La decisión del Ministro de Cultura, Guido Sáenz, de irrumpir en el edificio de la antigua Aduana la semana pasada generó reacciones diversas.
Según el convenio firmado en 1990, el edificio debió ser desalojado desde el 5 de setiembre del año pasado.

El pasado 27 de junio, durante la Feria Internacional del Libro, el Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, Guido Sáenz, rompió los candados del edificio de la antigua Aduana y tomó posesión del inmueble en nombre del Estado.
Con dicha acción, el Ministro puso fin a más de un año de batallas legales en que la empresa Ferias Internacionales S.A. (Fercori), buscó prolongar su permanencia y el usufructo del recinto.
En ese momento, tanto Sáenz como la Viceministra de Cultura, Amalia Chaverri, señalaron que la intervención se dio en vista de que la Sala Constitucional rechazó Ad portas ese mismo día un recurso presentado por Fercori, al tiempo que lamentaron tener que irrumpir en la Feria del Libro.
 

REACCIONES

Renato Víquez, representante legal de Fercori, calificó la decisión de Sáenz como «un acto de arbitrariedad, escandaloso en el mejor de los términos».
Aunque reconoció que la suspensión del acto administrativo que obligaba a la empresa a abandonar el inmueble fue revocada, Víquez fundamentó su posición en que tal decisión fue apelada, por lo cual no está en firme. «Guido Sáenz debió esperar la resolución de un Juez, como corresponde  en un estado de derecho», señaló el abogado.
Por su parte Oscar Castillo, Director Ejecutivo de la Cámara Costarricense del Libro, manifestó ese día su preocupación por el daño que la acción de Sáenz pudiera acarrear a la Feria del Libro, la cual consideró el principal instrumento de promoción del mercado del libro en nuestro país.
Castillo recalcó el menoscabo al prestigio internacional de la Feria Internacional  que los acontecimientos del 27 de junio podrían causar. «Desde México nos han llamado preguntándonos si la Feria continuará según el calendario inicial», manifestó con desazón, ya que fue el país dedicado de la Feria.
Sin embargo César Silva, representante de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), lamentó el conflicto «ajeno a la Feria».
«Los conflictos de este tipo no tienen mayor importancia cuando la gente de verdad tiene afinidad por la literatura y la cultura», subrayó.
Después de la conclusión de la Feria, Mario Castillo, Presidente de la Cámara, manifestó que durante el fin de semana la Feria contó con una buena afluencia del público.
«El pueblo aportó su cuota a la cultura al visitar la feria, los expositores al final estaban muy contentos y considero que mejoró cualitativa y cuantitativamente en relación con la anterior edición», indicó Castillo.
El funcionario reconoció, sin embargo, que los acontecimientos del viernes 27 perjudicaron su desarrollo, ya que el crecimiento no alcanzó el 30% proyectado en afluencia del público.
«Realizamos un sondeo telefónico por nuestra cuenta y concluimos en que mucha gente no asistió por creer que la Feria se había cerrado», comentó Castillo.
Uno de los más influyentes medios de comunicación nacionales dirigió duros comentarios sobre Sáenz en su editorial del domingo 29. Calificó la acción del Ministro como «su calculado y bochornoso  espectáculo montado», el cual «merece reprobación».
Consultado al respecto el lunes 30, Sáenz consideró que el texto demostró gran desinformación por parte del editorialista.
«Al desconocer los antecedentes del caso lo que vieron fue a un viejo iracundo, pero yo actué con la ley en la mano. Tengo 14 meses de lucha sin ceder un pelo, mientras que ellos (Fercori) han recurrido a toda clase de artimañas», detalló Sáenz, al tiempo que dijo que dichas críticas «me resbalan, me las sacudo como si fueran basurilla insignificante».
Por su lado Arnoldo Mora, quien ocupó la cartera de Cultura durante la administración Figueres Olsen, lamentó la acción de Sáenz. «Sus intenciones son muy loables, pero se le fue la mano, el medio empleado no es el adecuado para un ministro de cultura».
Añadió que, en el fondo, el Ministro tiene razón, pues Fercori «explotaba un recurso del Estado, abusando de él»
La principal crítica de Mora tiene que ver con el momento escogido para desalojar a la empresa. «Entrar con la Fuerza Pública durante la Feria Internacional del Libro nos exhibe ante el mundo, además de que en ese momento había  niños», indicó.
Se intentó conocer la opinión de Aída Faingezicht, actual diputada y exministra de Cultura, lo cual no fue posible por encontrarse fuera del país.
Alexandra De Simone, Directora General de Cultura, justificó la acción del ministro al afirmar que «los espacios de cultura no son para vender carros ni calzones».