuvo una nota de 97.5; el de Curridabat un 93.4 y el de Montes de Oca un 89.1, para mencionar algunas.
Uno de los aspectos más débiles detectados fue la baja cobertura de la prueba Papanicolau, de control prenatal y de vacunación; pero el director explicó que esto se debe a que como estos centros de salud aún son relativamente nuevos, muchas mujeres van a consulta a centros privados y públicos.
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