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Dejar de fumar alarga la vida

Dejar de fumar es una de las mejores inversiones que las personas adictas al consumo del tabaco pueden hacer con el fin de prolongar su vida.

Dejar de fumar es una de las mejores inversiones que las personas adictas al consumo del tabaco pueden hacer con el fin de prolongar su vida.
La atención médica de personas costarricenses por dolencias vinculadas con el fumado, representan un costo de ¢23 mil millones anuales para la CCSS
La estrecha relación entre el consumo de tabaco y el cáncer fue corroborada una vez más por especialistas en medicina y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que impulsan la adopción de hábitos alimentarios más saludables y campañas que reduzcan el consumo de tabaco, especialmente entre las personas más jóvenes.
Este hábito mata actualmente a cinco millones de personas y la  cifra podría duplicarse para 2020 si los países no aplican las medidas preventivas que disminuyan tasas de tabaquismo, sobre todo en la juventud, pues en este sector se concentrará más del 70% de la mortalidad prevista, según el organismo internacional.
La doctora Gro Harlem Brundtland, Directora General de la OMS, agregó que en el siglo pasado,  100 millones de personas murieron debido a padecimientos relacionados con el tabaquismo.
«Hay motivos justificados para centrar las actividades preventivas contra el cáncer en dos factores causales en particular: el tabaco y la dieta», afirmó por su parte el doctor Rafael Bengoa, Director del departamento de la OMS para el Manejo de las Enfermedades No Transmisibles.
Para él, «la mala alimentación y el consumo de tabaco fueron responsables del 43% de todas las muertes por cáncer en 2000»; durante ese año esos factores provocaron el deceso de 2.7 millones de personas.
 
Por eso, la OMS demandó que las naciones suscribieran el Convenio Marco para el Control del Tabaco, un innovador tratado de salud pública aprobado la semana pasada por 192 naciones, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, realizada en Ginebra a inicios de mayo.
El convenio exige a los países que restrinjan la publicidad, el patrocinio y la promoción del tabaco, que establezcan nuevas regulaciones del etiquetado y de la limpieza del aire en espacios cerrados y que refuercen la legislación para reducir drásticamente el contrabando de tabaco.
«Pretendemos salvar miles de millones de vidas y proteger la salud de la gente durante generaciones. Es un momento histórico para la salud pública mundial, que demuestra la voluntad internacional de abordar frontalmente una amenaza para la salud», dijo la Directora General de la OMS.
«Ahora debemos procurar que este Convenio entre en vigor lo antes posible, y los países deben usarlo como base de su legislación nacional contra el tabaco», añadió.
Para ello, es necesario que el tratado sea ratificado, o aceptado, por al menos 40 países. El texto estará abierto a la firma en la sede de la OMS del 16 al 22 de junio de 2003, y posteriormente en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York desde el 30 de junio de 2003 hasta el 29 de junio de 2004.
 
APOYO COSTARRICENSE
 
La iniciativa cuenta con el apoyo de autoridades locales y no se descarta que Costa Rica sea uno de los primeros países en firmarlo, sobre todo por el preocupante consumo de tabaco que se reporta en adolescentes.
La Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas, realizada entre 2000 y 2001 por el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), señala los 13 años como la edad de inicio en el consumo de cigarrillo en el país.
El estudio, realizado por Julio Bejarano Orozco y Federico Ugalde Montero, ambos del IAFA, a finales de 2000 buscaba conocer el impacto del consumo de drogas en el país.
Al comparar los resultados con los obtenidos en otro similar realizado en 1995, se corroboró que la prevalencia del fumado disminuyó del 18,3% al 17,2%; según los autores esto se debe al impacto de las campañas preventivas impulsadas en los últimos años.
Para el IAFA, dicho hábito es mayor en hombres que en mujeres, pues mientras que el 41% de los varones entrevistados indicó haber fumado alguna vez, las mujeres solo respondieron en 18 de cada cien casos.
Si se estudian las edades de inicio del consumo de tabaco según sexo en 2000, se observa que los hombres lo inician más tempranamente que las mujeres.
Agrega que el 14. 5% de los menores de 13 años iniciaron dicho hábito antes de esa edad; uno de cada tres adolescentes lo inició a los 13 años y el 20% después de los 20.
Para el IAFA, los fumadores activos costarricenses son hombres de zonas urbanas (17.5% en contraste de un 12.8% en zonas rurales), principalmente de las provincias de San José y Heredia, trabajadores, en su mayoría del sector primario y secundario.
Agrega además el estudio que a más alto nivel educativo mayor es el nivel de consumo de tabaco y que una vez iniciado el hábito, es mayor la proporción de hombres que lo mantiene, años después, en comparación con las mujeres. Mientras que el 56.2 % de los hombres llegan a ser consumidores activos, solo el 43,6% de las mujeres mantienen esta condición.
En promedio, las personas que fuman lo han hecho durante 12.7 años, cifra algo menor a la encontrada en el estudio de 1995, pero el número promedio de cigarrillos diarios aumentó a 12.6.
Por sexo no existe mayor diferencia entre el  promedio de días que fuman los hombres en relación con las mujeres (24 y 23 respectivamente), pero sí hay una diferencia notoria en el número promedio de cigarrillos que consumen diariamente los hombres (13,6) en comparación con las féminas (10).
 
ALTO COSTO
 
La atención médica de personas costarricenses por dolencias vinculadas con el fumado, representan ¢23.000 millones anuales, razón por la cual el Departamento Legal de la Caja Costarricense de Seguro Social estudia la posibilidad de demandar a las dos empresas tabacaleras que fabrican y comercializan cigarrillos en nuestro país.
Lo anterior fue confirmado la semana anterior a la prensa nacional por el presidente ejecutivo de la CCSS, Eliseo Vargas, quien recordó cómo investigaciones de esa entidad revelan que lo gastado en atender dolencias relacionadas con el tabaquismo representa el 5% del presupuesto anual de la Caja.
HUMO DE MUERTE
Al fumar un cigarrillo, el fumador absorbe 2 miligramos de nicotina, la cual pasa a los pulmones y los delicados capilares que la llevan rápidamente al cerebro. Los niveles de dicha sustancia en la sangre se reducen a la mitad en los primeros 30 minutos, luego baja a una cuarta parte en la otra.
En el humo del cigarrillo existen más de 6.000 sustancias presentes en el humo; tales como: ácidos, alcoholes y cianuro, nicotina, alquitrán y monóxido de carbono.
La nicotina es  un veneno natural y produce la adicción del fumador al tabaco. Provoca aumento de la presión arterial y los latidos del corazón; en la mañana, estimula el intestino grueso; disminuye el apetito, baja la temperatura de la piel y reduce la circulación de la sangre en las piernas y en los brazos.
Algunas de las enfermedades más frecuentes que puede desarrollar una persona que fuma son diferentes tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares e incluso el aborto.
En los fumadores es común el desarrollo de cáncer en los labios, lengua, cavidad oral, faringe, esófago, páncreas, laringe, pulmón, tráquea, bronquios, vejiga, riñón y cérvix.
El desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, insuficiencia cardiaca dolencias cerebrovasculares, arteriosclerosis, ruptura de aneurisma, ataque cardiaco y otras dolencias arteriales.
También quienes fuman son más proclives a enfrentar tuberculosis, neumonía e influenza, bronquitis crónica, enfisema, asma y la llamada enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El fumado puede provocar en las mujeres, además de abortos espontáneos, parir hijos de bajo peso al nacer o muertos  y úlceras gástricas.
 
 

  • William Vargas Mora 
  • País
Seguro Social
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