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El futuro carece de esperanza para la población costarricense que considera que la labor presidencial de Abel Pacheco no responde a las expectativas que tenían sobre él, reveló una encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO).
La administración del mandatario Abel Pacheco ha enfrentado en apenas un año masivas manifestaciones de protestas.
La mayor parte de la población costarricense (64%) ve poco probable que el mandatario Abel Pacheco pueda solucionar los grandes problemas nacionales y el porcentaje aumenta (79%) si se trata de los principales conflictos económicos del país, según reveló una encuesta reciente del Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional.
De igual manera, la efervescencia social de las últimas semanas la ve el 81% de la población como un reflejo de la insatisfacción ciudadana hacia la situación del país, y por eso no son de extrañar las huelgas del Magisterio Nacional y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Este malestar se da cuando la administración Pacheco acaba de cumplir apenas su primer año de mandato y tras haber llegado a la presidencia en unas segundas votaciones, en las cuales recibió un amplio respaldo (57.96%) de los votantes.
El resquebrajamiento que sufrió la imagen del popular político socialcristiano, se percibe en la calificación que hacen las personas de su gestión. Al terminar su primer año de labores, la nota que recibió fue de 6.33, en una escala del 1 al 10.
La percepción ciudadana en referencia, fue dada a conocer por funcionarios del IDESPO el pasado 11 de junio, cuando entregaron a la prensa los resultados de dos encuestas recientes, cuyos detalles pueden obtenerse por Internet (www.una.ac.cr/idespo).
Una de ellas es «Costarricenses frente al gobierno, la Asamblea Legislativa y las actividades del 1 de mayo», en la que entrevistaron por teléfono a 800 personas mayores de edad en todo el país, entre el 15 y 19 de mayo.
Mientras tanto, el otro estudio, «Costarricenses frente a los movimientos sociales» , lo hicieron a partir de una encuesta similar con 600 personas, entre el 5 y el 8 de junio. Aquí recogieron datos relacionados con la coyuntura que generaron las huelgas del ICE y Magisterio Nacional.
Ambas aseguran tener un grado de confianza del 95% y contaron con participación igualitaria de mujeres y hombres.
HUELGAS JUSTIFICADAS
En términos generales, las personas encuestadas encontraron justificadas las huelgas del ICE y del Magisterio, en razón de que el Gobierno no lleva a cabo una labor aceptable.
Es así como el 72% y 71% -respectivamente- dijo estar «muy de acuerdo» o «de acuerdo» con el movimiento huelguístico realizado por estos sectores.
En cuanto al ICE, la esperanza de los entrevistados (92%) es que como resultado del acuerdo, la institución dispondrá de los recursos necesarios para su operación y de que no habrá privatización de sus servicios, aunque un 43% no descarta esta amenaza.
Como una confirmación de que el ICE es una entidad «venerada por los costarricenses» -según afirma el politólogo Rodrigo Madrigal Montealegre (ver «Gobierno reacciona contra la pared», en edición anterior)-, tres de cada cuatro personas estimaron que la huelga se hizo para defenderla como empresa pública y por ello la principal beneficiada con el arreglo sería la ciudadanía.
En opinión del director de la Escuela de Sociología de la UNA -Carlos Carranza-, el rechazo al «combo energético» (en 2000) dejó clara la repulsa a desestatizar el ICE y significó también «una reactivación paulatina de los movimientos sociales».
Respecto a la forma en que el Gobierno manejó esta huelga, dos tercios creen que lo hizo de manera «inadecuada» o «muy inadecuada», y para el 70% se resolvió gracias a la intermediación de la Defensoría de los Habitantes, la Iglesia Católica y al excandidato presidencial Ottón Solís.
En el campo de la educación, el estudio reveló que el 84% no comulga con el proyecto que busca trasladarle responsabilidades educativas a los municipios.
CAPACIDAD LIMITADA
Al evaluar la gestión del mandatario Pacheco, los costarricenses se quejaron por el alto costo de la vida, mala administración de recursos estatales, desempleo, problemas sociales e inseguridad ciudadana.
Lo más grave de todo es que el 64% ve poco probable que el Gobierno pueda solucionar dichos males y menos (el 79%) si se trata de los económicos; de allí que le otorguen una calificación promedio a su labor de insuficiente (6.33%).
Algo parecido ocurrió cuando les preguntaron si el Presidente es sincero con los costarricenses. El 52% respondió que no lo era y 48% que sí.
Quizás por eso cuando se refirieron al informe presidencial del 1 de mayo, la opinión mayoritaria (64%) expresó tenerle poca confianza a lo que dijo.
Por otro lado, los medios de comunicación tampoco salieron bien librados en el tema relacionado con los movimientos sociales, ya que para el 57% de la población, solo «a veces» las informaciones reflejan fielmente lo que sucede en el país. Un importante 29% piensa que «nunca», y «siempre» apenas el 14%.
Al analizar los datos y la coyuntura sociopolítica, Carranza aseguró que el panorama no es nada alentador para el gobierno, pues confluyen una serie de movimientos sociales «que demuestran la limitada capacidad de negociación directa por parte de quienes ejercen la autoridad pública».
Criticó que «pareciera que la única forma de darle salida a los problemas sea mediante demandas colectivas, que llevan al fortalecimiento de los movimientos sociales; pero, también las demandas de ciertos sectores requieren una resolución más compleja, especialmente en el sector educación».
Por su parte, la investigadora del IDESPO -Vilma Pernudi-, es del criterio que ante la diversidad de opiniones, la participación social de la ciudadanía puede encaminarse a un conflicto abierto o al aprendizaje de formas de negociación que conduzcan a renovar la democracia.
Ella lamentó que a pesar de las contradicciones que vive el país y los desaciertos gubernamentales, los sectores empresariales y los sindicatos no se pongan de acuerdo para «concertar sobre asuntos de orden económico y social, en forma satisfactoria».
Tanto Carranza como Pernudi coincidieron en que la intermediación de miembros de la sociedad como la que se dio en el caso del ICE, es una muestra de que aún quedan caminos para fortalecer el sistema democrático.
Ante el panorama de continuada decepción política y de poco optimismo hacia el futuro reflejado por las personas encuestadas, se le preguntó a la directora del IDESPO -Irma Sandoval- si de mantenerse esta tendencia podría crecer más el abstencionismo en las próximas elecciones.
De acuerdo con Sandoval, aún es temprano para hacer un pronóstico de esa naturaleza y habrá que ver cómo se comportan los grupos sociales en los próximos años. Sin embargo, piensa que el abstencionismo podría mantenerse o aumentar.
Acerca de los resultados de las encuestas, comentó que «se mantiene que hay una insatisfacción, poca confianza en los poderes de la República». Puso como ejemplo que la ciudadanía hace un año expresaba optimismo de que la nueva Asamblea Legislativa sería mejor y un año después el descontento contra este órgano es generalizado (72%).
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